La principal característica del distrito es su singular urbanización, ya que las construcciones se han amoldado a los obstáculos que presenta el terreno, es decir a la forestación, a las dunas y cunetas, es por eso que sus calles son curvilíneas. Además de su proximidad al mar Argentino que es lo que capta la atención de miles de turistas.
Por otra parte, Pinamar tiene la particularidad de ser muy traquilo durante los meses más fríos y recobrar la energía y el movimiento a medida que se acerca la primavera para profundizarse en diciembre, enero y febrero. La calidez del verano le devuelve la vibra, la hermosura y reactiva el comercio local, basado principalmente en el turismo.
Pinamar recibió el último verano más de 1.4 millones de visitantes proveniente de todo el país pero particularmente de la Capital Federal. Sus principales atracciones son los equipados balneareos que ofrecen patios de comidas, carpas, sombrillas, piletas y recreación para toda la familia; así también como los circuitos de cabalgata por las playas más vírgenes del distrito; los campos de golf; y los circuitos de aventura, como excursiones en 4×4, arquería, trineos, carting, paseos en bicicleta, sandboard, all terrain, pesca embarcada,entre otras.
Además, la localidad resulta ser un atractivo para los artistas y las bandas más conocidas y prestigiosas del país, así también como internacionales. De esta manera es que los visitantes pueden disfrutar de interesantes conciertos y obras de teatro en los principales centros culturales de la localidad.
Al mismo tiempo, se pueden visitar las ferias artesanales extendidas a lo largo de todo el distrito y los distintos comercios de la zona, que varían desde restaurantes hasta casas de indumentaria.
Un poco sobre su creador
El arquitecto Jorge Bunge quiso facilitar el acceso a las amplias playas de la Costa Atlántica fundando la ciudad de Pinamar. En un principio, planteó la construcción de un balneario en el que el verde de la naturaleza formara con el mar un armonioso conjunto, aplicando conceptos urbanísticos muy avanzados para la época. En ese sentido, diseñó un agradable lugar de descanso para disfrutar en familia y con amigos.
La geografía devenía en dunas que formaban una barrera al mar, por eso Bunge, que había estudiado en Alemania no sólo Arquitectura e Ingeniería sino también Urbanismo, tuvo la original idea de fijar las dunas, propiedad de Valeria Guerrero, forestarlos y urbanizarlos.
Para eso, estudió las características y posibilidades de la zona y dio forma a su proyecto con una empresa denominada PINAMAR S.A., junto con la señorita Guerrero. A ellos se sumó un grupo interesante de personas, entre los que había hombres de campo, industriales y profesionales animados por el afán de superar un verdadero desafío.
A continuación, comenzó la fijación y forestación de las dunas en gran escala con métodos inéditos para la Argentina, luego, se procedió a la urbanización, para eso se extendió la red vial, se construyeron casas para el personal jerárquico de la empresa y se finalizaron los estudios específicos sobre los recursos naturales y las características climáticas del lugar, datos imprescindibles para la realización del Plan Director que proyectaría la conformación integral del paisaje que se quería trazar.
El 14 de febrero de 1943, se inauguró Pinamar como balneario y se abrió al público. Se construyó e inauguró el Playas Hotel, la Usina eléctrica y un pequeño Centro Comercial. Se prosiguió con las plantaciones para seguir fijando sus dunas. Se donaron fracciones de tierra para la construcción de la Escuela, la Sala de Primeros Auxilios, el Centro Cívico, el Destacamento de Policía, la Estación de Meteorología y la Iglesia. Se construyó una fábrica de tejas, baldosas y otros elementos para la construcción. Se concretó el camino provincial.
Al siguiente año, se presentó el Plan Director a la Provincia de Buenos Aires, el que fue aprobado. Se extendió la red vial diferencial con la pavimentación de las calles principales de Pinamar. Se tendieron redes eléctricas y de agua corriente, y simultáneamente se urbanizaron las primeras zonas en forma definitiva.
En 1945, se vendieron los primeros lotes y comenzó la construcción un núcleo de viviendas permanentes y de casas para veraneo. En ese mismo año se inauguraron la primera cancha de golf, la Escuela, la sala de primeros auxilios, la Iglesia Nuestra Señora de la Paz, la Cooperativa de Agua y Luz, el teléfono público, el correo y el muelle primitivo. Y recién en 1978 se declaró a Pinamar como una ciudad urbana.