Gobierno PRO

Macri presidente: crónica de una jornada histórica

Después de 12 años de kirchnerismo, el líder del PRO juró a las 11.45 ante la Asamblea Legislativa, sin Cristina y con ausencia de diputados del FpV. Gobernará al menos hasta 2019.

Después de tres períodos y 12 años y medio de gobiernos kirchneristas, y tras dos mandatos al frente del Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri es el presidente de la Nación: a las 11.45 juró ante la Asamblea Legislativa, reunida en el recinto de la Cámara de Diputados, y se transformó en el jefe de Estado que comandará el país al menos hasta 2019.

 

En ese marco, y durante su discurso de asunción -que leyó-, el flamante presidente convocó a la unidad de los argentinos. "Los invito a aprender el arte del acuerdo", dijo, y a construir "un país unido en la diversidad". No obstante, fue duro en la crítica a la impronta del Gobierno saliente. De esta manera, aseveró que "a política no es una competencia entre dirigente para ver quién tiene el ego más grande”, sino que se trata de apostar a “dirigentes modernos que trabajan en equipo” (ver nota aparte "Llamo a 'aprender...'").

 

De la ceremonia no participó la mandataria saliente, Cristina Fernández de Kirchner, quien cuestionó la decisión de la justicia de imponer las 24 horas del miércoles como el punto final de su gestión y colocó al presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, a cargo del Poder Ejecutivo por 12 horas.

 

En contraste con su antecesora, Macri enunció objetivos de gobierno pero dio pocas definiciones políticas y ninguna de política económica. “Un compendio de buenas intenciones, con las que todos estamos de acuerdo. Hay que ver cómo se supone que las va a poner en práctica. Prácticamente no dijo nada”, dijo al salir, preocupado, un gobernador.

 

Macri llegó al Congreso pasadas las 11.30 y pocos minutos después ingresó al recinto, donde fue recibido con un aplauso por la Asamblea Legislativa, ante la cual juró como nuevo presidente. 

 

Una hora antes habían entrado los primeros representantes del oficialismo: el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

 

En las bancas se fueron sentando discretamente los diputados. Los socialistas Hermes Binner y Alicia Ciciliani, que recibieron primero al gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, fueron los primeros en ubicarse en el recinto.

 

Enseguida apareció, muy activo caminando entre las bancas, el flamante jefe del bloque del PRO en la Cámara baja, Nicolás Massot. De a poco fueron ingresando al recinto los diputados de Cambiemos. Laura Alonso, Ana Laura Martínez, Gladys González, Soledada Martínez, Eduardo Amadeo y Daniel Lipovetzky se ubicaron en sus bancas. También estuvieron los radicales Miguel Bazze, Ricardo Alfonsín, Mario Negri y Luis Petri. En banda ingresaron los senadores por la UCR Ángel Rozas, Julio Cobos y el flamante gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Por la izquierda estuvieron el salteño Pablo López y Néstor Pitrola, pero Nicolás del Caño y Myriam Bregman pegaron el faltazo. Luego llegaron Margarita Stolbizer, Elisa Carrió y Victoria Donda, de LIbres del Sur, ingresó al recinto acompañada por su hija, Trilce. 

 

Macri juró ante una Asamblea diezmada: la mayoría del bloque de diputados del Frente para la Victoria, que es primera minoría en ese cuerpo, tampoco se presentó. Casi en pleno, respetó la decisión anunciada ayer, de no presenciar la jura de Macri, en solidaridad por el fallo de la Justicia que limitó el mandato de la Presidenta hasta las cero horas del día de hoy.

 

Los palcos tampoco tuvieron la concurrencia habitual de una Asamblea Legislativa aunque se destacaron algunas presencias notables. Los sindicalistas Hubo Moyano, Julio Piumato y Gerónimo “Momo” Venegas sacaron fotos al presidente Macri con sus celulares. En el primer piso, a la derecha de Macri, se ubicaron las ex diputadas Cynthia Hotton y Silvana Giudici. En los pasillos del Congreso también se lo vio, satisfecho, a Juan Carlos Blumberg. En el palco central, de frente a Macri, se sentó su esposa, Juliana Awada, junto a sus dos hijas. 

 

En primera fila, al lado del presidente electo estuvieron los jueces de la Corte, Elena Highton de Nolasco, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda, que escucharon con atención las referencias de Macri  a la necesidad de tener “una justicia independiente”. “No habrá jueces macristas. Acompañaremos a la justicia para que se limpie de vicios políticos”, dijo Macri mientras Lorenzetti asentía con la cabeza. Detrás de los jueces estuvieron los ex presidentes Eduardo Duhalde, Fernando de la Rúa y Ramón Puerta, amigo personal de Macri y uno de los primeros en recibir el saludo del presidente. 

 

En el palco derecho se ubicó el flamante Gabinete nacional. Los ministros Esteban Bullrich, Rogelio Frigerio, Alfonso Prat Gay, Ricardo Buryaile, Oscar Aguad, Pablo Avelluto  y Germán Garavano. Al lado del ministro de Justicia se sentó Lino Barañao. El titular de la cartera de Ciencia durante el gobierno kirchnerista, único que continúa en su cargo, fue el menos efusivo a la hora de los aplausos y casi no habló con sus pares. 

 

En el palco izquierdo del recinto se ubicaron los primeros mandatarios extranjeros. La primera en llegar fue la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que enseguida fue acompañada por el uruguayo Tabaré Vázquez. El rey emérito de España, Juan Carlos I, se ubicó en la tercera fila. Al frente se sumaron, después, el paraguayo Horacio Cartés, el colombiano Juan Manuel Santos y el ecuatoriano Rafael Correa. El último en sumarse fue el boliviano Evo Morales, quien al llegar hizo un particular saludo con su par de Ecuador: estrecharon la mano y después hicieron un choque de puños. 

 

Además, estuvo el enviado de la Casa Blanca, el secretario de Transporte de Estados Unidos, Anthony Foxx. Y en representación del papa Francisco, que aún no felicito a Macri, participó Eliseo Ariotti, nuncio en Paraguay.

 

Aunque sin dar precisiones sobre cuáles será sus medidas de gobierno, el presidente electo habló en su discurso de su intención de llevar el nivel de pobreza a "cero", planteó la necesidad de "urbanizar las villas", llevar agua potable y cloacas a todos los hogares, y terminar con el narcotráfico. "Estamos a tiempo de evitar que se consolide el narcotráfico.Hay que llevar tranquilidad y seguridad a las familias argentinas", dijo.

 

Macri también hizo referencia a la llega del "tiempo de diálogo" y pidió "dejar de lado los enfrentamientos". Luego hizo referencia a la poca transparencia de laas estadísticas oficiales. "Esconder la realidad nos hizo mucho daño", dijo el presidente, que refirió a la necesidad a "mejorar la forma de votar", en lo que fue, tal vez, la única referencia concreta a un posible proyecto, que tendrá que ver con la reforma electoral. 

 

Aunque parte del bloque del Frente para la Victoria bajó al recinto a presenciar la jura de Macri, casi no hubo aplausos por parte de los diputados y senadores a las palabras del Presidente, cuyo discurso no llegó a media hora. (ver nota aparte "El peronismo hizo equilibrio...")

 

El cierre tuvo el sello de Cambiemos. Aunque protestaron muchas veces por los cánticos del Frente para la Victoria en el recinto, los macristas también tuvieron su momento folclórico. "Sí, se puede. Sí, se puede", terminaron cantando desde sus bancas, celebrando la asunción del nuevo presidente. 

 

Otra etapa

 

Después del amague de 2011, cuando prefirió garantizarse el triunfo en la Ciudad, Macri llegó a la Casa Rosada tras imponerse en segunda vuelta sobre el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli: obtuvo el 51,34% de los votos, contra el 48,66% de su adversario.

 

El flamante presidente no gobernará solo: la Ciudad y la provincia de Buenos Aires estarán en manos de dos de las figuras más destacadas de sus gobiernos porteños:  lo sucede su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, que asumió sus funciones este miércoles; y tres horas antes que él jurara en el Congreso había tomado posesión de su cargo de gobernadora bonaerense.

 

Macri, que armó un gabinete en el que se destaca un equipo económico formado en el mundo corporativo y financiero, llega a la primera magistratura apoyado en tres eslóganes básicos: pobreza cero, combate frontal al narcotráfico y unidad de los argentinos: promete cerrar la grieta.

 

Además, con anuncios de medidas que fueron sufriendo modificaciones, al menos en sus tiempos de aplicación, como la reducción del impacto del Impuesto a las Ganancias, eliminación de retenciones al campo, quita de subsidios a los servicios, el levantamiento del cepo al dólar y la unificación del tipo de cambio.

 

El fantasma que sobrevuela el país es la posibilidad de que las decisiones en materia de política monetaria produzcan una fuerte devaluación del peso y, en consecuencia, una abrupta caída del poder adquisitivo de los asalariados, fundamentalmente.

 

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