El objetivo es reducir el déficit del país europeo hasta el 5,5% del PBI, con un marcado recorte en los gastos. Esta medida espera ser acatada por la mayoría del Vuli (parlamento griego), ya que el gobierno de la unidad nacional del ex vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Lukás Papadimos, cuenta con un gran respaldo parlamentario. Los tres partidos que integran el Ejecutivo, el Partido Socialista Panhelénico, la conservadora Nueva Democracia y el ultraderechista LAOS, suman 252 de los 300 escaños y se podrían sumar varios diputados independientes liberales y de ultraderecha.
Por otro lado, la votación podría abrirse ya que, en los últimos días, los cruces entre las distintas formaciones y entre los integrantes de un mismo partido dividieron las aguas. Sobre todo a partir de la reducción de la popularidad del nuevo gobierno, que cayó algunas décimas desde la asunción de Papadimos.
Hoy se darán las últimas dos sesiones del debate, antes de terminar con la votación definitiva. El objetivo principal es lograr un superávit primario del 1,1% que, tras el pago de deuda e intereses, llevará a un déficit del 5,5% para 2011.
Los disgustos populares se deben a que, para que se produzca lo anterior, se debe recortar el presupuesto en 5000 millones de euros, lo que reduce los salarios públicos, las jubilaciones y el presupuesto destinado a educación.
Otro componente crucial del presupuesto será el éxito del programa denominado Participación del Sector Privado (PSI), por el que los bancos y grandes fondos de inversión que poseen unos 206.000 millones de la deuda griega deberían acceder a canjearla por nuevos bonos a la mitad de su valor.