El "apoyo incondicional", pero lleno de condiciones de Mauricio Macri a Javier Milei comienza a mostrar su verdadera impronta con la virtual intervención de la campaña de La Libertad Avanza (LLA) por parte del expresidente. La colonización macrista surge ya nítidamente con un protagonismo que el fundador del PRO no se dio para sacar la cara, en su momento, por Horacio Rodríguez Larreta ni por Patricia Bullrich.
Nada es gratis en la vida: el presidenciable corre el riesgo de que esa nueva piel no lo cubra totalmente y de que la transición lo deje en carne viva por el rechazo de sus anteriores compañeros de ruta a lo que hasta hace no mucho él mismo despreciaba como "la casta".
Un detalle no tan nimio: el miércoles 25 de octubre, Milei saludó el respaldo de los halcones del PRO con un simpático dibujo en el que un león abrazaba a un patito mimoso.
Un meme posterior, que incluyó a un gato que domina entre los otros dos animalitos, también se viralizó en las redes, pero no fue posteado por el minarquista, quien acaso se sintió simbólicamente menoscabado. Razones no le faltan.
Macri puso a disposición de la ultraderecha el paquete de votos que todavía retiene –se verá cuál es su tamaño–, el fervor de medios y periodistas que por una razón u otra le responden, pronunciamientos de figuras que pretenden tener algún predicamento, cuadros para un espacio que no tiene ni cómo completar el organigrama del Estado, un aparato de fiscalización valioso para quien no tiene ninguno y –dicen– contactos capaces de aportar abundante financiamiento hasta el 19N. No es poco y lo hace valer.
Cuando parecía que su gira del fin de semana por radios y canales de noticias era todo lo que iba a poner como compromiso personal, este miércoles cantó retruco en el 13er. Foro de Negocios ABECEB. Aunque evitó hablar de un cogobierno de "Juntos por la Libertad", declamó ante la audiencia empresaria: "Somos el cambio o no somos nada; yo voto a Milei". Además, definió a su nuevo socio como "lo nuevo, lo distinto" y como alguien que "no gobernó, no robó y no mintió".
El problema es que, junto con las cosas que Macri vino a aportarle, el hombre que no tenía pasado se compró con el acuerdo una mochila pesada, hecha de una gestión que dañó a buena parte de su base electoral y que el propio minarquista castigó innumerables veces como "socialismo amarillo". El problema va mucho más allá del cambio de discurso, porque desde el 22-O se sabe que, en política, los agravios duran un día. El inconveniente es más profundo porque lleva a Milei a arriesgarse a desvestir un santo para vestir otro. Al sumar lo nuevo, ¿resta algo importante de lo viejo? Así parece…
El entorno de Milei, definido por Jorge Lanata como "un grupo de copitos", chilla ante la toma por asalto de la campaña paleolibertaria. Tanto es así, que las bancadas de LLA elegidas el 22 de octubre parecen fracturarse incluso antes de la jura.
Ante una iniciativa de Pablo Ansaloni, diputado electo por la provincia de Buenos Aires, trascendió un comunicado que anunciaba la salida de tres diputados (además de Ansaloni, Lisandro Almirón y Gerardo González) y de al menos una senadora electa (Ivana Arrascaeta). "Legisladores del Mercosur y los tres diputados provinciales de Entre Ríos ya habían adelantado su partida días atrás", recordó Clarín.
"El límite es Macri. A mí, Macri me persiguió. Si quisiera estar con él, me habría quedado en Juntos por el Cambio", le dijo Ansaloni a ese medio. Un operativo urgente de contención detuvo precariamente la hemorragia y las firmas escritas con la mano se borraron con el codo… por ahora.
Así las cosas, el mapeo del nuevo Congreso se hace indescifrable: Juntos por el Cambio ha dejado de existir –diría la doctora Ripoll–, Macri se llevó un pedazo grande del PRO en Diputados y algo del Senado y LLA estalla en fragmentos de trayectoria difícil de aventurar.
La pregunta es si esta agitación solo alcanza a la espuma del vaso de cerveza o si es la manifestación de una incomodidad más profunda, de base, capaz de convertir a LLA en un globo que, mientras es inflado, pierde aire a través de un agujero implacable. Solo el resultado del ballotage permitirá responder ese interrogante.
Otras voces
Otro aporte de Macri, se supone, es darle orden a una narrativa de campaña que se hizo caótica en los días previos a la primera vuelta. El drama es que esa virtud brilló también por su ausencia en la de Juntos por el Cambio, la que, en teoría, él supervisó en beneficio –se supone– de Bullrich. ¿Qué podría salir mal?
Así, salieron El Prócer, Bertie, La Cosplayer y el Trader Youtuber y, con esa troupe, la ruptura con el Vaticano, la privatización de las ballenas, la renuncia a la paternidad y la educación sexual con pornografía. También fueron silenciados los padres peleados del proyecto de dolarización.
En reemplazo entraron, por ahora, Macri, además de Bullrich y de la diputada electa y canciller designada Diana Mondino. El orden te lo sigo debiendo.
La candidata derrotada habló y el Bambino Pons exclamó: "¡Para qué te traje!". Al risible sainete de vacas, leche y quemaduras, sumó su deseo de que la economía "explote antes del 19". La mujer debió salir a explicar qué quiso decir con esto último y, como se sabe, tener que explicar siempre es un problema cuando se buscan votos.
Mientras, la economista Mondino no tuvo mejores ideas que proponer la privatización de las obras de saneamientoy reflotar la idea "fantástica" del "mercado de órganos". Sobre esto último solo puede decirse, echando un manto de piedad, que pretende reinventar el INCUCAI, pero, literalmente, una monstruosidad tan grande como la original. ¿Sale también Mondino?
Con la pelota picando frente a él, Massa aprovechó para cruzarla y Milei, para cruzarlo a él.
¿Será que a Mondino la complican al sacarla de su zona de confort, la economía? No parece porque, entre sus dichos, ratificó la dolarización, desdibujada desde que se conociera el Pacto de Acassuso. "Tenemos que reconocer una situación que está ocurriendo. Tenemos una dolarización de jure", postuló. El latinazgo le quedó divino, pero la polémica dolarización a la que se refiere es de facto, no de jure, como dijo: no está legislada, que es lo que se supone que LLA viene a hacer.
No hay caso: cuando las cosas no salen, no salen.