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Se activa la ingeniería del PRO para llevar el shopping a Caballito

Por CM.- El proyecto de la empresa IRSA podría ser tratado durante agosto en la Legislatura porteña donde el año pasado ni siquiera hubo quórum para debatirlo; es un viejo anhelo del macrismo.

Durante las sesiones previstas para agosto en la Legislatura porteña el macrismo irá por un viejo anhelo: conseguir que la empresa IRSA logre la habilitación para construir otro centro comercial en el corazón de Caballito.

 

Será una batalla que comenzará ganándose en los pasillos pues el PRO no se permitirá otra derrota como ocurrió en diciembre de 2013, cuando ni siquiera logró reunir los votos necesarios para debatir el tema.

 

En esa oportunidad se había convocado a una sesión especial sobre el filo del recambio legislativo del 10 de diciembre, pero el bloque oficialista no pudo imponerse en el recinto a último momento por la presión pública que giró en torno a la diputada María América González quien cambió de parecer y no acompañó al proyecto. Tras varias idas y vueltas, ni siquiera hubo debate.

 

El resultado fue un nuevo golpe asestado al vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo quien no logró convencer a la ex conductora del programa “El rinconcito de los jubilados” quien fue, finalmente, la desestabilizadora de toda la negociación.

 

Para nada sencilla será ahora la tarea de Ritondo en pos de conseguir adherentes. En 2014, como no sucedió en el pasado, el PRO ya no tiene a su aliado incondicional: el Frente para la Victoria, cuyos legisladores mostraban discrepancias fuera de la Legislatura, pero dentro del recinto votaban a favor en la mayoría de los proyectos oficialistas. Tras el recambio los nuevos legisladores kirchneristas son reticentes a apoyar al PRO. En consecuencia, hoy los nuevos socios podrían aparecer en el radicalismo y Confianza Pública.

 

Más que amigos

 

Los lazos entre el macrismo e IRSA son fuertes. La empresa, entre otros emprendimientos inmobiliarios, logró instalar con el guiño político del PRO un shopping en las ex Bodegas Giol, sobre la avenida Juan B. Justo, en Palermo. Aunque la Justicia frenó su inauguración, tarde o temprano Distrito Arcos abrirá las puertas y habrá ganado IRSA.

 

En ese proyecto debieron modificarse normas de planeamiento urbano para la instalación de los locales, como deberá pasar en Caballito. Allí la acción del Gobierno deberá ser más profunda porque el centro comercial se instalaría en una playa de maniobras de la estación Caballito, lindante al estadio del club Ferro Carril Oeste.

 

Hay una diferencia entre ambos casos: en Distrito Arcos la presión de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) llegó a un límite en el que los intereses del sector privado fueron más fuertes; en Caballito, hasta el momento, son las principales aliadas de los vecinos y comerciantes que están en contra de la instalación del shopping.

 

“Me opongo al proyecto. Creo que impacta negativamente sobre el barrio y sobre su centro comercial. Además ya existe una normativa para construir viviendas en ese predio”, le dijo a Letra P el diputado del Frente Progresista Popular, Aníbal Ibarra.

 

En su bloque al ex jefe de gobierno sólo lo acompaña la diputada Susana Rinaldi, por lo que tiene poco peso dentro del recinto. Al igual que Alejandro Bodart, del unibloque Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), que también dio su opinión sobre el tema. “Nadie consideró las graves consecuencias que tendría para el barrio la instalación de un shopping de la magnitud que se proyecta en Caballito. Por eso me opongo”, explicó.

 

Pero, como se dijo anteriormente, el Frente para la Victoria -la primera minoría- no acompañará el proyecto. “Todavía no se habló nada dentro del bloque, pero está claro que nos opondremos. Vamos a seguir con la misma idea del año pasado”, dijo a Letra P una fuente cercana a una diputad del FpV.

 

En 2013, cuando aún Juan Cabandié era el presidente del bloque, la orden fue no permitir que el PRO favoreciera a empresarios amigos. “No hubo una bajada de línea a nivel nacional, porque a ese nivel IRSA también tiene amigos. Pero no podíamos quedar tan pegados al macrismo apoyándoles todo”, dijo otra de las fuentes.

 

Aún no hay fecha de tratamiento en el recinto, pero la ingeniera del PRO ya está en marcha para dar el zarpazo. Seguramente sea en agosto, como dicen por lo bajo en la Legislatura. Tal vez IRSA tenga más de una oportunidad en 2014 para lograr el paquete de medidas que necesita para avanzar sobre Caballito. Puede ser en un sesión ordinaria o, si no sale, en una audiencia especial, de urgencia, como ocurrió el año pasado.

 

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