Primero les pidieron los datos personales y les dieron remeras y camperas para que marchen –sin estar previamente avisados-. Les sacaron fotos. Cuando entraron al auditorio, “ahí empezó la trampa”, relató una chica que estuvo presente.
“Primero comenzaron presentando a varias personas y después a Gustavo Pulti y Martín Insaurralde, que estaban sentados en una mesa con otros, y eran los que se habían sacado la foto. Se pararon y fueron hablando cada uno de las cosas que querían, nunca capacitándonos del medio ambiente, si no nombrando las cosas que habían hecho, al momento de Insaurralde, este nombró sus cosas, sus pensamientos, y después se fueron, pero sin antes pedir aplausos y manos levantadas para una foto en la que nuevamente éramos fondo todos vestidos con remeras naranjas”, dice un comunicado escrito por ella.
Luego fue el turno del Director Ejecutivo del OPDS, Hugo Bilbao, que también se tiró flores a él, sus logros y la gestión. “En los últimos 30 minutos se habló del calentamiento global y de algunas de las consecuencias en el ambiente, en la cual varios jóvenes quisieron hablar y hacer preguntas como el tema de la Shell y La Reserva y fueron callados”, se detalla en la carta.
Después de vivir todas esas escenas, una de las chicas presentes tomó el micrófono y se animó a plantear lo que habían padecido desde temprano, que “no podía ser que estemos aceptando que nos usen para campaña política, cuando habíamos sido invitados a una capacitación que nada tenía que ver con Insaurralde, Perón, y otros que nombraron en el medio de la presentación, que cómo podía ser que muchos estén levantando las manos y sonriendo para la foto cuando nos estaban tratando de tarados; dijo que ella no se iba a callar, y pregunto si nosotros sí, y ahí fue cuando todos o la gran mayoría comenzamos a aplaudir y al momento de la segunda banda el auditórium estaba casi vacío”.
Al final, los chicos relataron que pudieron ver a Bilbao intentando dar explicaciones de lo ocurrido, justificándose y hasta desligándose del trasfondo político que tenía esa reunión.
“Mientras nos usaron a nosotros para una campaña política, nuestros profesores fueron distraídos en otro salón en el cual les explicaron el reciclaje de una botella, vergonzoso”, cerró la carta escrita por una de las chicas que fue a la reunión con la expectativa inocente de que presenciaría una charla ambiental, cuando en realidad todo se enmarcó en un acto de campaña, a poco de las elecciones de octubre.