Especialistas del grupo denominado Mecanismo Independiente de Consulta e Investigación (MICI) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) viajará a la Argentina en mayo para corroborar las denuncias realizadas por la agrupación Vecinos Autoconvocados de Luján respecto de las irregularidades en la construcción del relleno sanitario en la zona de Open Door, que tiene financiamiento del organismo. La decisión configura un revés para el viceministro de Ambiente, Sergio Federovisky, impulsor de la iniciativa que forma parte de un desembolso de unos USD 450 millones para fortalecer la gestión integral de residuos sólidos urbanos anunciado por el Gobierno en agosto de 2022.
Las autoridades del MICI escucharon el reclamo y adelantaron que trabajarán en temas relacionados con "la ausencia de participación ciudadana para la toma de decisiones, la violación a la normativa local y el impacto social en los vecinos, los recuperadores y en el distrito en su conjunto".
La visita cobra importancia ya que se trata de un organismo vinculado con el BID, que es la entidad que financia el desarrollo del relleno que los gobiernos nacional y municipal definen como futuro “ecoparque”.
“El Grupo BID es la principal fuente de financiamiento de América Latina y el Caribe y trabaja para mejorar vidas. Pero a veces los proyectos de desarrollo conllevan impactos negativos no deseados. Cuando eso sucede, el MICI está aquí para trabajar con todas las partes y lograr que se remedie la situación, ya sea mediante un proceso de resolución de disputas o a través de una investigación de cumplimiento", explican en el sitio web del MICI.
Federovisky, en rigor secretario de Control y Monitoreo Ambiental, había logrado el año pasado que la Fundación Banco de Bosques desistiera de una acción de amparo ambiental contra el proyecto. Sin embargo, una medida cautelar impuesta por el juez federal de Quilmes, Luis Armella, dispuso la prohibición para continuar con las obras en el basural a cielo abierto más grande del país, ubicado en el municipio de Luján.
La iniciativa de la cartera de Ambiente se enmarca dentro del Plan Federal de Erradicación de Basurales a Cielo Abierto y comprende una inversión por parte del Estado nacional junto al BID de 10,7 millones de dólares, se informó oficialmente.
Por su parte, el MICI sostiene que “escucha las preocupaciones ambientales y sociales de las comunidades y busca soluciones para ayudar a que los proyectos del Grupo BID tengan un impacto positivo”. Por esto, Vecinos Autoconvocados elevaron diversos estudios e informes realizados dentro y en el entorno del relleno sanitario y sobre sus componentes, entre los que se hallaron residuos peligrosos.
Los diversos elementos y sustancias englobados bajo la calificación de residuos peligrosos pueden provocar, por ejemplo, efectos sistémicos en animales, en órganos como riñones, hígado, estómago, intestinos, pulmones y cerebro, afectando el sistema nervioso. Ingresan por vías dérmicas, por ingestión y por inhalación. Provocan hasta afectación neurológica: temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, dolores de cabeza y disfunción cognitiva y motora. Asimismo, riesgo de padecer hipertensión arterial, fallas renales y anemia.
También se hallaron elementos volátiles, peligrosos contaminantes del aire, que pueden generar dolores de cabeza, mareos, temblores, confusión mental, irritación en vías respiratorias y en la piel, fatiga y pérdida del conocimiento. Y en una exposición a largo plazo pueden causar lesiones del hígado, los riñones, el sistema nervioso central y cáncer.
Asimismo, se detectaron sustancias que producen contaminación de especies vegetales a través del aire y el suelo, que pueden viajar grandes distancias y se absorben fácilmente en los cultivos y los tejidos grasos del ganado. Son sustancias persistentes y de difícil degradación, por lo que su permanencia en el ambiente puede durar años, afectando seriamente al medio acuático y terrestre.