Páez Vilaró falleció en Casapueblo, su “escultura habitable”, una emblemática construcción modelada con sus propias manos sobre los acantilados que miran al mar en Punta Ballena, en el exclusivo balneario Punta del Este (120 km al este de Montevideo).
Durante su extensa carrera el artista pintó centenares de obras, realizó múltiples exposiciones y dejó su sello en monumentales murales en Uruguay, Argentina, Brasil, Estados Unidos y África, aunque sus obras también abarcaron la escultura, la cerámica, el cine y las letras.
Nacido en Montevideo el 1 de noviembre de 1923, en su juventud partió a Buenos Aires, donde se vinculó a las artes gráficas.
Al regresar a su país, en la década de 1940, comenzó a pintar, centrándose en el mundo de la cultura afrouruguaya. Durante toda su vida se vinculó al candombe y participó el pasado 13 de febrero del desfile de las Llamadas.
En 1972, su hijo Carlos viajaba en el avión que transportaba rugbistas del equipo uruguayo Old Christians y que cayó en la Cordillera de los Andes. Tras la desaparición de la aeronave, el artista se trasladó a Chile para colaborar con la búsqueda, que continuó tenazmente cuando terminó el operativo oficial, reclutando voluntarios, consultando a videntes e incluso internándose en la montaña.
Finalmente su hijo estuvo entre los 16 sobrevivientes que lograron salir de la montaña 72 días después del accidente. Esa búsqueda fue reflejada en su libro “Entre mi hijo y yo, la Luna”.