El Ejecutivo británico envió una nota a la Bolsa de Londres para informar que la empresa cotizará en la plaza “en las próximas semanas”. Aunque no precisó el porcentaje que pondrá a la venta, se estima que no será inferior al 41%.
Según el proyecto oficial, al menos un 10% de los títulos serán repartidos entre los trabajadores del sector, que igualmente se oponen a la medida.
El secretario general de CWU, Billy Hayes, comentó que “la privatización es mala para los clientes, para el personal y para la industria”.
“Pondrá en riesgo puestos de trabajo y la calidad del servicio y llevará a una suba en los precios”, añadió.
Los casi 160.000 trabajadores del sector votarán el 20 de septiembre próximo si realizarán una huelga, en lo que sería la primera medida de fuerza desde la concretada en 2009.
La privatización sería la más importante del Reino Unido desde las realizadas por los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher y John Major.
El sindicato también presionará al laborismo, principal partido de la oposición, para que se comprometa a una renacionalización del servicio si vuelven a ser gobierno tras las elecciones generales de 2015.