Economía

Galuccio busca despegarse de Kicillof y deja en off side a Capitanich

Por Antonio Rossi.- Una marcada sorpresa por la vía que eligió para mostrarse y la sensación de que se ha registrado algún tipo de “cortocircuito” con las principales figuras del Gobierno que marcan el rumbo de la política económica.

Las declaraciones que el CEO de YPF, Miguel Galuccio, realizó el fin de semana encendieron varias luces de alerta y signos de interrogación no solo puertas adentro de la administración kirchnerista, sino también en las cúpulas directivas de las petroleras privadas.

 

Tanto en el ministerio de Economía que comanda Axel Kicillof, como en la cartera de Planificación de Julio De Vido, las afirmaciones de Galuccio habrían caído como un balde de agua fría.

 

Asesores de esos ministros coincidieron en manifestar su sorpresa por la decisión de Galuccio de haber escogido al diario “La Nación”—uno de los que blancos predilectos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cada vez que sale a atacar a los medios— para fijar su postura sobre dos cuestiones económicas clave: los valores de los combustibles y la seguridad jurídica para los inversores extranjeros.

 

Tras atribuirle la movida a Doris Capurro —la vicepresidenta de Relaciones Institucionales de YPF que por diversos motivos ya habría perdido la llegada directa que supo tener con la Casa Rosada—, los hombres cercanos a Kicillof y De Vido consideran que Galuccio salió a abrir el paraguas por los cuestionamientos internos que está comenzando a recibir y por la falta de financiamiento que complica su plan de inversiones.

 

Galuccio puso sobre el tapete tres aristas altamente sensibles del actual escenario político y económico que enfrenta el Gobierno.

 

* Subas en las naftas y el gasoil: “Si no aumentaran los combustibles, estaríamos fundidos. La clave de YPF es el cash flow operativo. Necesitamos mantener la competitividad del precio de las naftas para sostener el fuerte nivel de inversión de la empresa”.

 

Con esta afirmación, Galuccio no sólo ratificó que el Gobierno prevé seguir con la política de actualizar los precios de los combustibles para apuntalar a YPF, sino que además dejó nuevamente en ridículo al Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien hace apenas 10 días aseguró que no habría más aumentos en los surtidores hasta fin de año.

 

* Seguridad jurídica: “Entiendo que a algunas empresas las condiciones macro aún no les dan el confort para traer plata y tenemos que hacer las cosas necesarias para que aparezca ese confort. Por eso el proyecto de una nueva ley de hidrocarburos es tan importante. Tengo contactos con hombres como Rex Tillerson [CEO de Exxon Mobil] y sé de la importancia que tienen para ellos la estabilidad legal y fiscal, las reglas claras y la transparencia. Pero la confianza no sólo se genera con reglas, sino también cumpliéndolas”.

 

Lejos de ayudar al Gobierno, con esta declaración Galuccio le ha sumado una nueva complicación porque sus argumentos son prácticamente un calco de los que sostienen casi todas las cámaras empresariales para rechazar las reformas a la ley de abastecimiento y el mayor intervencionismo estatal que los legisladores oficialistas están por aprobar en el Congreso.

 

* El futuro manejo de la empresa: “Mi compromiso es con la Presidenta. Ella es la que me aseguró estas condiciones para poder trabajar. Más allá de lo que suceda, no voy a trabajar con nadie con quien no me sienta cómodo. Y estoy seguro de que mucha gente dentro de la compañía piensa lo mismo que yo”.

 

Si bien la pregunta apuntó a saber qué haría a fines de 2015 cuando cambie el Gobierno, el tenor de la respuesta de Galuccio —sobre todo al referirse a que no va a trabajar con “nadie con quien no se sienta cómodo”— dejó flotando un aire de incertidumbre sobre una posible salida anticipada si es que no consigue todo el respaldo que pretende de la Casa Rosada y del ministro de Economía, Axel Kicillof.

 

En tanto, entre las petroleras privadas las palabras de Galuccio también generaron caras de asombro. A la hora de descifrar por qué apareció justo ahora en el centro del escenario, desde las compañías petroleras especularon que hay, por los menos, dos motivos que le preocupan seriamente a Galuccio.

 

Uno de ellos está relacionado con la nueva estrategia del Gobierno de “consensuar” los cambios a ley de hidrocarburos con las provincias, dejando de lado el proyecto inicial que habían diseñado los técnicos de YPF y que favorecía significativamente la posición de la empresa ante los inversores externos.

 

Y el otro punto tiene que ver con las restricciones económicas y las trabas a las importaciones de equipos e insumos que vienen aplicando los funcionarios que responden a Kicillof. Si no se revierten esas medidas, Galuccio no podrá plasmar en los hechos el reciente acuerdo que cerró con Petronas —la petrolera controlada por el estado de Malasia— para encarar una inversión inicial de US$ 550 millones en la explotación de “shale oil”  (crudo no convencional) en “La Amarga Chica”, otra prometedora área del yacimiento de Vaca Muerta.

 

Javier Milei en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires
El ministro Toto Caputo

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