La propuesta buscaba dejar bajo tierra amazónica una enorme reserva de petróleo a cambio de apoyo económico de la comunidad internacional, pero, según anunció el propio Correa, ese aporte no se concretó.
“Con profunda tristeza, pero también con absoluta responsabilidad con nuestro pueblo y nuestra historia, he tenido que tomar una de las decisiones más difíciles de todo mi gobierno. He firmado hoy el decreto para la liquidación de los fideicomisos Yasuní ITT”, dijo Correa en cadena de radio y televisión.
El mandatario anunció que pedirá la autorización a la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) para explotar crudo en el parque Yasuní, declarado Reserva Natural de la Biósfera por la Unesco.
También explicó que la explotación petrolera en el Yasuní afectará “menos del uno por mil del parque”, que abarca un millón de hectáreas de la selva amazónica, y que el aprovechamiento de las reservas del ITT representarán ingresos por 18.292 millones de dólares que se destinarán a acabar con la pobreza del país.
Para el gobernante, la explotación del crudo en las zonas de Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) del Yasuní se hará con la mejor tecnología disponible para minimizar el impacto ambiental en esa región, una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta.
Ecuador lanzó el proyecto hace seis años en la sede de Naciones Unidas, cuando pidió la “corresponsabilidad” económica de la comunidad internacional para no explotar el crudo del eje ITT, lo que también suponía evitar la emisión a la atmósfera de 407 millones de toneladas de dióxido de carbono, que se generaría con la combustión del hidrocarburo.
Se calcula que el bloque ITT contiene unos 920 millones de barriles de petróleo. Ecuador aspiraba a obtener unos 3.600 millones de dólares de la comunidad internacional, en doce años, para llevar adelante la iniciativa ambientalista.