La aprobación de la Ley de Paridad de género en casi todas las provincias -con excepción de Tucumán y Tierra del Fuego- marcó un antes y un después en la política. Quienes impulsaron la norma asistieron a un fenómeno poco frecuente en la vida partidaria: para que la ley se sancionara y entrara en vigencia fue necesaria una alianza transversal entre mujeres de distintos partidos. Aunque la “ola paritaria” fue una experiencia valiosa e innovadora a nivel regional, a juzgar por los resultados de las últimas elecciones provinciales, es evidente que la ley no alcanza para disminuir la brecha entre varones y mujeres a la hora de ocupar cargos políticos.
Según el último relevamiento realizado por la Subsecretaría de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior, de las 24 provincias de Argentina, sólo dos están gobernadas por mujeres. En lo que va del año ya hubo elecciones en doce provincias -las últimas ocurrieron el domingo pasado en Chaco– y hasta el momento, ninguna mujer fue electa para la gobernación. Aunque todavía no está todo dicho, sí se puede inferir un retroceso en términos de paridad.
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Es que todo indica que, en las provincias donde aún no hubo elecciones, las chances de que una mujer sea electa para la gobernación son escasas. Casi todas las candidatas que encabezan los binomios pertenecen a fuerzas políticas con poca intención de voto. Hay dos excepciones: la de Carolina Losada en Santa Fe y Roxana Reyes en Santa Cruz.
Losada, radical, bullrichista, tenía hasta hace apenas unas semanas todos los números para ser la próxima gobernadora santafesina -y la primera-, pero la profundización de la interna con Maximiliano Pullaro pone en duda ese panorama triunfal casi seguro. Aunque no es activista feminista, sí se manifestó a favor de la legalización del aborto y sostiene que está preocupada por la desigualdad.
Reyes será precandidata a gobernadora como parte del Frente Cambia Santa Cruz, formado por la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica, el Socialismo santacruceño y Unir Santa Cruz. No obstante, varias encuestas señalan que Claudio Vidal, precandidato a gobernador del Frente Por Santa Cruz, tiene mayores chances de ganar la elección. Diputada nacional por la UCR, Reyes sufrió una tragedia familiar los días en los que se debatía el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en la Cámara baja y aunque se esperaba que estuviera ausente, pidió emitir su voto negativo por zoom. En temas como la paridad, no se muestra tan reactiva.
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Paridad, sólo en las legislaturas
Hay varios motivos que explican la brecha de género en la conformación de las listas. Por un lado, sólo tres provincias aplican la paridad en las fórmulas para cargos ejecutivos. Se trata de Santa Fe, La Pampa y Entre Ríos. En el resto, la participación igualitaria de ambos géneros se limita al poder legislativo a nivel provincial y municipal con pequeñas variaciones. Esto implica que en la mayoría del territorio no existe la obligación de incluir mujeres dentro del binomio ejecutivo. En Chaco, tres de las diez listas que se presentaron no contaban con candidatas mujeres. Además, según los datos recopilados por DataGénero, ninguno de los partidos o alianzas que se presentaron, propusieron mujeres para la gobernación. Algo similar ocurrió en las elecciones generales de La Pampa y en las PASO de Mendoza.
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A diferencia de lo que ocurre en los partidos mayoritarios, en varias provincias los partidos de izquierda apostaron por candidatas mujeres para encabezar las fórmulas. Tal es el caso del Frente de Izquierda Unida en Córdoba, que propone un binomio conformado por Liliana Olivero y Soledad García Díaz. Una decisión similar tomó el Partido de los Trabajadores de Salta, cuya fórmula ejecutiva incluye a Daniela Planes y a Verónica Tejerina.
El panorama es un poco más favorable en lo que refiere a las vicegobernaciones. Teniendo en cuenta los resultados más recientes de las elecciones provinciales, durante el período comprendido entre el 2023 y el 2026, por lo menos en cinco provincias (Chaco, Tierra del Fuego, Neuquén, La Rioja y La Pampa) habrá mujeres acompañando a los varones en los poderes ejecutivos. La situación no cambió demasiado en relación a lo que ocurría en el período comprendido entre 2019 y 2023 en el que sólo hubo seis vicegobernadoras.
Existe un elemento que no pasa desapercibido en estas últimas elecciones: muchas de las candidatas que integran las listas para el ejecutivo pertenecen a la ultraderecha. En Chaco, por ejemplo, dos de las siete mujeres que se postularon para la vicegobernación forman parte de espacios vinculados a la rama libertaria: Marta Kassor integra la fórmula de Libertarios en Acción, mientras que Ileana Aguirre se postuló para la Libertad Avanza. Otro caso relevante es el de Jujuy donde el único binomio integrado por dos mujeres -Cecilia García Casaco y Débora Natalia Caro- son del frente VIA+Libertarios.
Todo indica que en los próximos años la poca participación de mujeres en espacios de representación política será un problema. En paralelo, para aquellos que integran el colectivo de la diversidad, la posibilidad de ocupar cargos jerárquicos en la política aparece como un horizonte todavía más lejano. Es probable que una de las consecuencias directas de este nuevo escenario sea la disminución de las políticas vinculadas a temáticas de género.
Una pregunta ineludible en un contexto en el que la derecha radical avanza a pasos agigantados es si la participación femenina necesariamente es sinónimo de una mejoría en términos de política paritaria.