“Vamos contra la ONU, el Pacto de Futuro, el cambio climático, la igualdad de género y todo lo que propongan”, dicen con orgullo en la Casa Rosada, donde cuentan en su batalla contra la organización internacional creada en 1950 que Milei propone el armado de una nueva liga de naciones “libres” en las que Argentina sería protagonista junto a Estados Unidos, Israel a Italia. El primer paso hacia ese objetivo es la propuesta de la firma de un tratado de libre comercio con esos países. Lo anunció el Presidente cuando estaba por viajar a Estados Unidos para participar de una gala junto al mandatario electo, Donald Trump. Si decidiera avanzar en la firma del tratado, Argentina debería abandonar el Mercosur.
Los empresarios estadounidenses no estaban ni enterados del tema. Esta semana estuvo en Buenos Aires Glenn Heard, CEO de Heard Global Mena, una empresa líder en negocios de gas y petróleo con sede en Singapur. El empresario fue también fundador de Heard Concrete, un gigante de la construcción estadounidense que se dedica a la obra pública y comparte negocios con la Organización Trump. Son socios.
Heard se reunió empresarios argentinos de primera línea. En una charla muy amena, les dijo que los extranjeros estarían dispuestos a invertir en Argentina cuando vean que, primero, lo hacen los locales. Es un mensaje que se repite, al igual que la pregunta sobre cuándo se levantará el cepo. La restricción a la salida de capitales es una traba insoslayable que no desaparece ni con el ofertón que el Gobierno armó con el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Aunque se muestre junto a Trump, todavía no convence.
Alejandro Díaz, ceo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), dijo que la administración Trump "probablemente impulse esta colaboración, siempre y cuando se mantenga una alineación estratégica en temas geopolíticos clave". Pero advirtió que, en materia comercial, el proteccionismo "podrá afectar la exportación de productos desde Argentina, como acero, aluminio y biocombustibles".
El Plan Aguantar II
A eso se suma la incertidumbre por el resultado de las elecciones 2025. El Gobierno aparece fuerte en todas las encuestas. Los consultores coinciden en que Milei generó el fenómeno novedoso de la estabilidad en el apoyo de la opinión pública. Desde que asumió, se mantiene siempre en torno a los 50 puntos. Sube o baja algunos puntos según el mes, pero se vuelve a acomodar. Los números del rechazo también parecen inalterables.
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Evolución de la imagen de Javier Milei según la encuesta de Trespuntozero y GOP.
La expectativa libertaria estaba puesta en aguantar hasta que Trump se garantizara un regreso a la Casa Blanca. Eso pasó, pero ahora los empresarios hacen preguntas sobre las elecciones 2025: quieren saber si el Gobierno tiene chances de ganar y qué pasará en la provincia de Buenos Aires, donde vieron que Cristina Fernández de Kirchner tiene entre 40 y 45 puntos de imagen positiva. ¿Qué efecto político se generaría si La Libertad Avanza (LLA) perdiera la elección en territorio bonaerense?
Es un hecho que el oficialismo crecerá en bancadas en el Congreso, porque en Diputados se renuevan banca de la elección 2021, cuando solo ingresaron dos libertarios, Milei y Victoria Villarruel. En el Senado será aún más, porque se ponen en juego las sillas que ganaron en 2019, cuando LLA ni siquiera existía. Sin embargo, hay un consenso sobre que ese crecimiento se dará a merced de los socios que LLA ya tiene, el PRO y parte de la UCR. Es decir, que en el mejor de los casos el número del bloque propio consolidado será parecido al de los “87 héroes” que el Gobierno consiguió este año gracias al aporte externo.
La crisis de la relación con Mauricio Macri
El PRO está en el peor de los mundos. Envalentonado por la baja del riesgo país, la suba de los bonos, la desaceleración de la inflación y el empujón de la relación con Trump, el Gobierno anunció el envío al Congreso de un proyecto para eliminar las PASO. El PRO ya hizo saber que rechaza la idea, aunque históricamente se pronunció a favor. Sus referentes dijeron que “las reformas electorales llevan tiempo”.
Mauricio Macri está convencido que le idea es parte de la estrategia que despliega el asesor presidencial Santiago Caputo para sacarlo de la cancha. Sin PASO, Milei obliga a Macri a cerrar una lista de unidad con LLA o a jugar en soledad. La última encuesta de Proyección en la provincia de Buenos Aires muestra al PRO con 6,6% de intención de voto. ¿Quién encabezaría la lista de unidad si hubiera un acuerdo?
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La encuesta de Proyección sobre la provincia de Buenos Aires.
La estrategia política que, desde enero, despliega Karina Mileien todo el país de la mano de los primos Lule y Martín Menem indica que están a la búsqueda de libertarios puros para encabezar el armado 2025 en las provincias. No quieren repetir experiencias con dirigentes que se rebelan, como la diputada Lourdes Arrieta.
A Macri le preocupa especialmente la Ciudad de Buenos Aires, su bastión electoral, donde Milei amenaza con jugar a soldados propios, como el vocero presidencial Manuel Adorni o a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. A eso se suman los desplantes del bloque de LLA en la Legislatura porteña a Jorge Macri. En la Casa Rosada se divierten con las conjeturas sobre si la eliminación de las PASO tiene como objetivo perjudicar a Macri. "Pregúntenle a él", dicen.
Las relaciones están mal. Macri se reunió el 4 de octubre con Caputo. En los días posteriores, el apoyo al veto presidencial a la ley de financiamiento de universidades destrabó el ingreso de dirigentes de PRO al Gobierno. Desde entonces, no hubo conversaciones de cúpula. En el medio, la imagen de Milei tuvo un repunte. La aprobación, que había bajado entre 6 y 8 puntos, volvió a subir y a estabilizarse. En Balcarce 50 piensan que Milei no necesita de Macri para ganar una elección.
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La estrambótica política exterior
En medio de las tensiones, el PRO emitió el jueves un comunicado en rechazo a la posición argentina en la ONU en la resolución sobre la violencia contra las mujeres. “Argentina vota en soledad, contra el resto de la humanidad. Estamos convencidos de la necesidad de tener una política exterior equilibrada. No se trata de encolumnarse, ya sea con Estados Unidos o Israel, ni con China. Se trata de actuar con visión estratégica”, dice el texto.
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Hace tiempo que Macri marca en privado diferencias sobre la política exterior del Gobierno. El expresidente, que proclamó la integración de Argentina al mundo globalizado, mira con pavor las guerras diplomáticas que Milei lanzó contra otros presidentes y contra la ONU.
Lo mismo pasa en la Cancillería. Los diplomáticos de carrera están azorados por las últimas decisiones de Argentina en política exterior, pero nadie se anima a emitir opinión. Piensan que los votos del país en la ONU no tienen otro fin más que mostrar una posición “disruptiva” con el orden establecido, aíslan al país y lo perjudican en reclamos como el de la soberanía de Malvinas. Eso planteó Diana Mondino antes de que la echaran por votar en contra del embargo comercial a Cuba.
Fue el detonante para la llegada del nuevo canciller, Gerardo Werthein, que desembarcó en Cancillería con una impronta propia mucho más pesada. El empresario tiene línea directa con el Presidente y con Karina Milei, pero maneja, además, otras relaciones que el Gobierno valora. Fue quien le abrió la puerta a Milei por primera vez a Estados Unidos como presidente electo, en noviembre de 2023, tiene vínculos con el Departamento de Estado, con los empresarios y con la comunidad judía. Por eso, Werthein tiene vía libre para hacer y deshacer como quiera.
En el Palacio San Martín piensan que su llegada suavizará el peso que tenían hasta ahora el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, que reporta a Caputo, y la asesora Ursula Basset, que responde a Karina. Puertas adentro, Werthein habló de un plan de recorte de gastos – algunos considerados “lógicos” incluso por referentes de la gestión peronista-, pero no agitó aquello de la “purga ideológica” general interna.
Qué espera MIlei de Donald Trump
El personal de la Cancillería tiene claro, sin embargo, que los tiempos cambiaron. Argentina abandonó todas sus posiciones históricas para hacer seguidismo de Estados Unidos y para mostrarse “disruptiva”. Saben que tendrá consecuencias en el futuro. Si el alineamiento con Trump tendrá frutos para el país está en duda. La mayoría de economistas advierte que una política proteccionista en Estados Unidos, con imposición de aranceles y la posible salida de capitales de los mercados emergentes tendrá consecuencias negativas para Argentina. Ya lo sufrió Macri, que tenía una relación de tres décadas con Trump. Después consiguió el préstamo más grande de la historia del FMI.
Igual, Milei espera que su alineamiento irrestricto le juegue a favor de alguna forma. En la Casa Rosada sueñan con el acuerdo de libre comercio, que será el acta de defunción de la industria argentina. El modelo es Chile. El Presidente corre con una ventaja respecto a Macri. A diferencia de cuando le tocó gobernar al líder del PRO, hoy existe una red de la ultraderecha articulada que tiene muchos intereses en sostener a los dirigentes que se encolumnan en esa línea a nivel global, como el húngaro Viktor Orban, el español Santiago Abascal, el brasileño Jair Bolsonaro y el chileno José Kast.
La red está impulsada por la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y fue la organizadora del evento que se realizó en el complejo Mar-a-Lago, donde Milei volvió a verse con Trump. Del encuentro también participó el millonario Elon Musk, promotor de la destrucción del Estado, con el que Milei chatea directamente. Esta semana, el dueño de Twitter entró en conflicto con Italia, donde gobierna su amiga Giorgia Meloni. El magnate criticó al Poder Judicial italiano. El presidente Sergio Mattarella lo instó a “respetar la soberanía de Italia”.
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Milei será orador de la reunión de la CPAC que se celebrará en Buenos Aires. Participarán Bolsonaro – vía Zoom- y Lara Trump, la nuera del estadounidense. Reunirá a “conservadores para defender los valores tradicionales” en el nuevo orden mundial en el que Milei pretende insertar a la Argentina. Pocos días antes, el Presidente se verá en Brasil con su par comunista, Xi Jinping.