Gerardo Martínez almuerza por lo menos una vez por semana con Sergio Massa. Solo ellos dos. El encuentro se organiza en la casa del actual diputado y a veces antes hacen una previa jugando al golf. Massa todavía no le puede ganar al jefe del gremio de la construcción, pero, cómo el mismo Martínez dice “va mejorando”.
Martínez está desempeñando un papel central en el proyecto presidencial de Massa aunque por ahora prefiera estar a la sombra y ceder su lugar de sindicalista del Frente Renovador a Rodolfo Daer o a un más pintoresco Luís Barrionuevo.
La campaña del ex intendente de Tigre arrancó con mucha antelación y se requieren cuantiosos fondos para estirarla por otros 17 meses, más si se tiene en cuenta la cantidad de técnicos y profesionales que contribuyen en el armado. Solo por mencionar un caso, el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, gira una factura mensual que oscila entre los 40 y los 45 mil pesos.
El líder de la UOCRA, con un pasado que lo involucra en los servicios de inteligencia de la dictadura militar, es el encargado de canalizar fondos de los popes de la construcción a la campaña de Massa así como él mismo ya ha aportado algún capital (siempre en cash).
El mismo circuito se da con algunos hombres de la UIA a quienes Martínez conoce bien por su participación en la Organización Internacional del Trabajo. El gremialista no aparece demasiado porque en realidad sabe que mientras el kirchnerismo este en el poder hay chances de que termine procesado en la causa que lo investiga por sus actividades durante los años de plomo. Esa tensión se camufla un poco cuando en Casa Rosada recuerdan que por ahora permanece fiel en la llamada CGT Balcarce.
El día después del último paro nacional organizó un almuerzo con sus asesores en el último piso del edificio de la UOCRA en la Avenida Belgrano, quincho modesto pero siempre con catering de lujo.
Allí dijo que el paro organizado por la CGT opositora había sido un éxito, mejor de lo que se preveía y reconoció que varios delegados de las distintas seccionales de gremios cercanos al oficialismo también se plegaron. Fenómeno que también se dio en la construcción. “Cuando la gente está caliente no podes decirles que no paren, solo disimularlo un poco y no como (Antonio) Calo que se hizo el canchero y tenía toda la seccional Avellaneda plegada al paro, no Córdoba ni Mendoza, Avellaneda”.
El año pasado el juez Ariel Lijo lo sobreseyó en la causa judicial por el Batallón 601 pero el festejo duro poco ya que a los 15 días la Cámara Federal ordenó reabrir el expediente.
Martínez cree que solo con Massa presidente podrá lograr que esa sea historia antigua. De los existentes el escenario que más teme es el de una victoria de Daniel Scioli con quien nunca se llevó bien. “Antes que a Mancuso prefiero a Macri”, remata en los mediodías de su selecto quincho.