Judiciales

Liberan a Romina Tejerina

Después de cumplir dos tercios de la condena de 14 años por “homicidio agravado por el vínculo”, liberaron a Romina Tejerina, la joven sentenciada en 2005 por haber asesinado de 21 puñaladas a su beba recién nacida.

Acompañada por su hermana, Mirta, y en el día de su cumpleaños número 29, Tejerina salió el domingo del Penal Alto Comedero.

 

En mayo de 2009, la justicia jujeña había rechazado por “improcedente” y “carente de sustento” un reclamo realizado por la abogada defensora para que pudiera cumplir la pena en su vivienda.

 

Romina ocultó su embarazo, producto de una violación, por vergüenza y a los siete meses de gestación dio a luz a una nena en el baño de su casa, a la que mató de 21 cuchilladas.

 

A un mes de estar en la cárcel, denunció haber sido abusada sexualmente por un vecino, 21 años mayor, y que cuando parió “vio en la cara de su hija el rostro del violador”. Su historia reavivó los cuestionamientos sobre la penalización del aborto y la figura de infanticidio, derogada en 1995 y que preveía una pena máxima de tres años de prisión para la madre que matara a su bebé durante el puerperio (período que inmediatamente sigue al parto).

 

A sus 21 años, el 10 de junio de 2005, los jueces de la Sala II de la Cámara Penal de Jujuy, la condenaron a 14 años de cárcel por “homicidio agravado por el vínculo”. Los magistrados aclararon que mediaron “circunstancias extraordinarias de atenuación”. Romina esquivó así el pedido de la fiscal Liliana Fernández de Montiel que, en su alegato, había solicitado prisión perpetua. Su defensa en cambio pidió la inimputabilidad: intentaron demostrar que Tejerina actuó bajo “emoción violenta”.

 

Eduardo Vargas, el hombre acusado por la joven de haberla violado, declaró durante el juicio que con la joven mantuvo “una historia sentimental”, que se extendió por un año, y que la relación sexual “fue consentida”. Según Tejerina, la noche del 1° de agosto iba a buscar a su hermana Mirta a un baile cuando la interceptó Vargas y la violó. En ese entonces tenía 17 años y cursaba 5° año del secundario. Vargas fue sobreseído por falta de pruebas.

 

A pesar del pedido de la defensa de Romina, nunca se le practicó la autopsia al cadáver de la beba y tampoco se hicieron los análisis de ADN. Uno de los argumentos en ese momento para rebatir la violación, la dio la fiscal: que la niña “tenía entre 34 y 35 años semanas de gestación”, por lo que la fecha de concepción debería haber sido entre el 4 y el 11 de julio de 2002, y no el 1° de agosto como aseguró Romina.

 

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