Con los primeros cortes de luz, llegan nuevos cortocircuitos internos provocados por Capitanich
Por Antonio Rossi.- La aparición de los primeros cortes de luz en la región metropolitana provocados por las altas temperaturas, mostraron a la administración kirchnerista desprevenida y con un “triple comando” a cargo del sector eléctrico que, lejos de transmitir una señal de control de la situación, arrojó una preocupante imagen de “cortocircuitos internos” y falta de conducción.
Con el récord histórico de calor para el mes de octubre y las primeras protestas de los usuarios sin servicio en los medios como telón de fondo, el Jefe de Gabinete Jorge Capitanich sorprendió a los ministros de Planificación y Economía con una puesta en escena que apuntó a dejar mal paradas a las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur.
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Cuando nadie lo esperaba y en medio de un calor sofocante, Capitanich convocó el lunes a su despacho a las máximas autoridades de las empresas, a los técnicos del organismo regulador y a los funcionarios de Planificación que, en la práctica, son los responsables del funcionamiento del sector eléctrico.
Luego de haber amenazado públicamente a las empresas con la realización de un “relevamiento para determinar las causas de los cortes”, Capitanich mantuvo una larga reunión con Ricardo Torres (titular de Edenor), Fabrizzio Allegra (presidente de Edesur) y una decena de funcionarios que concluyó con un simple reclamo a las distribuidoras para que refuercen la difusión de las obras de reparación y mantenimiento que se están llevando adelante con los fondos que aportan los usuarios y el Gobierno.
La aparición de Capitanich puso de muy malhumor a las espadas del ministro Julio De Vido que vienen manejando las riendas del sector eléctrico.
Tanto el subsecretario de Coordinación y Gestión, Roberto Baratta, como el titular del centro de reclamos y seguimiento de los servicios públicos, Marcelo Montero, se retiraron de la reunión en la Casa Rosada tragando bronca por partida doble.
En primer lugar, porque las declaraciones del Jefe de Gabinete pusieron en “off side” al ministerio de De Vido y al propio Gobierno que tiene virtualmente intervenidas a las distribuidoras metropolitanas.
Edesur cuenta, desde mediados de 2012, con una “veeduría” que encabeza el vicepresidente del ENRE, Luis Barletta. En tanto, en el directorio de Edenor hay cinco representantes camporistas por las acciones de la ANSES que responden directamente al ministro de Economía, Axel Kicillof.
Además, los planes de obras que están ejecutando actualmente las empresas para morigerar los cortes fueron definidos y aprobados por los técnicos de Planificación. Esas inversiones –que según las cifras oficiales trepan a casi $ 4.000 millones– se cubren con los ingresos provenientes del cargo específico FOCEDE que pagan los usuarios y los fondos complementarios que aporta el Gobierno.
Y en segundo lugar, porque Capitanich no se animó a convocar a la reunión al equipo de la Secretaría de Energía que conduce Mariana Matranga, la camporista y ex asesora de YPF que Kicillof colocó en ese lugar a mediados de año en remplazo del histórico Daniel Cameron.
Los hombres de Planificación se quejan por lo bajo de que ni Matranga, ni el subsecretario de Energía Eléctrica, Paulo Farina, han salido a dar la cara cada vez que se registran los problemas de abastecimiento y las quejas de los usuarios por los cortes.
“Se mueven como si fueran miembros de la realeza de Holanda y no funcionarios del Gobierno nacional a cargo de los temas energéticos”, es la crítica cada vez más frecuente que se escucha en los pasillos de Planificación contra Matranga y Farina.