Política

Los armadores de Massa que le entregaron la victoria

Gracias a un trabajo pormenorizado que reunió a varios intendentes de la provincia de Buenos Aires, en diferentes puntos del territorio que gobierna Daniel Scioli el mandatario de Tigre, Sergio Massa, cosechó un triunfo que lo impone sobre el Frente Para la Victoria, lo deja como favorito para ganar las elecciones de octubre y abre un camino para el 2015.

“Estamos conscientes de que somos los únicos en condiciones de pelear la elección pero tendremos en frente al aparato político más poderosos que se conozca en términos electorales. Tenemos la tranquilidad de saber que la gente nos acompaña por haber elegido una campaña que nos permita hablar poco y escuchar mucho, algo que nos posibilita interpretar los reclamos además de conocer las necesidades de la gente”, así hablaba Sergio Massa en la previa de las PASO, que lo dejaron bien parado para octubre, con una importante diferencia sobre el candidato K, Martín Insaurralde, hoy relegado por la fuerza del Frente Renovador.

 

Pero ese triunfo, además de Massa, tiene otros responsables que decidieron jugar para el intendente de Tigre a pesar de que habían llegado, en algún momento, con la lista del kirchnerismo a sus cargos. El primer caso, y uno de los más especiales, es el de Darío Giustozzi, quien defendía con intensidad lo hecho por el FPV en la Provincia, pero terminó alineándose al massismo.

 

En San Martín, la ciudad de Gabriel Katopodis, demuestra que el trabajo del massismo fue contundente. Al superar el 42 por ciento de los votos, el distrito de la 1ª sección electoral se convirtió en uno de los territorios claves para el triunfo en las PASO del jefe comunal tigrense. Sobre lo que pasó en las urnas, Katopodis envió un claro mensaje advirtiendo que “llegó la hora de que la gente decida si quiere empezar a protagonizar una página diferente de la política en la Argentina“.

 

Algo similar pasa en Olavarría, espacio que maneja José María Eseverri, un histórico del massismo que se llevó la victoria por una diferencia importante contra la fuerza kirchnerista. Con el 37 por ciento superó sin sobresaltos a sus contrincantes que pudieron reunir, lejanos a ése número, un tenue 21.74 por ciento. Otro de los aliados que dieron una importante ayuda fue Jesús Cariglino.

 

Enemistado con la Casa Rosada, decidió jugar para la hoy principal fuerza opositora en la Provincia, y le dio el 53 por ciento en Malvinas Argentinas que le sacó 31 puntos a los seguidores. El caso de San Miguel tiene similitudes. Allí, donde la fuerza que encabeza Joaquín De la Torre obtuvo un poco más del 41 por ciento, dejando relegados por la misma diferencia a sus principales competidores (a diferencia de otros casos compitió con el Frente Social bonaerense), el Frente Renovador marcó la cancha para octubre.

 

Cómo sucede históricamente en San Fernando, donde Luís Andreotti despliega toda su fuerza para que su vecino político crezca a nivel provincial, se logró un importante 51 por ciento que aplastó el 17 por ciento de los votos kirchneristas, siempre limitados en la zona norte que, en cierta forma, deja similitudes a lo obtenido en General Villegas.

 

A pesar de que el caudal de votos no fue tan grande (comparando a otros distritos), la localidad que encabeza Gilberto Alegre, político de la 4ª sección electoral que desde hace tiempo juega para el ex Jefe de Gabinete nacional, sumó algo más del 37 por ciento, dejando claramente un caudal para las filas massistas, como lo anuncia en cada aparición pública. Con similares características, el Hurlingham de Luis Acuña sumó una buena cantidad de votos –el 36 por ciento contra el 28 del FPV­– para que lleguen hasta el delta bonaerense.

 

Por último, en La Plata, la capital provincial, que tiene a Juan Amondarain y a Jorge Sarghini como referentes, obtuvo la victoria local, una buena performance seccional (la 8ª) y le dio a Massa la posibilidad de destronar al FPV que encarnaba Insaurralde para el Congreso nacional: un 26 por ciento sobre el 24.50 sumó para que el nuevo peronismo disidente, hoy centralizado en Tigre, se lleve la primera elección que participa para sus vitrinas.

 

Gisela Scaglia, vicegobernadora de Santa Fe y presidenta del PRO.
Andrés Fassi y Claudio Chiqui Tapia, una guerra que se juega en la cancha del poder.

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