Los peritos que evaluaron su estado psicológico dieron el visto bueno para que Freydoz enfrente a la Justicia . La primera evaluación se la hicieron en los tribunales de Roca y luego en la casa de su hermana en Allen (cerca de Roca). Los doctores, Ricardo Risso (perito convocado por la fiscalía) y Carlos Cornaglia (perito de la defensa), tienen la función de determinar si la mujer se encuentra en sus cabales y en qué condiciones estaba el día en que, aparentemente, disparó.
Cada una de estas entrevistas con los especialistas ocurrió bajo una estricta vigilancia por parte de la policía local. En los Tribunales de Roca, alrededor de ocho policías se ocuparon de la seguridad de la mujer.
Los dos expertos entregarán al juez penal de General Roca, Emilio Stadler, un informe por escrito en los próximos días pero dejaron trascender que Freydoz ya está condiciones de escuchar la imputación y ejercer su defensa en el transcurso de la indagatoria. Esto significa que la mujer mantiene un contacto lúcido con la realidad.
Ese día volverá a ocupar su lugar el juez Stadler, hasta ahora subrogado por Juan Pablo Chirinos, por vacaciones. Chirinos aseguró que se sentía presionado para que a Freydoz se le aplique el arresto preventivo como ocurre en otros casos similares. Precisamente, el juez Stadler hubiera ordenado su detención (en las pocas horas lideró la investigación), pero se abstuvo de hacerlo debido al cuadro presentado por la sospechosa, con un riesgo potencial de suicidio, según dictaminó el primer médico forense que la examinó, Ismael Hamdan.
“Ella está evolucionando a un tratamiento médico psiquiátrico”, afirmó su abogado, Alberto Ricchieri quien consideró que por eso sería “factible” que pueda prestar declaración la semana próxima.
Los peritos que entrevistaron a Susana Freydoz llegaron a sus primeras conclusiones. Para el perito de parte, Carlos Cornaglia, la mujer es “inimputable”, mientras que para el perito presentado por la fiscalía Ricardo Risso, actuó con “emoción violenta”. Esto no define la situación procesal de Freydoz aún pero constituye un material que deberá tomar en cuenta a partir de esta semana el juez Stadler. Más allá de estos primeros bosquejos harán falta más peritajes psicológicos para que el dictamen de los expertos sea concluyente.
Los resultados de los exámenes clínicos realizados a Freydoz y a Soria pocas horas después del hecho, también harán su parte e influirán en la decisión que tome el juez. La sangre determinará el grado de alcohol y drogas (legales aunque teóricamente autorecetadas) que había en la mujer el 1 de enero a la madrugada; y la piel, con posibles señales de pólvora, de una de las mejillas de Soria, revelará la distancia desde donde fue hecho el disparo.
A Freydoz también le hicieron un dermonitrotest para detectar restos de pólvora en sus manos que, según trascendió, dio positivo. El motivo de la discusión fue la supuesta relación personal que éste tenía con una funcionaria del Tribunal de Cuentas de Viedma. La hipótesis, marca que el gobernador estaba acostado después de tirarse a la pileta, cuando su mujer amenazó con suicidarse. Al ver que no le prestaba atención, Freydoz habría rodeado la cama matrimonial, tomado el 38 del velador y disparado el arma.
