Mandela recibió el alta de un hospital en Pretoria el 26 de diciembre, tras dos semanas de tratamiento por una infección pulmonar y una operación para retirarle un cálculo biliar.
Con 94 años, progresa constantemente, según informaron los doctores, pero seguirá con cuidados en su residencia.
El Premio Nobel se convirtió en 1994 en el primer presidente negro de Sudáfrica, después de pasar 27 años en la cárcel por su activismo durante 67 años contra el “apartheid”, el sistema de segregación impuesto en el país por la minoría blanca.
Mandela, símbolo mundial de la lucha por los derechos humanos y la democracia, lideró una transición modélica que evitó una guerra civil pronosticada por muchos.
Su familia pidió el mes pasado a los medios que dejaran de lanzar rumores sobre su muerte, y aseguraron que Madiba -nombre del clan de Mandela en lengua xhosa con el que se le conoce cariñosamente en Sudáfrica- se encontraba en buen estado.
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, expresó sus buenos deseos a Mandela y le reiteró “el amor y el apoyo de todos los sudafricanos”.
La de diciembre fue la tercera hospitalización en los últimos dos años, aunque habitualmente se encuentra bajo permanente vigilancia médica en su residencia de Qunu.
Su última aparición en público fue en la clausura del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, en julio de 2010.