Luis Juez miró el mapa del voto en la capital en las elecciones provinciales de junio y sacó sus conclusiones. El relato de “mal gestor” que el peronismo construyó con especial esmero quedó a medio camino. El juecismo que viene deberá reconstruirse desde la Capital y desde los sectores más populares, los que precisamente le dieron la espalda en el mano a mano con el peronista Martín Llaryora, gobernador electo.
El senador resistirá su jubilación, pero por primera vez desde la fundación del Partido Nuevo a comienzos del milenio está dispuesto a dar paso a las nuevas camadas de juecistas. Sin innovar el método, claro. Otro Juez, abogado de profesión, con la misma vocación política corriendo por el torrente sanguíneo, con más pelo y sin arrugas, asoma para presidir el Frente Cívico de la capital. Se trata de Martín Juez, candidato a concejal por la lista que encabeza Rodrigo de Loredo.
En noviembre será la renovación de autoridades de una fuerza que fue alternando su conducción entre su fundador y Ernesto Martínez. El exsenador integra la mesa chica de Juez y su vínculo data de la joven militancia en las filas del peronismo y de aventuras de penalistas en barandillas.
Martín Juez va por la silla de Viviana Martoccia y la conducción del juecismo de la capital que se ilusiona con recuperar espacios perdidos. Tiene la venia del padre, militancia que lo respalda y la convicción de que ya no se puede hacer política “desde la calle Santa Rosa”.
Santa Rosa 736, ciudad de Córdoba. Allí se encuentra la sede del partido y “la vieja guardia” del juecismo que ya olfatea las tensiones de la renovación.
De vacaciones en plena campaña
Las campañas electorales son extenuantes. El reflejo del cansancio en quienes las protagonizan es rápidamente observable en las entrevistas o actos de la última semana de aprestos proselitistas. El deseo de un triunfo a toda costa anestesia la necesidad de un momento de descanso, aunque hay excepciones a la regla.
El candidato a primer concejal del oficialismo de Villa Allende, Francisco Albarracín, viajó a España, a 15 días de la elección en una ciudad clave del populoso departamento Colón. Regresará para el sprint final, aunque la situación generó malestar en las filas de Unidos por Villa Allende que lleva como candidato al hombre del PRO, Pablo Cornet.
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El 30 de julio, el enclave que condujo el amigo de Mauricio Macri, Eduardo “Gato” Romero, irá a las urnas. Esa noche se cerrará el gobierno de transición que se formó después de la muerte del exgolfista, con Teresa de Vélez a la cabeza.
Albarracín es radical y docente. Iba a ser el candidato a presidente del Concejo Deliberante (en la ciudad no existe la viceintendencia), pero horas antes de inscribir las listas, Cornet se inclinó por la intendenta que buscará su tercer mandato consecutivo en el recinto y bajó un escalón al referente que sigue la campaña por WhatsApp.
El exministro de Transporte de Cambiemos, Guillermo Dietrich, juega un pleno en la ciudad en la que es fuerte el G25, su think tank. El pasado miércoles llegó a la ciudad, en compañía de la exgobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, para apoyar personalmente a la lista. O bueno, parte de ella.
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El encuestador encumbrado
La campaña por las elecciones capitalinas del 23 de julio ingresa en tiempo de descuento. El gobernador electo, Martín Llaryora, encara personalmente la promoción de su candidato, Daniel Passerini, con la certeza de que se vienen horas clave.
Las encuestas circulantes fueron refractarias a la intención del oficialismo de retener el Palacio 6 de Julio por cuatro años más. Cierto es que el hábito se impone a la desconfianza con las que leen los datos.
Sin embargo, un informe estuvo en boca de la dirigencia de Hacemos Unidos por Córdoba y la de Juntos por el Cambio. Antes de revelar el dato, las fuentes advertían: “Fue la única consultora que le pegó al resultado provincial: había anticipado un 3,8% de ventaja de Llaryora sobre Juez”. Como se supo finalmente, el sucesor del gobernador Juan Schiaretti se impuso por 3,3%.
Con la presentación adornada del autor, siguió el dato: según el último informe de Aresco, la consultora que fundó Julio Aurelio, De Loredo supera a Passerini por cuatro puntos. "Está dentro del margen de error", se entusiasmaban en un campamento. "La elección ya está cerrada", se escuchaba desde el otro.
El domingo 23 de julio va a ser una jornada para el infarto, aunque el oficialismo promete que las 21 horas el ganador podrá festejar a lo grande.
La banca fría
En el entorno del diputado Gustavo Santos insisten con que la renuncia a la banca está a disposición del jefe del bloque PRO en Diputados, Cristian Ritondo. “Macri no quiere a otro”, disparan fuentes encumbradas para aliviar la responsabilidad del director para las Américas de la Organización Mundial de Turismo que cumple con ese rol desde el año pasado, tras un pedido de licencia aprobado por la Cámara. “Sus asesores trabajan a tiempo completo”, rematan.
Cierto es que el larretismo cordobés se encargó de hacer saber que nada tuvieron que ver con la resurrección mediática de la polémica que, cada tanto, tiene al exministro de Cambiemos como protagonista.
El presidente del PRO de Córdoba, Oscar Agost Carreño, sigue en la lista para ocupar el escaño, en caso de que la dimisión del macrista ocurra. También es legislador electo y, ciertamente, dejó trascender a los suyos que el recinto provincial se le presenta mucho más interesante. La rosca promete ser intensa porque Hacemos Unidos por Córdoba y Juntos por el Cambio quedaron empatados con 33 escaños para cada fuerza. El abogado amarillo hará lo que le pidan.
Hasta que las decisiones no asomen, la banca de Santos parece que seguirá fría.