Este jueves, efectivos de la Policía Metropolitana llegaron hasta el Senado provincial con una instrucción del juez federal Claudio Bonadio. Lo hicieron en el marco de la investigación que el magistrado más odiado por el kirchnerismo lleva adelante sobre las licitaciones a las que convocó el Gobierno nacional para el desarrollo del Plan Quinta. Dromotech, una de las seis empresas apuntadas, también fue contratada por la Cámara alta bonaerense. Bonadío quiere saber bajo qué conceptos se generó el vínculo con esa firma. Detrás de la transacción estaría Juan Manuel Pignocco.
Pignocco fue el secretario administrativo del Senado provincial entre los años 2011 y 2013. En ese período, el cuerpo presidido por el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, contrató los servicios de la empresa que ahora es investigada para la provisión de equipamiento informático.
El ex funcionario legislativo es amigo del diputado provincial José Ottavis, uno de los camporistas con más poder para operar en territorio bonaerense. Cuando en 2011 La Cámpora dio sus primeros pasos en la Legislatura provincial, Ottavis le puso al vicegobernador y presidente del Senado a un hombre de su confianza: Pignocco. Por aquellos años, se lo apuntaba como el hombre que administraba las finanzas de un sector de La Cámpora.
En su rol de secretario administrativo, Pignocco era la autoridad máxima para los llamados a licitaciones. Daba el visto bueno a todo tipo de trámites que pasaban por el Senado. Luego de dos años, Mariotto pudo desprenderse de la "custodia" y colocar en ese cargo estrátegico a alguien de su círculo íntimo: nombró a Néstor Pan. De carrera docente en la Universidad de Lomas de Zamora, Pan llegó en el recambio legislativo del 2013 para completar el tridente mariottista que tenía, además de al propio vice, al actual secretario legislativo, Luis “Luly” Calderaro, como principales autoridades. Logró así frenar el asedio camporista en el manejo de la Cámara. Pero Ottavis no se quedó de brazos cruzados.
Cuando se armaron las listas seccionales para estas elecciones, el dirigente de La Cámpora hizo y deshizo a su medida. En la Sexta sección le dio un lugar de privilegio a Pignocco. Pese a que no es del sur bonaerense, lo coló segundo en la lista. Según consignó el sitio La Política On Line, el amigo de Ottavis nació en Santa Fe, tiene domicilio en La Plata y llegó a la provincia recién en 2011. Con su inclusión en la lista salió perdiendo el mariottismo. El referente seccional de Mariotto y ex compañero de trabajo de Pignocco, Calderaro -que sí es de la Sexta-, quedó en la cuarta posición de la lista. Antes había sido candidato a diputado provincial por la Tercera sección electoral. "El sector del vicegobernador quedó relegado hasta el rídiculo en esa jugada", aseguró uno de los armadores de las listas.
La relación entre Mariotto y La Cámpora fue tirante en los momentos de definición. No en vano el vicegobernador se plegó excesivamente a Daniel Scioli en el último tiempo cuando el candidato presidencial aceleró su instalación. Mariotto se podría haber quedado cerca del kirchnerismo más duro pero optó por subirse a La Ola Naranja. Ese movimiento tiene una explicación: sin lugar en las listas, el vicegobernador ve en Scioli su salvavidas político.
El sueño del mariottismo, que era ver a su jefe como el sucesor de Scioli, sólo se anidó en los diez empleados alrededor de él, se desvaneció sin más y Mariotto reconvirtió su estrategia comunicacional: ahora es un ultrasciolista. Quienes tienen años caminados por los pasillos de la Legislatura aseguran que que el vicegobernador se quiere "garantizar la posibildiad de tener chofer y secretaria a partir del 10 de diciembre, porque eso es una de las cosas que un peronista en desgracia no se permite perder".
Atrás quedaron los ímpetus "revolucionarios" del vicegobernador, que se contentará con un contrato para él y sus tres empleados de confianza en el Gobierno nacional.