“Maddie”, desapareció la noche del 3 de mayo de 2007, pocos días antes de su cuarto cumpleaños, de la habitación de un complejo turístico de Praia da Luz, en el sur de Portugal, donde sus padres la habían acostado antes de ir a cenar con unos amigos.
El caso fue investigado durante 14 meses y cerrado sin resultados en Portugal, pero los padres de la pequeña, Gerry y Kate McCann, convencidos de que su hija fue secuestrada, presionaron para que el gobierno británico encargara en mayo pasado a la policía revisar los diferentes elementos de la investigación.
“Creemos sinceramente que existe una posibilidad de esté viva”, declaró Andy Redwood, de la división de Homicidios y Crímenes Graves, en un encuentro con periodistas en el que se difundió una foto retocada digitalmente que muestra el aspecto que podría tener hoy la niña con casi nueve años.
Redwood explicó que el grupo de 37 agentes que trabaja en el caso de Madeleine, detectó 195 “vías para la investigación”, tras analizar una parte de los 100.000 documentos que han reunido.
La policía británica relanzó hace un año las investigaciones sobre el paradero de Madeleine y “pusieron el reloj a cero” al analizar todas las pruebas acumuladas sobre lo ocurrido el 3 de mayo de 2007.
El inspector de Scotland Yard apuntó que “son de sobra conocidos otros casos de jóvenes que han sido secuestrados y encontrados tiempo después”, por lo que indicó que “no se puede descartar que Madeleine fuera raptada por un extraño” y que todavía se encuentre con vida.
Redwood subrayó que los investigadores británicos están “abiertos” a considerar la posibilidad de que la niña llegara a cruzar la frontera portuguesa, si bien no quiso “entrar en detalles” sobre el caso.
El objetivo de la policía británica en estos momentos es “contactar con todo aquel que tenga información directa sobre lo que pasó”, para lo cual ha habilitado un teléfono especial.