El jefe de Gabinete bonaerense e intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora supo hacer lo que no muchos en la política: construir un sucesor para delegar el mando del municipio. Federico Otermín, presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, será el precandidato a esa intendencia de la Tercera sección electoral, mientras que su jefe político ocupará el primer lugar en la tira de aspirantes al Concejo Deliberante.
En el entorno del dirigente destacan la generosidad de Insaurralde y mencionan a la elección del precandidato como el resultado de un trabajo de años que selló un vínculo inquebrantable entre ambos. La confianza del mandamás en el dirigente que comanda la Cámara baja es directamente proporcional a la lealtad de éste para con su jefe.
La experiencia política que acumula Otermín no se condice tanto con su edad -38 años- como con sus habilidades para edificar vasos comunicantes entre partes, tender puentes y construir poder. El resto lo hace su adicción al trabajo.
La combinación de esos factores lo catapultó de manera meteórica a la presidencia de la Cámara en la provincia de Buenos Aires.
Insaurralde y Otermín se conocieron en 2008, en un asado de hinchas del Club Atlético Banfield, del que Otermín es socio. La sintonía fue inmediata y poco tiempo después, cuando tomó el mando del municipio, Insaurralde lo convocó para que ocupara la dirección de Comunicación del distrito.
Rápidamente fue ubicado en la mesa chica y terminó siendo un dirigente clave en la consolidación de Insaurralde como jefe comunal de Lomas, quien en las elecciones de 2011 arañó los 67 puntos porcentuales y en octubre de 2019, luego de dos mandatos a los que accedió por el voto popular, fue reelecto con casi el 60%.
Insaurralde llegó a la jefatura de Gabinete de ministros bonaerense luego de la derrota en las primarias de 2021, con el objetivo de impulsar una remontada. En las generales, el oficialismo sumó hasta queda a un punto de Juntos.
El anuncio de Insaurralde sobre su postulación al Concejo Deliberante sorprendió a muchos, aunque nadie cree que vaya a ocupar la banca. En la tropa lo ven ocupando otro lugar en la grilla del oficialismo de la provincia o, incluso, en la nación, dependiendo de los resultados de las elecciones.