España contra el ajuste de Rajoy

El país de la península ibérica, amaneció paralizada por la segunda huelga general contra las políticas de ajuste del gobierno del presidente Mariano Rajoy, que en sus primeras horas recibió respaldo masivo en la industria y el transporte con 57 detenidos por enfrentamientos con la policía.

El Ejecutivo español indicó que la jornada de paro se desarrolla “sin alteraciones” y se cumplen los “servicios mínimos” –que en algunos casos llegan al 30%–, según la directora general de Política Interior, Cristina Díaz.

 

El seguimiento del paro de 24 horas fue “generalizado” en el turno noche, con una “paralización en los grandes sectores industriales y de servicios”, indicó la central sindical Unión General de Trabajadores (UGT), una de las convocantes.

 

En su valoración de media mañana, la otra central sindical mayoritaria, Comisiones Obreras (CCOO), señaló que la adhesión es de entre el 80 y 90 % en los distintos sectores.

 

Para las CCOO, la huelga es superior al paro general del 29 de marzo, el primero contra Rajoy y que tuvo como principal reclamo el rechazo a su reforma laboral, que abarata y facilita el despido.

 

La apertura de los comercios se caracterizó por una fuerte presencia policial. Los negocios de algunas de las principales zonas comerciales de la capital, como la Gran Vía de Madrid, permanecían casi todos cerrados, igual que en Barcelona, donde las persianas bajas dominaban en el céntrico Paseo de Gracia.

 

Al menos 57 personas fueron detenidas en distintos puntos de España en relación en enfrentamientos con la policía en los distintos “piquetes informativos”, según la Dirección General de la Policía. Además, hubo 14 heridos, cinco de ellos policías, de acuerdo con información oficial.

 

Como es habitual, los piquetes se concentraron en las entrada de las cocheras de los ómnibus del servicio público de transporte, en las zonas logísticas y en los principales mercados de abasto del país, como Mercamadrid y Mercabarna, donde un fuerte operativo policial permitió la entrada y salida de vehículos.

 

Según UGT, la huelga tuvo casi un cien por ciento de adhesión en la industria del metal, componentes de automotor, industrial aeroespacial y naval, entre las que destacan las factorías de SEAT en Martorell, de Volkswagen Navarra, Ford Almusafes y Bosch Madrid, Nissan en Barcelona, IVECO en Madrid, y Airbus en Puerto Real, entre otras.

 

También en el sector de la construcción se constata que el paro es total en las principales obras de infraestructuras y en las industrias proveedoras de la construcción que trabajan en turnos, informó la central en un comunicado.

 

Entre otros sectores que se sumaron a la medida de fuerza están el energético, el químico y el de la alimentación, y los servicios de recolección de basura y limpieza de las grandes ciudades, y las empresas de comunicación públicas con servicios mínimos del 15%, como RTVE (Radio Televisión Española).

 

Los principales puertos de España están cerrados y hay 400 vuelos cancelados en todo el país. El aeropuerto Madrid-Barajas se vio afectado principalmente porque la huelga es intensa en la aerolínea Iberia, que afronta el despido de 4.500 trabajadores.

 

Los ferrocarriles funcionan con servicios mínimos, igual que el subterráneo de las principales ciudades y los ómnibus, con un seguimiento del paro superior al 90% en Madrid y Barcelona.

 

La huelga fue convocada por UGT y CCOO, y es apoyada por cientos de organizaciones sociales que rechazan las políticas de austeridad del Ejecutivo español y exigen un cambio de rumbo.

 

Desde que Rajoy, del Partido Popular (PP), llegó al poder en diciembre de 2011, España aprobó varios planes de ajuste y reformas estructurales que elevaron el desempleo hasta un nivel récord de 5,7 millones de personas, el 25% de la población activa, y no sacaron al país de la recesión.

 

Por la tarde, están convocadas más de 100 manifestaciones bajo el lema “Nos dejan sin futuro. Hay culpables. Hay soluciones”.

 

A lo largo del día también habrá diferentes acciones reivindicativas y protestas organizadas por movimientos con los “indignados”.

 

A diferencia de la primera huelga de marzo, esta vez la convocatoria fue coordinada a nivel europeo y coincidirá con paros generales en respuesta al ajuste en Grecia, Portugal e Italia, aunque aquí será parcial.

 

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