Es la economía
Indudablemente, sea cual fuera el color del próximo gobierno, se descuenta con que se sincerarán algunas variables económicas. Cepo, leliqs, tasas de interés, tipos de cambio múltiples, vencimientos con el FMI o deudas por importaciones son apenas algunas de las cuestiones que se deberán atender.
Ninguno de los candidatos presidenciales han manifestado que de la inflación sólo se sale con menor consumo. Las experiencias a nivel local e internacional lo demuestran. Los precios bajan con menor consumo y el consumo disminuye con menores ingresos. La incertidumbre es mayor en el escenario post electoral que antes de los comicios, pues, por ahora, se puede especular o negar que el año próximo va a ser un año muy duro en términos económicos.
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Recesión e inflación están a la vuelta de la esquina, asomando, una vez más, sus efectos devastadores sobre la economía, ya empobrecida. ¿Será posible ajustar las tarifas en este escenario? O peor aún, frente al ajuste tarifario, los consumidores ¿podrán hacer frente al pago de sus facturas por servicios?
Las empresas de servicios públicos han pasado por esta circunstancias en otras ocasiones. Mayor facturación ha representado menores cobranzas y mayores deudas, pues el pago de los impuestos sobre la venta y los costos de generación y transporte deben pagarse igual.
Mientras tanto, un nuevo verano se acerca.
De acuerdo con los informes meteorológicos el verano 2023 - 2024 viene con pronósticos de altas temperaturas, mayores a las de la temporada pasada y con abundantes precipitaciones, combinación dramática para la operación de cualquier red de distribución eléctrica.
Los anunciados planes de obras en momentos de la intervención por parte del ente regulador se han cumplido parcialmente, con fondos propios de la empresa y sin aportes del Estado. ¿Habrán sido suficientes para resolver los cortes de suministro recurrentes tan críticos y costosos para los clientes?
Probablemente, dentro de la lógica libertaria, fundamentalista con el cumplimiento de los contratos, más allá de las circunstancias de borde, evaluar la cancelación de la concesión de un servicio público en problemas se ponga sobre la mesa.
Hace poco más de un año, Pampa Energía, la compañía de Mindlin, vendió su participación en Edenor en una operación que involucró a dos grupos empresarios locales, vendedores y compradores. Los argentinos nos hemos sobreadaptado a mercados imperfectos y a incumplimientos contractuales sistemáticos, algo que aleja a cualquier ser racional que pueda jugar otro juego.
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Aparentemente, los oferentes por la parte de Enel en Edesur también serían empresarios locales. Las mejoras sustanciales en los precios de los activos locales, en especial las relacionadas con negocios regulados, vendrán de la mano de cambios radicales en las decisiones políticas, las legislaciones y la aplicación de las normas por parte de los reguladores y jueces. Cambios extremadamente ambiciosos para que se produzcan con un nuevo gobierno y en un sólo mandato.
Argentina deberá rendir un exámen muy difícil y largo para convencer a los jugadores internacionales de que esta vez será diferente. Mientras tanto, el empresariado argentino, propenso a riesgos coyunturales del país, seguirá buscando y consiguiendo, alternativas de negocios ante las salidas de los fondos y los capitales extranjeros.
¿Qué estarán viendo desde Italia en la Argentina que se viene que al Banco Itaú de Brasil o a los accionistas chilenos de Fiplasto se les ha pasado de largo? Sin dudas la salida de Enel de Edesur traerá beneficios para algunos y perjuicios para otros.
Como en muchas sociedades, existen accionistas mayoritarios y minoritarios. En ocasiones, estas partes celebran acuerdos de accionistas para proteger los intereses de cada parte. De hecho, la misma ley de sociedades prevé una figura denominada “derecho de preferencia”.
De acuerdo con este atributo, los miembros de una sociedad tienen la opción de adquirir las participaciones de cualquier socio que quiera venderla en las mismas condiciones a las que hubiera recibido una oferta firme.
¿Quiénes son los accionistas minoritarios?
Sadesa tiene el 30% del capital de Edesur. Entre sus accionistas están Carlos Miguens (ex cervecería Quilmes), Nicolás Caputo, Guillermo Reca y la familia Escasany, del Banco Galicia, y que también son propietarios de la generadora Central Puerto.
Sin embargo, se rumorea en el mercado energético que quien estaría detrás de todo esto sería Guillermo Reca, un ex ejecutivo del banco de inversiones Merrill Lynch y parte de la empresa Sadesa.
Reca también es accionista de Central Puerto, la empresa generadora de electricidad que compró las centrales térmicas de Central Costanera y Central Dock Sud a Enel, la controlante de Edesur.
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Algunos de los accionistas de Sadesa son conocidos por sus estrechos lazos con el PRO. La proximidad de un cambio de gobierno puede ser una oportunidad para hacer grandes diferencias. Aumento de tarifas o mejoras en los subsidios podrían significar importantes retornos de corto plazo.
¿Para qué correr riesgos antes del proceso electoral, si una vez definido se puede jugar a ganador? ¿Será que los intereses que postergaron la venta son para mejorar las condiciones de los socios minoritarios que convencieron a los vendedores en esperar los resultados electorales para mejorar su oferta si ganaba algún candidato que podría favorecerlos?
De ser así, la estrategia del vendedor condena a sus accionistas actuales, pues ha postergado la oportunidad de vender para favorecer a socios minoritarios, que podrían o no ejercer su opción de compra frente a un futuro incierto y complicado.
Mientras tanto, quedan en el medio de estas mezquinas especulaciones empresariales los usuarios y clientes de Edesur que soportan servicios de baja calidad, cortes y pérdidas, con la única expectativa de que algún día un operador responsable administre la red y resuelva los problemas en el servicio.
Difícilmente el Estado argentino cancele una concesión a una empresa que tiene como accionista al estado italiano. ¿Qué hubiera pasado si fuera al revés? ¿Italia habría sostenido una concesión mal gestionada por una organización con participación estatal argentina?
El ente regulador ¿habría permitido dejar librado “sólo” al mejor postor un cambio accionario, o los antecedentes operativos podrían calificar o descalificar a quienes han participado en compañías de distribución con problemas de servicio? Por omisión o inoperancia cualquier miembro del directorio y accionista con participación en la asamblea de Edesur debería estar excluido de cualquier proceso de compra.
Los clientes y usuarios de la red, al igual que todos los argentinos que financiamos con nuestros impuestos y recursos la falta de pago de la energía que Edesur vendió, nos merecemos mejores operadores.
Muchos interrogantes sobre la mesa y un compás de espera que, en apariencia, hacen pensar que tanto los vendedores de Italia como quienes hicieron ofertas en el proceso que se suspendió bailan al ritmo de los accionistas minoritarios.
Enel baila al ritmo de Reca.