“Presos políticos, libertad”, gritaron los jóvenes que caminaron desde del monumento del Ángel de la Independencia hasta la plaza del Zócalo con pancartas con lemas como “Dictadura asesina” y “Libertad inmediata a manifestantes inocentes”.
Mientras la policía no dio datos sobre la cantidad de manifestantes, medios locales reportaron que unas 2.000 participaron de la protesta, que transcurrió en forma pacífica.
El sábado, en los alrededores del palacio legislativo, jóvenes derribaron vallas metálicas y lanzaron petardos y piedras a la policía, que replicó con gases lacrimógenos.
Otros manifestantes fueron después al centro histórico de la ciudad, donde rompieron vidrieras de comercios, pintaron consignas en monumentos históricos y arrancaron baldosas para usarlas como proyectiles.
El movimiento YoSoy132, se deslindó de la violencia y acusó a la policía de represión de manera desproporcionada y detenciones arbitrarias.
El procurador de Justicia de la ciudad de México, Jesús Rodríguez Almeida, dijo que de las 98 personas detenidas, se presentaron cargos contra 69 por delitos como ataques a la paz pública en pandilla –que se castiga con penas de cinco a 30 años de cárcel–, daño en propiedad ajena, lesiones y robo.
Doce menores de edad fueron entregados a sus familiares y el resto de los detenidos fue liberado bajo las reservas de ley.
El lunes a la tarde continuaban internados 16 policías y tres civiles, entre estos un joven de 22 años que perdió el ojo derecho y un hombre de unos 65 años con fractura de cráneo.