Con consenso entre el oficialismo y la oposición sobre la necesidad de pasar a un sistema acusatorio, y fuerte controversia sobre la propuesta de expulsar a los extranjeros que estén en situación irregular en el país, cuando sean sorprendidos “en flagrancia del delito”, comenzó en el Senado el debate por el nuevo Código Procesal Penal de la Nación. El ministro de Justicia, Julio Alak, el secretario, Julián Álvarez, y el subsecretario de Política Criminal, Juan Martin Mena, expusieron ante el plenario de las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y de Presupuesto.
Como era de prever, el principal debate sobre el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo giró en torno al tema de los inmigrantes, que se convirtió en blanco de críticas de la oposición. “Se está diciendo que vienen los extranjeros a delinquir. Esto va a generar una persecución de extranjeros”, dijo el jefe de la bancada radical, Gerardo Morales. Su par del Frente para la Victoria, Miguel Ángel Pichetto, pidió a la oposición que “repiense el tema”, y se refirió a los extranjeros “que rompen el pacto de convivencia” al cometer delitos.
“Van a contramano del pensamiento social”, dijo Pichetto, y pidió “dar una discusión responsable” sobre el tema. Morales le recordó que los impedimentos “del ingreso y permanencia de extranjeros al territorio nacional” están regulados en la ley de Migraciones, pero advirtió que esa norma “no se cumple”. “La frontera es un colador. No hay control migratorio. Esta norma solo va a lograr estigmatizar a los extranjeros”, agregó Morales.
Ante los cuestionamientos de Morales y de Rubén Giustiniani - quien pidió la presencia en el debate del director Migraciones, Martín Arias Duval -Pichetto aprovechó para pegar un tiro por elevación al Frente Amplio UNEN, al mencionar los problemas del narcotráfico en la provincia que gobierna el socialismo. “Santa Fe es la nueva Medellín”, apuntó. “Si Rosario es Medellín, Argentina es Colombia. La culpa la tiene el chancho y el que le da de comer”, respondió Morales.
Los senadores de la oposición aprovecharon, además, la oportunidad para criticar las declaraciones del secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien calentó la previa del debate al declarar, sin reparos: “La Argentina está infectada de delincuentes extranjeros”. “Ahora vemos que el Gobierno trabaja política y mediáticamente” en la misma línea de Berni, dijo el formoseño Luis Petcoff Naidenoff, quien también criticó la inclusión de la expresión “conmoción social” como presupuesto para el dictado de la prisión preventiva. Naidenoff utilizó un artículo de Horacio Verbitsky, escrito en el diario Página 12, para apurar al oficialismo con una definición. “Si tuvieron el privilegio de leer este artículo, ¿me podrán explicar qué quiere decir conmoción social?”, cuestionó.
Otro de los puntos que generó controversia es el crecimiento del poder de los fiscales, que promueve el nuevo Código, y que según acusa la oposición, podría llegar a entorpecer el avance de causas por corrupción de funcionarios públicos. “Necesitamos fiscales que no estén sometidos. Debe garantizarse la independencia de los fiscales y del Ministerio Público”, dijo Morales. El radical resumió, de manera llana, las objeciones del radicalismo: “Estamos de acuerdo con la reforma. Lo que nos jode, así como se dice, es (Alejandra) Gils Carbó“. El subsecretario de Política Criminal, Mena, respondió que el nuevo Código prohíbe expresamente a los fiscales que descarten la acción penal en casos de corrupción de funcionarios públicos.
Al presentar la iniciativa, el ministro de Justicia, sostuvo que el nuevo Código Procesal Penal “será una herramienta eficaz y moderna para luchar contra el delito”. “Acortará los plazos y garantizará mayor transparencia a través de la oralidad”, dijo Alak. La discusión seguirá el próximo jueves, con la presencia de invitados y especialistas en la materia.