Natalia de la Sota, diputada e hija del tres veces gobernador de Córdoba José Manuel de la Sota, tiene el poder de sonar como compañera de fórmula de variadas expresiones del peronismo capitalino, provincial y también nacional. Sin embargo, el hechizo se rompe en el momento en el que la lapicera mágica toca el papel donde se anotan las duplas ejecutivas.
En el todismo cordobés admiten con total seguridad: “Sí, Daniel Scioli la quiere para su fórmula presidencial”. La escudería de la profesora de música que heredó de su padre la afición por el canto, la guitarra (el instrumento) y la política, se limita a decir que está enfocada en la provincia y en que Martín Llaryora sea el futuro gobernador de la provincia. Adjuntan fotos con las recorridas de “Nati” por el interior para dar fe de que está lejos de la rosca que mira el 13 de agosto.
Después de Scioli, la nueva versión la asoció con el ministro de Economía, Sergio Massa. ¿Fórmula? El entorno de De la Sota retruca con una referencia al pasado: “También dijeron que Mauricio Macri la quería en 2015”.
De la Sota aprovechará la expectativa para construir su plan a largo plazo y que, para sorpresa de la mayoría, la coloca en el escenario político cordobés. Terminará su mandato en Diputados en 2025 y tratará de fortalecer su posición dentro del potencial gabinete de Llaryora.
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En la Municipalidad de Córdoba hay 25 figuras delasostistas (de Natalia) en direcciones estratégicas. “No recibimos ni una sola queja”, destacan el currículum de los adalides de una dirigente que no estaría pensando en fórmulas sino en “peronizar” una estructura de gobierno que prometió abrazarse a la transversalidad.
El “Che, pibe” de Massa en Córdoba
Se arremanga el blazer, se alisa el chupín y desde el bolsillo delantero saca el teléfono celular de industria nacional. Un intendente del ex Frente de Todos sale a paso apurado de una de las salas de la coqueta torre Capitalinas, en pleno centro de la ciudad, para atender un llamado urgente.
“Es que soy el chico de atención al público de Sergio Massa en Córdoba”, justificó la huida del evento al que fue invitado por su coterráneo, Daniel Passerini.
Es que el intendente reelecto de Cruz Alta, Agustín González, no para de crecer en la estructura del Frente Renovador del ministro. Desembarcó tímidamente cuando fue invitado de improviso al acto de asunción en el que el ministro prometió bajar la inflación. Hoy recibe los llamados de los principales operadores del presidenciable de Unión por la Patria -Juan Manuel Cheppi, Gabriel Villegas y Alejandro Arrúa- para atender a quienes les interesa formar parte de su estructura en Córdoba. Y va por más.
“Yo los escucho con buena onda, como dice el manual de buena atención al público”, se le escuchó decir cuando se reincorporó al evento. Lo que no les dijo a sus interlocutores de ocasión es que el armado de Massa en Córdoba está frenado.
Desaire larretista a Juez
Una visita de médico fue la de Luis Juez en la ciudad que gobierna el intendente de Villa María, Martín Gill, en alianza con el candidato a gobernador de Hacemos Unidos por Córdoba, Martín Llaryora. Testigos afirman que la vuelta duró 30 minutos cronometrados.
De olfato agudo, Juez entendió rápidamente que estaba cruzado por fuego amigo. Allí es fuerte el legislador del PRO, Darío Capitani, quien juró venganza desde el recinto después de que el senador lo acusara de “corrupto” por estar a favor de la aprobación del juego online que beneficiaría las arcas de la provincia.
Juez suponía que el hombre que arma para Horacio Rodríguez Larreta no sería de la partida, mucho menos cuando la relación con el alcalde porteño está en crisis por el intento de sumar a Juan Schiaretti a la oferta nacional de la alianza. Es probable que no haya imaginado el duro golpe que se gestó, horas antes de su desembarco, en un departamento en el que las posibilidades electorales pueden ser para cualquiera de los competidores provinciales.
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Capitani no fue el único ausente. Tampoco participó la cuarta candidata a la Legislatura Karina Bruno, ni los intendentes cambiemistas del departamento y las autoridades electas de Etruria, Chazon, Tizino, Silvio Pellico, Arroyo Cabral y La Laguna.
Letra P se comunicó con los autores intelectuales de la emboscada, que se esmeraron en desvincular al presidenciable del PRO de la decisión política de este grupo de larretistas del sudeste cordobés.
Santos, el último cordobesista de JxC
Otro del club de archienemigos de Juez es el diputado Gustavo Santos, que pidió licencia en la Cámara de Diputados hasta fin de año. Su banca no será (por ahora) para el presidente del PRO local, el larretista Oscar Agost Carreño, y quedará vacante. Siguió el minuto a minuto de la interna nacional y provincial de Juntos por el Cambio desde los enclaves de ensueño a los que arriba por su rol de director para las Américas de la Organización Mundial de Turismo.
Desde la lejanía, Santos observó cómo Mauricio Macri, un antijuecista acérrimo como él, se convertía en el aliado inesperado del candidato a gobernador opositor. La semana anterior aterrizó en la provincia para escoltar a Juez en la Bolsa de Comercio y este viernes grabó un video para reafirmar su apoyo. El exministro de Cambiemos entiende el juego de supervivencia política, pero es más cordobesista que macrista.
Desde su entorno dejaron trascender que Santos piensa en “un gesto” hacia Martín Llaryora en el sprint final de la campaña.