Luego de haber sido uno de los que se pegó a Daniel Scioli en La Matanza, y de acentuar su propaganda electoral en los estadios de Fútbol, Sergio Urribarri volvió a ser noticia por la deslucida campaña presidencial que impulsa, sin éxito, lejos de su provincia.
Cuando la noche porteña comenzaba a caer, llegó hasta un local de Unidos y Organizados en la calle Puyrredón, donde lo esperaban referentes del oficialismo, para celebrar el día de la Militancia peronista. Andrés Larroque, Juan Patricio Mussi y Luis D’Elia fueron algunos de los que esperaban al Pato en el acto.
“Democracia es tocar intereses y afectar negocios. Eso es lo que aprendimos con Néstor y tenemos que mantenernos en esa línea más allá de quien sea nuestro candidato”, dijo Urribarri, en un mensaje que provocó reacción por el sentido del mismo.
Anticipando lo que pasará en la interna, si decide presentarse, buscó exponerse como ultra cristinista, reafirmando que la conductora del Frente para la Victoria (FpV) es la Presidenta, y nadie de los que buscan sucederla. “Lo que tenemos que tener en claro es que Cristina es nuestra conductora y eso seguirá siendo así incluso después de 2015″, advirtió el entrerriano, según publica la agencia Télam.
Lejos del acto en Mendoza que organizó Francisco “Paco” Pérez, en el que varios gobernadores peronistas que juegan dentro del FpV demostraron su elección por DOS, Urribarri se sacó fotos con D´Elía y el resto de los presentes, en la búsqueda de marcar lealtad.
“La militancia es la esencia de este proyecto, de este espacio. Los cargos son importantes, claro que sí, pero mientras tengamos esta convicción y este compromiso”, reconoció el “Cuervo” Larroque, aunque la estrategia camporista ya se decidió.
A pesar de que José Ottavis y Eduardo de Pedro tienden lazos con el sciolismo, Máximo Kirchner levantó el pulgar para que Florencio Randazzo visite Río Gallegos. Tal fue el gesto, que anticipa la interna, que hasta el propio “Wado” se fotografió con el Ministro.
“Néstor, además de un gran presidente, ante todo fue un gran militante que tributó su propia vida en aras de la militancia y la lealtad. Militó sus convicciones hasta el final y ejerció una lealtad incondicional con su pueblo y con Cristina”, afirmó el funcionario, en sintonía con el discurso del oficialismo duro.
Mientras en Cuyo y la Patagonia los principales le contaban al mundo los beneficios de su precandidatura, por el barrio de Once sólo se observó a un mandatario sin capacidad de convocatoria y sólo desesperación, por los sucesivos inconvenientes que le ponen palos en la rueda al Sueño Entrerriano.