Por Ariel Boffelli
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Por Ariel Boffelli
La operación de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner condicionó los festejos del Día de la Lealtad Peronista, que se distribuyó en diferentes sectores del país. Con ese panorama, Jorge Landau, el apoderado del Partido Justicialista (PJ), se tomó un tiempo para opinar sobre el futuro del Gobierno nacional, representado en varios actores que toman fuerza para lo que viene en la política argentina.
–¿Cómo analiza la jornada del día de la Lealtad? Fue bastante dispersa…
–Más que dispersa, fue atípica. En rigor, lo que faltó fue un acto central que es lo que siempre ocurrió pero la conducción está enferma y en consecuencia no pudo participar del acto.
Eso hizo que existiera una movilización a Plaza de Mayo, casi espontánea, promovida de apuro, y es lógico que no haya habido oradores. Como estamos en campaña electoral, cada uno trató de mostrarse más Peronista, con el objetivo de reflejarle al electorado su presencia. Pero, en un año que no tenés elecciones, vas a ver como desaparece, porque no le asisten las mayorías. Todos buscan tener olor a Perón y Evita.
–¿Por qué dice eso?
–El Peronismo siempre se estructura alrededor de una propuesta que es eje. Históricamente hubo disidentes, no nos vamos a extrañar pero, esta vez, ante la ausencia de un acto central, los gobernadores se reunieron para apoyar al compañero de Santa Fe, porque es una provincia importante.
Luego existieron un montón de actos locales, que se planificaron ante la ausencia del acto central. En la provincia de Buenos Aires existen 135 partidos justicialistas, muchos de ellos con una gran vida e importante tradición. El Peronismo sigue muy vivo en la gente, no hay nada que sorprenderse.
–¿Esa dispersión puede influir en el electorado?
–La gente tiene su posición tomada, no son los dirigentes los que influyen en la gente, es al revés. El dirigente mira los sondeos de opinión, y trata de surfear la ola para decir que los votos son de él y el candidato trata de meterse en eso. Como sabe que la mayoría de las personas simpatiza con el Peronismo, todos dicen que son peronistas.
La realidad es que el votante tiene su decisión tomada. No creo que influyan en la gente. Perón y Evita eran los únicos que influían. Hay que rescatar que Néstor Kirchner hizo un cambio sustancial, al igual que Cristina, los demás se tratan de ubicar en cómo viene la mano y posicionarse.
–Usted habla de otros representantes del Peronismo, como Sergio Massa y Francisco de Narváez, ¿no sería bueno que exista una gran interna para reacomodar las fichas?
–Eso es lo que vengo sosteniendo desde hace tiempo. El gran reproche que le hago a Massa y a De Narváez es que no utilizan al Peronismo para progresar, porque miran qué se pueden llevar del mismo y luego tratan de volar solos. Para nosotros, es nuestra vida. En consecuencia, lo que corresponde, es que la interna y las ambiciones lógicas se diriman dentro del PJ y no por fuera.
–En este panorama ¿cómo analiza los dichos de algunos referentes kirchneristas de que Sergio Massa no es del Justicialismo?
–Es muy difícil saber como van a ser los comportamientos de los actores en el futuro. Creo que si alguien quiere resolver las cosas por fuera del Peronismo, y tratar de romperlo, evidentemente no tiene mucha lealtad para lo que te permitió ser y la realidad te lo cobra.
–¿Cómo ve la actualidad del movimiento obrero? Está muy disperso…
–Es bueno mencionar que las dos herramientas que le dejaron Perón y Evita, entre tantas, al pueblo fueron, en primer lugar, la CGT única para que pueda defender al trabajo del capital y que se resuelva de manera no antagónica el enfrentamiento dialéctico esencial entre el capital y el trabajo.
Quien unifica al trabajo es el movimiento obrero unido. De modo tal que todo lo que haga la división del movimiento obrero, facilita el retroceso de los trabajadores y destruye la herramienta.
La segunda fuerza que nos dejaron, fue el Partido Justicialista.
–En ese contexto ¿cómo observa el papel de Hugo Moyano?
–Él es un producto del moviendo obrero, un muy buen dirigente para su gremio pero el problema es que la CGT está dividida (risas). Podés ser un buen dirigente, pero cuando sos un representante tenés que conducir al conjunto y no sólo a los amigos. El resultado es una central obrera dividida y un retroceso para los trabajadores argentinos.
No es el único responsable, pero tiene una fuerte culpa porque es un dirigente de gran prevalencia. El movimiento obrero tiene que resolver el tema de la unidad. Ellos mismos son conscientes, y tienen que ponerse de acuerdo. Nosotros no vamos a ser quienes le tengan que explicar esa situación.
La marca de las elecciones
Luego de la derrota que sufrió el kirchnerismo en las PASO, el partido gobernante realizó un giro sustancial en su política de Seguridad. El condicionante de los años de gestión, “como en cualquier parte del mundo” parece ser la causa del resultado adverso.
–¿Cree usted que se cortará la racha de que un Gobernador bonaerense nunca pudo ser Presidente luego?
–Es muy difícil saberlo ahora. Pero nunca tuvimos una presidenta mujer elegida democráticamente, y la tenemos. Hemos superado distintas fronteras a lo largo de esta historia, nunca habíamos tenido un presidenta que haya durado más de 10 años y Cristina va a durar 12, digo eso porque recuerdo los 4 años de Néstor.
–¿Coincide con algunos referentes de que Néstor y Cristina son lo mejor que le pasó al país después de Perón y Evita?
–Sí, son quienes mejor han expresado durante este tiempo el pensamiento Peronista. Hay distintos indicadores que van en esa dirección, pero más allá, nada es más claro que la influencia masiva en las nuevas generaciones que se suman al movimiento. Es algo que no se veía desde hace 40 años.
–¿Cómo analiza el resultado de las PASO?
–Lo que hemos vivido durante estas elecciones ha sido un lógico desgaste. Cuando llevás tantos años en un gobierno, es lógico que en los comicios de medio término tengas una disminución del caudal de votos, siempre ocurre eso. No hay que rasgarse las vestiduras por esta cuestión.
Lo más importante es ver que el Peronismo es el eje a partir del cual se fue construyendo la realidad argentina. Néstor y Cristina fueron dos exponentes típicos de su interna.
–Falta mucho para el 2015 y hay gobernadores como Sergio Urribarri que pican en punta ¿Cómo lo ve?
–Sergio Urribarri es un gran dirigente. Evidentemente tiene una cantidad de elementos que hacen que la provincia (de Entre Ríos) le quede chica. Pero habrá que ver como se resuelve esa cuestión, no es el único y entre todos se decidirá quien es mejor para ayudarnos a expresar el pensamiento justicialista más acabado y continuar con esta obra transformadora.