–La verdad que esta es una gestión lamentable. Por su estilo, el Gobernador sólo perjudicó a los rionegrinos. Por estas horas circulan mails que demuestran las formas en que se maneja este señor, que confeccionó un pacto con lo peor del radicalismo.
–Entonces ¿se puede plantear algo positivo de lo que hizo?
–La verdad que casi nada. A pesar de que supuestamente llegó al cargo por el Frente para la Victoria (FpV), destrata a los intendentes justicialistas. Es el Gobernador al que más le renunciaron funcionarios, algo insólito en la historia de Río Negro. Con él al frente del Ejecutivo, se deterioró el sistema de Salud y se paralizó la obra pública.
–¿Tan mala es la relación entre los intendentes y el Gobernador?
–Sí, los que somos intendentes peronistas estamos en otra posición. Lo que hace está muy lejos de lo que se prometió en campaña, cuando el Gringo (Carlos Soria) ganó la elección.
–La actividad legislativa, por cuestiones como la extensión de contratos petroleros, quedó bajo la lupa este año ¿Cree que algún diputado hizo las cosas mal?
–Cuando veo a algunos compañeros, con los que batallamos tanto para transformar esta provincia, y los veo haciendo lo mismo que hacían los radicales, hoy conducidos por el señor Weretilneck, me da bronca y vergüenza. Creo que esa vergüenza la sienten ellos porque les cuesta hasta saludarme.
Han traicionado no sólo al Justicialismo, también lo hicieron con mi viejo, y principalmente a los rionegrinos.
–La realidad estructural de Río Negro parece ser compleja ¿Cuál es la actualidad de las empresas que dependen del Estado provincial?
–Hoy, las empresas están manejadas por un puñado de amigos. Si analizamos sociedades como ARSA (Aguas Rionegrinas) que es un desmadre, prácticamente no hay inversiones. Si se leía el sitio oficial del Gobierno, daban por concluida una obra de 3.2 millones de pesos para arreglar un colector cloacal de casi 200 metros, y eso no había pasado.
Tal es el desmanejo en las empresas del Estado, que llegan a publicar en sus páginas oficiales que (las obras) habían finalizado y después salen a desmentirse ellos mismos. Si uno no se queja, son capaces de que desaparezca el dinero y la obra no se termine. Es un desmanejo total lo que pasa en cada una de las dependencias.
2015: una obsesión
El recambio generacional pone a Soria en la discusión con Pichetto, quien por estas horas reiteró sus pretensiones de suceder a Weretilneck, algo que deja abierta una fuerte discusión puertas adentro en el partido, en constante cambio desde el 2011 a la fecha.
–La situación del peronismo rionegrino, y sus candidatos, comienza a definirse en estos tiempos ¿cómo es la relación con Miguel Ángel Pichetto?
–Pichetto es uno de los grandes senadores que ha tenido el país. Toda una trayectoria y un prestigio ganado a fuerza de trabajo. Miguel era un compinche, un amigo de mi viejo. De hecho, una de las claves del triunfo justicialista en 2011 fue que los dos lograron ponerse de acuerdo.
A mis 39 años, reemplazando al mejor intendente de la historia de Río Negro, que fue mi viejo, luego de 8 años transformando General Roca y ser vicepresidente del Partido Justicialista (PJ) y presidente de la Liga de Intendentes, que nuclea a todos los mandatarios del Frente para la Victoria, tengo todo muy claro.
Todas esas cosas que me tocaron asumir en las peores de las tragedias que le pueden pasar a un hijo, más otras, me enseñaron la prudencia y templanza, de saber lo que no hay que hacer. Lo que no voy a hacer nunca es permitir que los rionegrinos sigamos viviendo en esta provincia fundida y decadente, en la que se vivieron 28 años de radicalismo, a los que tenemos que sumar estos tres de Weretilneck.
Sería muy inconveniente que el senador Pichetto, y el intendente de Roca, no llegaran a un acuerdo o posibilitásemos que un tercero sin partido, voluntad o intelecto, siga gobernando Río Negro.
–¿Es posible una fórmula de unidad?
–Estamos trabajando en llevarle a los rionegrinos la mejor propuesta desde el FpV, y el justicialismo. No sé si será desde una fórmula pero la idea no es generar fricciones o fracturas. Seguiremos avanzando en reorganizar el partido, que es fundamental, y trabajaremos entre los intendentes para analizar la reorganización espuria de los contratos petroleros.
–El Ejecutivo quiere que las elecciones sean en septiembre…
–Si tiene los fondos de la negociación (petrolera) trucha, que acaba de quedar expuesta. Realmente no sé si los empresarios petroleros van a poner los 1400 millones en medio de este escándalo de corrupción, espero que sean prudentes. No vaya a ser cosa que lo tengan que poner dinero dos veces.
Si estira las elecciones, el Gobernador no lo hace estratégicamente sino para revertir su pésima imagen. Quiere inyectar ese dinero pero no podrá hacerlo porque administrativamente la demora que tiene es tan grande, que por más que las fije en diciembre no va a alcanzar a hacer una obra.
Lamentablemente, el dinero de la renegociación hidrocarburífera lo va a utilizar para comprar espejitos de colores, cajas de comida y voluntades, como lo hicieron los radicales durante tantos años. El dinero para la infraestructura de la provincia, lo va a terminar tirando por la calle, patinándose el dinero de nuestros hijos.
–¿Entonces las PASO no podrán implementarse?
–Eso es como todo lo que hace este Gobernador. Anuncia todo con bombos y platillos, y después no pasa nada.
–Pero si las llegara a implementar ¿jugaría en la interna?
–Claro, es un gran método. A nivel nacional sirvió para democratizar las pretensiones y liderazgos. Después, será fruto de las negociaciones, o la presentación de los candidatos.
–¿Y en qué instancia concreta está su precandidatura provincial?
–La pretensión de transformar la provincia, como quería hacerlo mi viejo, no va a dejar de estar nunca. Sé que voy a ser gobernador para hacer lo que quería mi viejo, transformar la provincia igual que lo hicimos en Roca. El tema si es en 2015, o más adelante, está en materia de definición por las PASO o los acuerdos con Pichetto.
Muchas variables dependen para eso, por eso hay que esperar un poco de tiempo.
–Habla de variables, que son una constante en el oficialismo nacional pero ¿qué candidato a Presidente del kirchnerismo le parece el mejor?
–La verdad que uno siempre puede tener más preferencia por uno u otro, y la verdad que me gustan tanto Daniel (Scioli) como Florencio (Randazzo). Con Randazzo uno comparte más la mirada ideológica y Scioli es más cuidadoso de captar el voto independiente, por eso no muestra esa impronta. También están Julián Domínguez o Sergio Urribarri, pero lo importante es saber que el próximo presidente va a ser justicialista.
El legado
Luego de la victoria de su padre, la desazón apareció en el círculo íntimo del Gringo, envuelto en una dicotomía sin precedentes para una familia atravesada por la política. Martín Soria intendente y María Emilia Soria, diputada nacional, son el legado.
–¿Qué fue lo mejor que le dejó su padre?
–Nos contagió la recuperación del orgullo. Lo más importante fue el convencimiento de la confianza mutua. El vecino paga y el municipio devuelve esa confianza con obras. Nosotros fuimos la única ciudad que siguió inaugurando obras hasta el 30 de diciembre.
–Siempre habla de su padre ¿cómo se hace para superar ese problema si lo personal siempre se mezcla con lo institucional?
–Todo esto que se ve (señala las fotografías y cuadros de su padre) lo fui a buscar a su despacho en Viedma, y algún día van a volver al lugar donde las fui a buscar. Y cada día que pasa, todo está igual. Esto (señala una imagen en el escritorio desde 2007) está acá desde que ganó la intendencia. La voluntad, es lo mejor que nos legó.
Nosotros, como familia, nunca nos dejamos de levantar por lo que nos pasó.
–¿Mantiene diálogo con su madre?
–Sí, la vamos a visitar. El otro día hablábamos con mi hermano, de que la vemos un poco mejor desde que la hacen trabajar. Empezó a estudiar y va tomando conciencia de lo que pasó, de lo que se hizo a ella y a toda la familia. Lo que no voy a perdonar nunca es a este Poder Judicial trucho, a esos jueces que mi viejo iba a meter preso por haber sido cómplices de la mafia radical, que intervinieron en el juicio de mi familia.
Más allá de eso, creo que el peor momento de mi vieja, después de la detención, fue ese año y medio que la tuvieron drogada y encerrada en una habitación donde les decíamos a los médicos o jueces que era perjudicial para su salud. Yo no me imagino otra persona en esas condiciones. Fue una cosa inhumana.
Hace poco, un pasquín sensacionalista, salió a plantear que la habían visto en Recoleta. Una locura.
–¿Se puede cerrar ese círculo o es muy complicado?
–No hay nada que el tiempo no cure, sobre todo del punto de vista del dolor familiar. El resto, se cubre con mucho laburo, como lo hacía el Gringo.