ELECCIONES 2023

Juntos por el Cambio impugna el nombre del frente de Llaryora y va a la Justicia de visitante

El cordobesismo sumó la palabra "Juntos" a su sello. La alianza apela a la jueza Vidal, clave en la denuncia de fraude que hizo Juez contra Schiaretti en 2007.

La Unión Cívica Radical y Unión por Córdoba convivieron durante dos décadas en el cuarto oscuro en los domingos democráticos de la provincia sin que la palabra compartida generara conflicto o un planteo de “confusión del electorado”.

En las vísperas de la nueva contienda electoral, que configurará el tablero político independientemente de su resultado, radicales y peronistas se trenzarán en barandillas por la palabra común de las coaliciones que encabezan: “Juntos”.

Juntos por el Cambio(JxC) inscribió por primera vez su frente y competirá unido en la provincia, con Luis Juez a la cabeza. El exponente del peronismo, Martín Llaryora, continuó con la tradición de José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti y recicló la marca bautizándola “Hacemos Juntos por Córdoba”. Esta apropiación identitaria es una pata más de la estrategia que diseñan los campañistas del intendente de la capital provincial que busca llegar a la gobernación.

Es una verdad de Perogrullo que existe un solapamiento o un electorado compartido que votó en masa a Schiaretti como rostro local del antikirchnerismo, pero se volcó sin grises a la que se llamó “la expresión más fuerte de Cambiemos” en el duelo legislativo nacional de 2021. En esa oportunidad, Juez y Rodrigo de Loredo canalizaban la oposición histórica cordobesa a la Casa Rosada. El PJ quiere aprovechar esas coincidencias para “bajarlas” al contexto local. Es por eso que apeló (y lo sigue haciendo) a atraer a dirigentes cambiemistas para facilitar la migración de algunos segmentos de votantes. El nombre fue sólo un señuelo más.

Pese a esto, en JxC dudaban de la necesidad de pelearle el “Juntos” a la jueza electoral Marta Vidal. La razón expuesta tenía lógica: el pataleo los movería de los ejes que importan como inseguridad o educación, por ejemplo. Con todo, resolvieron darle un recreo al oficialismo provincial para colocar una pantalla delante de sus propios problemas internos.

La ausencia de respuestas claras del radical De Loredo generaron esta semana un malestar que Juez no puede ocultar. La definición ocurrirá en el mediodía de este viernes, pero hicieron mella en la confianza interna los rumores que circularon con todo tipo de posibilidades, que fueron desde la chance provincial, a la municipal y hasta la nacional. Sin duda que inquieta al líder del Frente Cívico que su socio no lo escolte en la fórmula para abrochar al electorado electoral que todavía no compra este experimento.

Como sea, los apoderados de JxC resolvieron dar la batalla y aprovechar el fallo favorable a la oposición en La Calera, donde la pelea por el “Juntos” tuvo su versión en la populosa ciudad que gobierna el peronista Facundo Rufeil. El aliancismo provincial lee este dato como un buen augurio ante su reciente demanda, pero también le adosa un indicio del orden de la política. “La jueza Vidal es astuta, huele que somos potentes”, arriesga un vigorizado opositor con respecto a las chances de que el fallo se repita, también en el orden provincial.

Se sabe que el juecismo quedó resentido con la responsable del Juzgado Electoral de la provincia, tras su actuación en la elección provincial de 2007 que terminó con una denuncia de fraude de Juez contra Schiaretti y el orden de apertura de algunas urnas. En el Frente Cívico siempre describieron a Vidal como “una amiga del poder” y esta es la excusa para ponerla a prueba.

Entre los argumentos formales, aquí hacen jugar el antecedente inmediato porque se sabe que existen dos caminos legales para abordar el problema. Una rama del derecho es literal y advierte que las leyes vigentes protegen la exclusividad del nombre de los partidos políticos. Es decir, no pueden existir confusiones fonéticas, gráficas o ideológicas entre denominaciones.

Ahora bien, por analogía, esta regla puede extenderse a la protección de las designaciones de los frentes electorales. Sin embargo, su carácter variable y transitorio habilita el juego interpretativo de quien es responsable del magistrado de turno.

En este caso, el contexto impera. Es por eso que la coalición enmarca la jugada peronista en el corsé de una “práctica desleal” y entre los argumentos cita los reiterados intentos de sumar integrantes de la oposición al oficialismo.

llaryora sumo nuevas caras a su plan de un gran partido cordobes
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