“Si no nos dan el primero o el segundo lugar nos vamos”, repiten cada vez con más fuerza desde el entorno del jefe comunal platense en cada una de las reuniones que se suceden luego del encuentro entre Bruera y Zannini, esta semana en la mismísima Casa Rosada. Es que el ingreso del tercer puesto de la lista a la Legislatura sería algo utópico, según analizan desde el oficialismo local.
Así, los hermanos gobernantes se mantienen firmes en su postura de enfrentarse -al menos en esta discusión- con Cristina Fernández. “Es el primero o segundo lugar o nada, nos vamos”, sentencian, y hasta amenazan con mudarse con el intendente de Tigre, algo que sorprende a más de uno.
Esa sorpresa incluso es la de los massistas platenses, que desconocen esta posible movida. Incluso desde el entorno del ex Jefe de Gabinete de Cristina, allá en el norte del conurbano, ven como algo imposible que eso se materialice, porque “Bruera es del Frente Para la Victoria”.
Lo que comentan por lo bajo también es que el máximo rechazo a la figura del intendente no es únicamente por el duro golpe que sufrió el Municipio platense tras la inundación del 2 de abril, con todo lo que eso significó -y significa-, para la imagen de Bruera, su hermano y toda la gestión. La clave está en que aún está latente “la traición de Bruera al Grupo de los Ocho”, tras el 2009.
Por eso, lo que está tanteando el intendente de la capital provincial es a sus pares que no estuvieron en aquel grupo. Está buscando un puente a través de ellos.
En el 2005 Pablo Bruera obtuvo junto a Carlos Quintana un 17% en aquellas Legislativas, con el Frente Renovador, y hoy el sindicalista está distanciado del intendente.
Por estas horas continúan llevándose a cabo las negociaciones y como todo parece indicar, hasta el sábado a última hora se seguirá viendo cómo seguir.