La importancia estratégica del litio ha crecido exponencialmente en los últimos años. Este elemento, que en la naturaleza aparece bajo la forma de distintas sustancias químicas presentes en los salares y rocas, es clave en la fabricación de las baterías de ion-litio que utilizamos en nuestras computadoras y celulares; y en el escenario de la transición energética, para almacenar la energía proveniente de fuentes renovables tales como la solar y eólica y para movilizar vehículos eléctricos.
En la actualidad, los recursos/reservas más abundantes de litio se concentran en los salares de Bolivia, Chile y Argentina y le siguen Estados Unidos, Australia y China. Por su parte, Australia, seguida por Chile, China y Argentina, lidera la producción de las materias primas obtenidas a partir de procesar las salmueras o rocas ricas en litio, que se utilizan para fabricar los materiales empleados en los cátodos de las celdas que constituyen el corazón de las baterías.
Argentina exporta íntegramente la producción de estas sustancias, que en 2022 alcanzaron 37.000 toneladas de carbonato de litio equivalente, a China (43%), Japón (29%), Corea del Sur (14%) y Estados Unidos (10%). Estos países lideran la industrialización en una compleja cadena de valor que requiere un importante desarrollo tecnológico y culmina en la producción de las baterías de ion litio.
La necesidad de los países desarrollados de asegurarse una fracción de la producción del litio para sus industrias se visualiza en las declaraciones, algunas francamente improcedentes, y en las agendas de sus funcionarios, donde el interés por el litio argentino aparece en forma recurrente y se materializa en los numerosos proyectos de exploración/extracción/producción que empresas extranjeras desarrollan en nuestra Puna.
Bajo el régimen legal vigente, que deja en manos de las provincias la explotación del recurso, estas empresas anuncian millonarias inversiones en la región con el objetivo de asegurar el abastecimiento de un ávido mercado mundial donde el precio de la tonelada de carbonato de litio se ha disparado desde unos 10.000 dólares en 2020 a 50.000/70.000 en 2023.
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Nuestro país tiene dos empresas en producción, a las que se sumarán otros dos proyectos que comenzarán a producir este año. Existen, además, cinco proyectos avanzados y otros 30 con menor grado de desarrollo. En este escenario, es factible que Argentina pueda convertirse en el segundo productor mundial para 2025, alcanzando una producción de 250.000 toneladas/año de carbonato de litio equivalente. Las expectativas de producción son aun mayores para los años siguientes en un escenario mundial de alta demanda de litio que tiene como principales protagonistas a las empresas automotrices en plena carrera hacia la electromovilidad y a las empresas petroleras en su transición hacia las energías renovables.
Un plan
En este contexto, deberíamos preguntarnos qué estrategia va a implementar nuestro país para utilizar eficientemente en beneficio propio un recurso abundante del que somos dueños y que hoy se disputan abiertamente los países más poderosos. Cualquier análisis que se realice demuestra que, de proyectarse los actuales resultados derivados de la explotación del litio a los próximos años, esta actividad tendría un bajo impacto en la economía argentina.
La construcción de una estrategia exitosa requiere de consensos que involucran a la Nación, las provincias, dueñas del recurso en el actual marco legal, y a la sociedad, dados los desafíos socioambientales que presenta la producción del litio a gran escala en los salares de la Puna.
La Mesa del Litio, integrada por las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta junto a la Nación, ha sido un paso de gran importancia para consensuar acciones que permitan la integración regional, negociar mejores condiciones para el desarrollo socioeconómico en provincias que presentan marcos regulatorios autónomos y, más importante aún, avanzar en el diseño de un plan estratégico.
También lo ha sido la decisión de invitar a YPF a participar de la Mesa. Nuestra empresa de energía está dedicada a incrementar su actividad en la producción de petróleo y gas y a posicionarse como un agente de relevancia en la transición energética. Por ello, apuesta al desarrollo integral de la cadena de valor del litio a través de sus empresas, la recientemente creada YPF Litio e Y-TEC, su brazo tecnológico. La experiencia de YPF en el desarrollo de tecnologías extractivas de escala brinda al Estado nacional y las provincias la posibilidad de desarrollar una estrategia exitosa para posicionarse en el mercado de la producción y procesamiento aguas abajo del litio.
YPF aporta, además, toda la experiencia de sus 100 años como generadora de desarrollo económico e integración social, cuenta la experiencia en la construcción de consensos con los actores locales y mantiene estándares medioambientales de excelencia. Ambos temas son relevantes, ya que la explotación del litio requiere un uso racional y eficiente del agua y acuerdos con las comunidades originarias que habitan esos territorios.
El camino recorrido muestra que existe consenso entre las provincias dueñas del recurso y la Nación en la necesidad de industrializar en el país parte del carbonato de litio que hoy exportamos en su totalidad, producir insumos claves, como el carbonato de sodio, que hoy importamos e impulsar el desarrollo de proveedores locales de servicios. Todo ello implica desarrollo económico en las provincias y más trabajo para los argentinos.
En este contexto, YPF se posiciona como un jugador estratégico con su experiencia en explorar, explotar e industrializar hidrocarburos y en desarrollar cadenas de proveedores locales. Hoy, YPF Litio, asociada con la empresa de energía de Catamarca, lleva adelante su primer proyecto de exploración y busca nuevas áreas para hacerlo en otras provincias. Por su parte, Y-TEC impulsa la fabricación de materiales de electrodo, de celdas y baterías de ion litio en nuestras provincias a partir de la planta de desarrollo tecnológico que posee junto a la UNLP.
La reversión de áreas decidida recientemente por el gobierno de La Rioja en el marco de una ley provincial que declara el litio recurso estratégico es una medida positiva para acelerar la exploración y la explotación de los recursos en una provincia que, como varias otras, trabaja para determinar el potencial del litio en su territorio. También lo es la decisión del Ministerio de Economía de eliminar los reintegros a los derechos de exportación, que neutralizaba una parte importante de los ingresos del Estado por esta vía. Son señales claras de que el país va adaptando sus políticas nacionales y provinciales a la evolución del valor estratégico del recurso en el mundo.
El escenario mundial y regional del litio indican la necesidad de que Argentina diseñe una estrategia integral que permita maximizar la utilización de este recurso en beneficio de todos los argentinos, dejando de lado la mirada exclusivamente extractiva con la cual transitamos esta primera etapa e iniciando otra que incluya el desarrollo tecnológico, el agregado de valor, el trabajo argentino y el cuidado ambiental.
El autor es presidente del Directorio de Y-TEC e YPF Litio.