Se trata de la antigua licitación para modernizar la central marplatense “9 de Julio” donde está en juego una inversión que ronda los US$ 400 millones y que la administración sciolista pretende llevar adelante con financiación de los constructores y de bancos del exterior.
Tras haber realizado en 2009 una convocatoria que quedó en la nebulosa por la crisis económica internacional de ese año, y las diferencias técnicas que tenían las propuestas en pugna, ahora la provincia resolvió llamar a una “mejora de ofertas” a los consorcios que habían llegado a la instancia final.
Son los que encabezan Electroingeniería y Roggio SA, dos constructoras oriundas de Córdoba que desde 2003 hasta ahora han tenido un marcado protagonismo en las obras públicas del Gobierno nacional.
Electroingeniería –la compañía que pilotean los empresarios K Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta– había llevado como socia a la firma rusa Saturn. Si bien logró ubicarse en el primer puesto de la licitación, la oferta no pudo avanzar por una serie de deficiencias técnicas que presentaban las turbinas rusas.
En tanto, Roggio –que se presentó junto con la española Sener– había terminado en el segundo lugar por orden de mérito con una propuesta económica que fue casi un 30% más elevada.
Luego de estar casi cinco años en un “limbo legal”, la empresa bonaerense Centrales de la Costa Atlántica (CCA), que preside Fernando Pérez de Villareal, recibió hace un mes la instrucción del secretario de Servicios Públicos de la provincia, Franco La Porta, para reabrir la licitación con un pedido de “mejora de propuestas” a los dos grupos oferentes.
La nueva convocatoria le permite a las empresas cambiar los socios iniciales y no se descarta que aparezcan otros proveedores rusos y compañías de China que no fueron de la partida en 2009.
Además, a diferencia de la anterior licitación, ahora los oferentes deben aportar un financiamiento firme que cubra, como mínimo, el 50% de la inversión en juego.
En las reuniones que mantuvieron con las empresas, los funcionarios sciolistas indicaron que la Provincia podría poner como garantía de los préstamos que le arrimen para la obra una porción de los fondos correspondientes a la coparticipación federal.
Si no aparece una prórroga a último momento, las nuevas ofertas se estarían presentando en los primeros días de septiembre.
Actualmente la usina “9 de Julio” –que se encuentra asentada en las adyacencias del puerto de Mar del Plata– tiene una potencia instalada de 151 MW. Cuenta con 5 máquinas turbogas y otros 2 turbovapor que tienen más de 40 años de antigüedad y que funcionan con gas natural y combustibles líquidos.
La intención de la provincia es modernizar la central y ampliar la capacidad de generación hasta los 220-250 MW, siempre y cuando las nuevas ofertas vengan acompañadas de un financiamiento conveniente.