Según Le Monde, los operativos en París fueron realizados por policías de la brigada financiera y encabezados por el juez que instruye la causa, Jean-Michel Gentil. Los investigadores recogieron pruebas en las oficinas parisinas del ex presidente, en el domicilio donde vive con su mujer, Carla Bruni, y en su despacho del estudio de abogados de Arnaud, Claude y asociados, del que el ex mandatario conservador es socio.
Las pesquisas se centran en las finanzas de la mujer más rica de Francia, Liliane Bettencourt, heredera de L’Oréal. Una larga disputa familiar por su fortuna escaló en 2010 y derivó en una investigación y el posterior escándalo político, cuando surgieron acusaciones de que Bettencourt había financiado ilegalmente al partido de Sarkozy durante su exitosa campaña presidencial de 2007.
Aunque el líder francés siempre negó toda responsabilidad por esas acusaciones, sus críticos –con el Partido Socialista (PS) del actual presidente, François Hollande, a la cabeza– cargaron sobre el ex mandatario en medio del escándalo, cuestionando también su manejo de la crisis económica y acusándolo de demasiado amigable con los ricos.
Un contador de Bettencourt dijo en 2010 que la mujer le dio 50.000 euros en efectivo para el tesorero del partido de Sarkozy, destinados a su campaña presidencial, una cifra muy superior al límite legal, de 4600 euros.
La pesquisa tuvo lugar mientras Sarkozy se encuentra de vacaciones con su familia en Canadá. El juez Gentil, realizó los allanamientos acompañado por una decena de policías. Al parecer, estima que al menos 15 mil euros en efectivo fueron a parar a las arcas del partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), y fueron entregados directamente por la millonaria familia Bettencourt.
El magistrado apoya su investigación sobre los testimonios de ex empleados de la multimillonaria, que afirman que vieron a Nicolas Sarkozy en la casa de los Bettencourt a principios de 2007. François-Marie Banier, artista y amigo de la millonaria, anotó en su diario personal el 26 de abril de 2007 una confidencia que le hizo Bettencourt. La mujer habría hablado de un pedido de dinero de Nicolas Sarkozy al que ella dijo sí, según el diario Le Monde.
Según el abogado, los documentos demuestran la imposibilidad absoluta de pretendidos encuentros secretos con Liliane Bettencourt, considerando que todos los traslados y lugares a los que se dirigió el ex presidente en 2007 se produjeron bajo el control de los funcionarios de policías encargados de garantizar su seguridad.
El caso Bettencourt, que en principio partió de un diferendo familiar entre la millonaria y su hija por sospechas de abuso de debilidad, desbordó al terreno político y provocó la renuncia del ex ministro de Trabajo de Sarkozy, Eric Woerth, a raíz de sospechas de conflictos de intereses y de financiamiento ilícito de campañas electorales. Once personas, entre ellas Woerth, fueron inculpadas en el marco de este caso.
Con la finalización de su inmunidad presidencial, la situación de Sarkozy podría complicarse por otros asuntos judiciales, en particular el llamado caso Karachi, desencadenado a partir de un atentado perpetrado en esa ciudad de Pakistán. Dos familias de víctimas presentaron el 18 de junio una demanda judicial contra el ex presidente, acusándolo de haber violado el secreto de la instrucción sobre el caso. Los jueces sospechan que en esa causa hubo pago de comisiones de los contratos de venta de armas que sirvieron para financiar la campaña presidencial del ex primer ministro Edouard Balladur en 1995. En aquella época, Sarkozy era vocero de Balladur. Una de las hipótesis que se barajan en la investigación es que el atentado fue un acto en represalia por el cese del pago de las comisiones.