Sahar Gul fue rescatada ayer del sótano de su propia casa en la provincia de Baghlan (Afganistán), tras descubrir que permanecía encerrada en pésimas condiciones, torturada por su propio esposo y parte de su familia porque se negaba a prostituirse.
La adolescente, de tan sólo 15 años, vivió un calvario casi hasta la muerte: estaba encerrada en un sótano, sin uñas, quemada con una plancha y sin alimentarse desde hacía varios días. Había sido obligada a casarse hace siete meses.
Inmediatamente fue emitida la orden de detención de su marido, Gulam Sakhi, un hombre que sirve en el ejército de Afganistán y que se encuentra fugitivo junto a su padre. Por su parte, la suegra y la cuñada de la niña fueron detenidas, dijo el vocero del ministerio del Interior, Sediq Sediqi.
Las torturas fueron durante meses, hasta que el tío de la chica la visitó sin previo aviso y se enteró de la situación. La Policía intervino y la liberó la semana pasada. Ahora está en un hospital de Kabul, donde continúan estabilizándola.
Se trata de un nuevo caso que pone en jaque a los derechos de las mujeres en medio oriente. La pequeña “había sido comprada por su marido, y por lo tanto ella debía hacer lo que él dijera”, publicó el diario The Guardian en Inglaterra.