Félix Crous: “Tenemos una visión primitiva del narcotráfico”

El procurador adjunto de Narcocriminalidad dice que las fuerzas de seguridad mejoraron su performance y que creció la eficiencia en la incautación. Cree que el informe de la Corte fue “de una espectacularidad estéril” y que la ley de derribo no resuelve los problemas. “Una avioneta derribada no dice nada sobre la ruta de la droga”, afirma.

 

Fue uno de los ejes de la campaña en las elecciones de octubre, la Iglesia emitió un duro documento advirtiendo sobre su avance en el país, y la Corte Suprema se sumó, reclamándole al Gobierno que tome “medidas urgentes” para detenerlo. Tras los escándalos de Santa Fe y Córdoba, investigaciones, denuncias y enormes incautaciones de drogas, el narcotráfico se fue convirtiendo en un tema prioritario de la agenda política y copó los medios de comunicación.

 

“Ahora todos son expertos, todo el mundo opina, como si tuvieran capacidades para hacer políticas criminales. En la medida en que esto se transforme en un objeto de disputa, habrá menos capacidad de construir consensos productivos para enfrentarlo”, se queja Félix Crous, titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), el área creada por la procuradora general, Alejandra Gils Carbó, en el mes de febrero, con el objeto de generar estrategias unificadas de investigación para enfrentar el narcotráfico.

 

-¿Creció el narcotráfico o no? ¿Por qué el tema que acaparó la agenda en los últimos días?

 

-¿Qué pasa con el narcotráfico? Habló (Ricardo) Lorenzetti. Y hacer una declaración semejante, sobre un tema tan objetivamente grave, como es la narcocriminalidad, lógicamente instala un tema. Por supuesto, no me escandaliza. Pero me parece que hay límites y que, cuando se traspasan, se bastardea el tema y no se lo puede abordar seriamente. No quiero decir que lo hayamos traspasado, sino que veo que de repente todos hablan de eso, todos quieren decir algo.

 

-Además fue un tema central de la campaña.

 

-Sí, uno puede hacer un análisis sobre el lugar que ocupó el tema históricamente y el que ocupó en esta campaña. En Argentina el tema de la seguridad, en general, fue ocupando un lugar paulatinamente y el tema del narcotráfico, un renglón más. Ahora Argentina entró en lo que otros países  ya habían entrado, que es detenerse en detalles más finos sobre el tema y a veces hacer girar toda la campaña en torno a esto. Me parece que en la medida en que esto se transforme en un objeto de disputa, hay menos capacidad de construir consensos productivos para enfrentarlo.

 

-Pero también instalaron el tema los grandes escándalos de Santa Fe y Córdoba.

 

-Todo eso es positivo, que haya aparecido como tema es importante, porque cuando hay una situación degradada, pero sin síntoma, llega la muerte y no nos enteramos. Ahora, la pregunta circular es si creció el narcotráfico o creció la eficiencia en la persecución. Lo primero es difícil saberlo, la información de la que disponemos no me permite tener cifras concluyentes acerca de cuál es el consumo de sustancias en Argentina como para saber cuál es la cantidad que ingresa para abastecer ese consumo. Si tuviéramos datos sobre consumo, y eso lo cruzáramos con la incautación en las investigaciones, podríamos tener una aproximación para saber la eficiencia en la incautación. Pero esto es bastante complejo. Lo que seguro creció es la eficiencia en la incautación, que es la fase más precaria de trabajo. Incautar no es en sí mismo un gran éxito. Lo es, por supuesto, pero no en sí mismo. Lo que sí puedo afirmar es que la performance de las fuerzas de seguridad y la calidad de las investigaciones han mejorado.

 

-¿En función de qué?

 

-De la profesionalización y de la conducción política de la fuerza. La conducción centralizada y política de las fuerzas de seguridad inexorablemente  lleva a mejorar su eficiencia y su profesionalidad. De no existir esto, seguimos con las viejas tradiciones de competencias entre fuerzas, de objetivos distintos a los de la conducción política del Estado, que es a la democracia. A menor control, mayor inercia de viejas prácticas, autoritarias, violentas.

 

-Generaron mucho impacto los secuestros de grandes cantidades de droga en las últimas semanas, ¿aumentaron o simplemente tienen mayor visibilidad?

 

-Probablemente tengan más visibilidad, pero creo que hay más operativos. Y no es cosa de los últimos días, los operativos requieren planificación. Hay que seguir la trazabilidad de la droga. No tiene ningún sentido incautar en una ruta, si no sabes de dónde viene, adónde va.

 

-Eso se conecta con el debate por la ley de derribo.

 

-Entre las miles de cuestiones por las que se puede objetar la ley de derribo, que todas se han dicho ya, hay una muy importante: es mucho más productivo detectar la avioneta en tierra que en vuelo. Ninguna avioneta derribada te dice nada sobre la ruta de la droga. Una avioneta controlada en el transcurso de vuelo nos permite saber mucho más sobre una organización que una derribada. En términos de rendimiento es absurdo.

 

-¿Hay una instalación de células de carteles extranjeros en Argentina?

 

-No tengo idea, y si la tuviera no lo podría decir. Esa es tarea de la inteligencia criminal. Nosotros podemos decir que hay investigaciones y que produjeron resultados. Hay que hablar con seriedad. La única instancia de inteligencia interna que tiene la investigación argentina es el área de inteligencia criminal que depende del Ministerio de Seguridad. Hay información que es secreta, no se puede difundir.

 

-Desde su llegada a la Procunar, ¿qué dificultades encontró en el trabajo de los fiscales contra el narcotráfico?

 

-La Procuración, por primera vez en la historia, está tratando de que seamos un Ministerio Público,  y no un rejuntado de fiscales. Los fiscales en Argentina en general son muy formados, tienen muy buen nivel técnico, mucha experiencia de trabajo judicial y una tradición de democratización frente a las fuerzas de seguridad que en otros países no existe. Pero la contracara es que hay una tradición de muy malas prácticas de los fiscales y jueces. Un defecto muy grande que comparten, en lo que nosotros estamos trabajando muy fuerte, es que enfocan de manera muy rudimentaria la investigación en la sustancia. Los fiscales somos muy rudimentarios en el modo que investigamos, tenemos un fetiche con la mercancía, como si esto fuera la época de la Convención del Opio. Y la verdad es que la mercadería no importa. Lo que vale es la ganancia en la que redunda esa mercadería y qué sucede con esa ganancia. Hay una visión primitiva de la cuestión del narcotráfico cuando lo que hay que tener es la visión de una empresa ilícita. Estamos atrasados.

 

- ¿Por qué?

 

-¿Qué es más fácil? Que la Gendarmería te traiga un camión, una incautación espectacular, ya está lista la causa, ¿qué mas vas a investigar? Hay un camión, un tipo que lo contrata, otro fulano al que nadie conoce, que capaz está en otro país. Entonces, profecía autocumplida del fracaso. El vehículo no dice demasiado y bueno,  un señor camionero 10 años preso y un cargamento quemado. Listo.

 

-¿Hay recursos suficientes para trabajar?

 

-Sí, hay. Y también hay muy buenos investigadores policiales en esta parte de la historia, sin duda. Se ha invertido mucho en tecnología para la investigación. Hay muy buenos recursos humanos, incluyendo en las fuerzas, hay químicos, grandes recursos. Pero me parece que desde el Poder Judicial y desde el Ministerio Público en este momento estamos a la saga de la conducción del Poder Ejecutivo en este tema, estamos atrás. Siempre la queja fue la policía no sirve, es corrupta. Sí, sin duda, en algunos casos. Pero nosotros no estamos a la altura del problema. La Corte con ese informe del otro día, por ejemplo. Nosotros tenemos los informes desde hace un año diciendo lo mismo. Me parece que fue de una espectacularidad estéril.

 

-Otro tema siempre cuestionado es el de frontera y los radares, o la falta de ellos.

 

-Si se estuvieran utilizando los radares del Sistema de Defensa Nacional, articulados como apoyo logístico al tema de la Seguridad, algo que habilita tanto la ley de Defensa como la de Seguridad Interior, ¿cómo vas a decir dónde están los radares?  Eso es un secreto de estado. ¿Cuántos radares hay? ¡No te lo voy a decir! No se puede decir ni dónde están ni cuántos son. Es una chantada. Los que pretenden decir eso son irresponsables. Y sobre el tema de la frontera, pretender que el combate del crimen organizado es controlar la frontera es como pretender que la circulación de estupefacientes en Europa tenga que ver con un puente fronterizo entre Francia y España. No existe eso. En un mundo en el que no vamos a tener fronteras, hay que apuntar a desarmar las organizaciones. Y la frontera no es el lugar para hacerlo. Decomisas en la frontera, ¿qué logras? Atrás viene otro, que va a pagar un poco más caro. Hay que buscar quién distribuye, dónde se juntan, quién lava la plata.

 

-¿En qué fallamos más?

 

-Aunque tenemos herramientas normativas suficientes, hay una actividad casi nula en la incautación, decomiso y aprovechamiento de los bienes del narcotráfico. Se quejan porque no hay recursos pero no se aprovechan los recursos como la ley lo dice, porque la Corte le está disputando al Ministerio de Justicia el registro de los bienes. Y no tenemos un órgano de administración de bienes decomisados. La ley dice que la mitad de los bienes se deben usar para combatir al narcotráfico, la otra para la recuperación, asistencia, las adicciones. Todo eso no existe. Lo que existe no funciona, y lo que debería existir, no existe. Y en eso estamos últimos en toda América. Todos los países tienen un sistema de administración de decomiso, y todos son mejores. En eso también tenemos que trabajar.

 

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