La complicación del endeudamiento, para el cual se necesitan los dos tercios de los presentes en el recinto y las concesiones de parte del Ejecutivo hacia el Frente Progresista y a los ruralistas dejaron de lado al Frente Renovador. Ahora la definición será legislativa y el poder de articulación que tenga el vicegobernador Gabriel Mariotto con los hombres de Sergio Massa será la clave para darle la herramienta de gobierno a Scioli.
En el Frente Renovador acusan que la pelota está en la cancha de Scioli. El massismo fue determinante y explicó que “la actitud de Scioli de negarnos a nosotros, querer hacer mayoría con la UCR -FAP para el 2014 y dejarnos al costado, es una decisión que tiene tomada”. Con estas condiciones, hoy -a casi una semana de la discusión de la Ley de Leyes- el bloque que representa a Sergio Massa no parece llegar a un acercamiento. “Scioli dio el primer paso, que fue avanzar sin el Frente Renovador”, sentencian.
El planteo del massismo es ser reconocido como oposición. Tienen entre sus pergaminos la holgada victoria de las elecciones legislativas y el grupo de más de veinte intendentes; su mayoría en el Conurbano norte. Conocidos los pliegos de los directores del Banco Provincia entre los cuales uno de los tres forma parte de la oposición y pertenece al radicalismo, como es Diego Rodrigo; además del postulante a la Fiscalía de Estado, Hernán Gómez, decano de la Facultad de Derecho de la UNLP y hombre del partido centenario fueron cerrando los espacios para que el FR meta las narices. Queda la vicepresidencia de la Cámara Baja; pero hoy está en manos del camporista José Ottavis y en Diputados los números corren más a favor del FpV que en el Senado y conseguir ese lugar es una tarea más engorrosa.
Pero Scioli ya cedió ante el campo, eliminó el inmobiliario rural como primera medida y así apagó un foco de incendio que amenazaba con inflamarse. También le garantizó a los intendentes del radicalismo un presupuesto y la “gobernabilidad” que reclamaban. A cambio avisaron que acompañarán el presupuesto y, lo que es mejor para el FpV, el endeudamiento; la herramienta necesaria para llevar adelante las grandes obras.
Es ahora, el vicegobernador Gabriel Mariotto quien tiene la llave para destrabar la situación. Pero tampoco tiene el terreno allanado. La interna que atraviesa al seno del bloque del FpV con su presidenta Cristina Fioramonti hace que primero se debe tranquilizar las cosas puertas adentro. No en vano, el jueves pasado se suspendió la sesión ordinaria que estaba prevista en la Cámara Alta, todavía -en voz baja- no hay una posición definida entre los integrantes del FpV sobre la decisión de Scioli de candidatear a Gómez como Fiscal de Estado. La postulación de Gómez ya cargó con una impugnación por la forma en que resolvió el proceso de usurpación de una planta avícola cometidas en la Dictadura.
A contrareloj el kirchnerismo deberá darle al gobernador el presupuesto. La derrota electoral del FpV en la Provincia planteó un nuevo escenario. Scioli, que esperaba ser el sucesor y que se mostró con intendentes el pasado lunes quedó en una posición aislada cuando Cristina miró el mismo día al Chaco y nombró a su gobernador, Juan Manuel Capitanich como el nuevo Jefe de Gabinete de la Nación, dejando de lado además a los intendentes. El mandatario bonaerense deberá ahora, darle a Sergio Massa el lugar de victorioso y refrendarlo como representante de la oposición, si lo que anhela es tener una votación sin mayores sobresalto; caso contrario se vencerán los plazos y con el recambio legislativo todo será más difícil que ahora.