Lifschitz: “La policía pacta con la delincuencia. En Santa Fe ajustamos las cosas y eso genera reacciones”

Por Gabriela Pepe.– El ex intendente de Rosario habla sobre la situación del narcotráfico y las complicidades. “Nos podrán cuestionar si somos más o menos eficaces en la lucha, pero el concepto de narcosocialismo no ha tenido asidero”, dice, y asegura que los demás distritos “ocultan información”. Impulsado por Binner, competirá por la gobernación. La situación del FAUnen y del frente provincial.

En un salón del cuarto piso del edificio de la calle Esmeralda, el Comité Ejecutivo Nacional del socialismo discute el futuro del Frente Amplio Unen (FAUnen). “No seremos parte de un rejunte electoral”, dirá el documento final del debate, emitido en el Centro de Estudios Municipales y Provinciales (Cemupro), que le cerrará la puerta a los acuerdos con Mauricio Macri y Sergio Massa. Antes de la declaración pública, Miguel Lifschitz contará que le entusiasma el futuro del espacio, aunque pedirá definiciones “más contundentes”. “En todo caso, si alguien dentro del FAUnen prefiere buscar otro camino, que lo haga”, dirá el ex intendente de Rosario.

 

Lifschitz se acomoda en la oficina que el socialismo usa como búnker en la Ciudad de Buenos Aires y que tiene la misma característica que los despachos gubernamentales santafesinos: mesas, sillas, sillones, algunos libros, y el despojo absoluto de objetos, fotos, adornos. “Es el estilo de Hermes”, comenta el senador provincial, hoy impulsado por Binner para competir por la gobernación de la Santa Fe, donde el acuerdo del Frente Progresista – de composición casi idéntica el FAUnen nacional-va camino a cumplir 20 años. “Lo hemos sostenido, aun con divergencias, no solo electoralmente, sino en la gestión”, apunta.

 

-¿La diferencia radica en que ahí lleva la voz cantante el socialismo?

 

-No era así inicialmente. En el ’95 éramos la segunda fuerza, el radicalismo tenía preponderancia. Pero fuimos creciendo.

 

-Todo indica que las contradicciones internas dentro del FAUnen las tiene el radicalismo.

 

-Sí, evidentemente. Y también es cierto que, de todos los partidos, es el que aporta mayor estructura territorial, por lo cual es un socio realmente importante. Por eso, desde nuestro punto de vista, es necesario mantener ese espacio. Pero queremos desterrar cualquier estrategia de alianza con Macri o con Massa.

 

-Pero a nivel local lo pueden tolerar.

 

-Uno podría entenderlo si se tratara solo de estrategias locales. Si en Tucumán, por ejemplo, para enfrentar a José Alperovich, hace falta generar una alianza amplia.

 

-¿Y por qué ese razonamiento no se podría trasladar a nivel nacional?

 

-Primero, que el escenario a nivel nación al no está polarizado, hay muchos candidatos.  No vemos esa necesidad en esta instancia de primarias.

 

-No ven la necesidad de armar un frente no peronista.

 

-No vemos que sea positivo esa estrategia de dividir al electorado entre peronismo y no peronismo, pes reeditar dicotomías del pasado. Si nos planteamos como alternativa de gobierno, tenemos que armar una propuesta compatible, coherente. Nadie quiere volver a cometer los mismos errores del pasado.

 

-Usted va a ser candidato a gobernador de Santa Fe, ¿van a ir a internas dentro del Frente?

 

-Bueno, también hay una precandidatura de Mario Barletta, de la UCR.

 

-También el senador Rubén Giustiniani manifestó su intención de competir.

 

-Ha dicho que va a ser candidato a algo, pero no dijo a qué. Si fuera así podríamos, ir a la interna.

 

-También dijo que Binner pone candidatos “a dedo”.

 

-Binner ha manifestado su preferencia. Como alguno se puede manifestar por Giustiniani, o por Barletta. Son opiniones políticas y cada una tiene su peso, de acuerdo a quién lo dice. De todas formas, cualquier dirigente tiene derecho a presentarse y ser candidato. Todos corremos con las mismas posibilidades. Nuestro objetivo sería que hubiera una sola lista.

 

-¿De consenso con el radicalismo?

 

-Sí, estamos teniendo conversaciones. El Frente está en un muy bien momento, de excelentes relaciones. Creemos que hay 50 por ciento de posibilidades de llegar a una fórmula de consenso.

 

-El gobierno de Santa Fe gobierna con la Legislatura en contra, ¿qué lectura hace de esa experiencia?

 

-Las dos Cámaras legislativas están en manos de la oposición. Es la primera vez en la historia de la provincia que se da una circunstancia de esa manera, pero se ha podido convivir, sacar proyectos, hacer acuerdos, no ha sido un impedimento para gobernar. Obviamente, si uno tuviera mayoría sería más cómodo. Pero no ha sido obstáculo.

 

-¿La ventaja que tiene el socialismo es que el peronismo en Santa Fe está fragmentado?

 

-Depende, creo que no es bueno que los partidos estén tan divididos porque eso también dificulta las negociaciones, encontrar un interlocutor. Nadie termina de unificar la representación y eso le ha facilitado el camino al PRO de Miguel del Sel, que capta un voto del peronismo del interior, más conservador, vinculado a (Carlos) Reutemann, que no se siente cómodo con el kirchnerismo. Probablemente si el peronismo estuviera más consolidado, el voto de Del Sel no estaría tan alto.

 

-¿Es una preocupación para 2015?

 

-Si el Frente Progresista arma una buena propuesta, creo que estamos en condiciones de ganar. Las dos ciudades más importantes electoralmente, Santa Fe y Rosario, las gobierna el Frente Progresista. En principio, las condiciones son positivas.

 

-¿La disputa más difícil va a ser con el peronismo?

 

-Sería bueno que el peronismo tuviera un candidato competitivo. Sino podría darse una mayor migración de votos desde el peronismo hacia Del Sel.

 

-En relación a los acuerdos locales de sectores del FAUnen con el PRO, eso deja afuera a Santa Fe.

 

-Absolutamente. En Santa Fe no existe esa posibilidad en ningún escenario, competimos por el mismo lugar. No es viable, tanto por razones electorales como de representación política.

 

El narcotráfico, la gran preocupación

 

-Desde hace un tiempo Santa Fe, más puntualmente Rosario, quedó asociado al problema del narcotráfico, ¿qué lectura hace de ese problema?

 

-Es un foco pero no creo que sea el más fuerte. Hay organizaciones muy importantes que están asentadas aquí, en la Ciudad de Buenos Aires o en la provincia de Buenos Aires, aunque quizá no con ese fenómeno de enfrentamiento que los pone tan a la vista. En Santa Fe hay es una decisión política muy fuerte del gobierno de enfrentar el problema, las mafias, la corrupción policial. Se está trabajando en eso con reformas en todos los frentes, la policía, la Justicia. Todo eso genera mucho ruido. No hay ninguna duda de que todas las policías, la santafesina, la bonaerense, tienen cruce con el delito. Cuando uno empieza a ajustar cosas, aparecen reacciones.

 

-Pese a esto, el año pasado Binner sacó más del 40 por ciento de los votos. ¿El electorado no les pasa factura?

 

-Con el correr del tiempo ha quedado en evidencia que el problema no es solo Santa Fe sino que el tema narco está instalado en Argentina. Ha habido manifestaciones muy contundentes en ese sentido de la Iglesia, de la Suprema Corte, del propio Gobierno. Y los santafesinos nos conocen, saben de nuestra trayectoria. Nos podrán cuestionar si somos más o menos eficaces en la lucha, pero eso de la complicidad política o el concepto de narcosocialismo no ha tenido asidero.

 

-Pareciera que el foco está puesto en Rosario, ¿por qué?

 

-Porque se dieron muchos casos resonantes y eso coincidió con la detención de un jefe de policía (Hugo Tognoli), aunque  no es la primera vez que un alto funcionario policial en Argentina está implicado en un delito.

 

-Pero el gobierno provincial lo respaldó.

 

-Al día siguiente de que salió la denuncia en Página 12 se lo relevó de sus funciones. Lo que se dijo es que, hasta ese momento, no había ninguna denuncia ni causa contra él, no tenía antecedentes negativos en su foja de servicios. Y, de hecho, la causa está avanzando.

 

-¿Cree que, de alguna forma, no vieron el crecimiento del peligro?

 

-Lo que pasa es que el narcotráfico es un delito de orden federal, en lo local uno tiene muy pocas herramientas. La Capital Federal tiene, además de los 4 mil efectivos de la Metropolitana, unos 30 mil de la Federal, y cerca de 20 mil de Gendarmería  y Prefectura. Si uno retirara esas fuerzas de la Ciudad de Buenos Aires, ¿dónde estaría concentrado el delito? Las fuerzas federales y la justicia federal, que se tenían que haber hecho cargo de estos problemas hace años no lo hicieron, ni a nivel nacional ni en las fronteras. Pero yo creo que la diferencia de lo que ocurrió en Rosario tiene que ver con que hay disputas por el territorio, porque la policía dejó de ser la que organizaba o controlaba la situación.

 

-Habla de pactos entre la policía y los delincuentes.

 

-En muchos lugares la policía hace lo que se llama habitualmente “el doble pacto”: pone límites y pacta con la delincuencia y el narcotráfico. Nosotros no hicimos eso. Tal vez no estábamos totalmente preparados para enfrentar esa decisión.

 

-¿Usted dice que ese pacto existía cuando ustedes llegaron?

 

-Creo que sí. Lo reivindican muchos ex policías como una cosa positiva del pasado. La organización del territorio para que no haya conflictos la hace la propia policía.

 

-¿Y rompieron con eso?

 

-Quizá sin haber tenido la herramienta adecuada para reemplazar esa realidad o afrontarla. Y esto desató esas situaciones de violencia. Pero no creo que el Gran Buenos Aires tenga menos problemas de drogas, de violencia o de organizaciones delictivas que Rosario. Siempre cuento que cuando yo era intendente, en 2009, apareció lo Gripe A y, como tenemos un sistema de salud pública muy organizado, enseguida convocamos a todos los agentes públicos municipales y provinciales y establecimos un protocolo. En Rosario tenemos el único laboratorio del país, además del Garrahan, que podía determinar en el momento si era Gripe A. Con lo cual todos los días teníamos información exacta de los casos. Nos llamaba la atención que éramos la ciudad que más casos tenía. Cuando averiguamos por qué, vimos que nadie recolectaba información y, además, todos mandaban los análisis a Buenos Aires, donde demoraban 15 días. Entonces, el problema que teníamos era que teníamos información muy precisa y la estábamos brindando.

 

-¿Dice que pasa lo mismo con el narcotráfico?

 

-Creo que se está ocultando la información. A nivel nacional no hay estadísticas de criminalidad y homicidios desde el año 2008. En provincia de Buenos Aires no hay información oficial y en la mayoría de las provincias, tampoco. Está claro que el problema está y hay que enfrentarlo.

 

-¿Con qué herramientas contaría para eso?

 

-Va a haber que profundizar la reforma policial, que apunta a mejorar la capacitación de los agentes que ingresan. Hasta hace unos años un policía se formaba en seis meses. Nosotros lo llevamos a dos años, con un año más de una tecnicatura en seguridad.

 

-En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, son seis meses.

 

-Claro, eso tiene un precio. Es todo un costo invertir dos años para formar un policía, pero entendemos que es parte de la reforma del sistema policial. Es un proceso que habrá que profundizar.

 

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