Lo primero que hará Mauricio Macri cuando se siente en el sillón de Rivadavia, en caso de ganar el ballotage del próximo domingo, será tomar el teléfono y llamar a los dirigentes que fueron sus adversarios en este proceso electoral y a los gobernadores: los convocará para “generar acuerdos alrededor de políticas centrales”. De esa manera, el candidato del frente Cambiemos buscará una suerte de pacto social que blinde el arranque de su gestión con una garantía de gobernabilidad.
Macri reveló su plan para “la primera semana” en una entrevista que publicó este jueves el diario Clarín. Consultado sobre cómo piensa iniciar su gobierno en caso de asumir la presidencia de la Nación el próximo 10 de diciembre, señaló: “Primero con lo que prometí, que es convocar a aquellos que han participado en esta elección y a los gobernadores, para ponernos de acuerdo en qué vamos a compartir como políticas que nos lleven a una Argentina con pobreza cero, a enfrentar el narcotráfico y concertar desde qué lugar queremos unir a los argentinos para una mejora en la calidad democrática”.
El diario le preguntó al todavía jefe de Gobierno porteño si lo que buscará es un acuerdo o pacto social. “Como lo quieran llamar”, aceptó, y abundó: “Significa tratar de generar acuerdos alrededor de políticas centrales que se transformen en políticas de Estado”.
En caso de ganar la segunda vuelta, Macri llegará al poder con una fuerte legitimidad de origen otorgada por la cosecha de más del 50% de los votos. Justamente ése es el espíritu del ballotage: forrar con un fuerte respaldo popular al dirigente que accede a la primera magistratura. No obstante, un dato es insoslayable para Macri –y acaso haya sido determinante de la decisión de anunciar y, eventualmente, concretar esta convocatoria-: 15 provincias van a ser gobernadas por el peronismo mientras él transite su primer mandato como jefe del Estado.
