Con guiños al campo, un socio estratégico desde el crucial año 2008, el gobernador Juan Schiaretti, cuenta las horas para los comicios presidenciales. Y mal que les pese a algunos voceros, como el propio gobernador electo Martín Llaryora, las chances del "Gringo" de llegar a la Casa Rosada son exiguas. El verdadero partido se juega en el Congreso. El efecto debate, las menciones a Córdoba y los memes hicieron un buen trabajo a la hora de instalar la opción “federal”. Sin embargo, la presidencia es una quimera. Máxime si en el medio está el fenómeno Javier Milei, que en la provincia mediterránea cosechó el 33,56% de los votos en las PASO, dejando en un segundo lugar a Schiaretti con un 27,49%. Y el socio estratégico lo sabe.
Por ello es que desde los distintos sectores del sector productivo cordobés ligado a la economía agropecuaria orejean el menú de cara al futuro cercano del país, presidenciales por medio. Lejos de estar ajeno al fenómeno libertario, los distintos sectores del “campo” también se vieron sorprendidos. Desde arriba, por el lado de las patronales agropecuarias, como por debajo, en el caso de las organizaciones de pequeños productores. También, en las zonas de influencia hay una coincidencia: el cansancio y la decepción jugaron a favor del triunfo de Milei en las primarias.
En el cierre de campaña, Schiaretti repartió dardos de igual calibre para Sergio Massa y Patricia Bullrich, a quienes acusó de ser los causantes de la crisis. En cambio, a la hora de referirse al libertario apenas si dijo que “sus ideas no se aplican en ninguna parte del mundo. Es un salto al vacío”. Otro guiño que muestra cierta afinidad con el "León". O al menos un pacto de no agresión porque sabe de la "convivencia" de su electorado con otras propuestas.
En diálogo con Letra P, referentes de los distintos sectores productivos agropecuarios reconocieron el efecto Milei. Sin embargo, el rupturismo y la exaltación individual que propone el minarquismo argentino está lejos de colmar expectativas.
“No se conoce su plan. Más allá de la dolarización, no hay programa para el campo”, indican a Letra P un dirigente rural que acudió a una de las primeras reuniones libertarias. “En aquel momento nos fuimos decepcionados”, lanza. “Lo de Milei es un voto de protesta. Es entendible. La gente está cansada. Pero cuando nos reunimos con él no fue para nada claro en sus apreciaciones”, indican.
En ese aspecto, señalan que la mejor propuesta para el sector del menú de las presidenciales es la que encarnan Patricia Bullrich y el propio Schiaretti. De hecho, con un dejo de añoranza, sostuvo que “son proyectos compatibles”. "Esa alianza no se dio por falta de tiempo. Hubiera sido interesante verlo, ya que los programas son complementarios. No se trata de opciones opuestas”, sostienen desde el sector dirigencial.
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Esa idea de alianza, propuesta por Schiaretti a Horacio Rodríguez Larreta y que aún hoy tiene al senador Luis Juez como el principal herido, fue vetada en su momento por la propia Bullrich antes de las PASO.
Queda para la imaginación del multiverso político el saber qué hubiera sido si Schiaretti entraba en una alianza con Juntos por el Cambio. Algo seguro es que buena parte de la dirigencia agropecuaria habría esbozado una mueca de alivio.
Hoy el panorama es distinto. “Casi que nadie se acordó del campo”, señalan. No obstante, advierten que hay posibilidades de algunos movimientos en el sector y que un importante caudal de votos se separe de la bronca inicial y decante sobre postulantes de manera más pensada. De todas maneras, reiteran, el desencanto es grande “hasta con el propio Juntos por el Cambio”.
Bullrich hizo una apuesta fuerte al sector con el cierre de campaña de Río Cuarto, donde se le habló al oído al campo, que en otras épocas apoyó a la coalición masivamente, hasta la PASO, cuando el sur cordobés, por ejemplo, se tiñó de violeta.
Debate, repunte y polarización
Desde la base de la pirámide social agropecuaria la mirada es similar respecto de los motivos del ascenso libertario. “Gana la bronca y la decepción”, coinciden. No obstante, ponen algunas fichas al crecimiento de Schiaretti. “Va a hacer una buena elección”, aseveran ante la consulta de Letra P.
“Durante el debate, muchos vimos cómo las propuestas a nivel nacional se habían replicado de manera positiva en Córdoba. Sabemos que es posible”, relatan no sin antes hacer la salvedad de que el Gringo quedó “entrampado”. “El problema que tiene es que quedó en el medio de una polarización de tres actores”, analiza un referente de los pequeños productores.
En ese marco, señala que muchos de los sectores subsidiarios al campo cordobés votarán a Milei. “Es un voto transversal, de grandes y más jóvenes”, indican. En ese sentido, dan cuenta que tanta decepción lleva a algunas personas a creer, genuinamente, que en la presidencia de Milei se cobrará en dólares. “Es una especie de pensamiento mágico”, aseguran.
Lejos de todo, el kirchnerismo
El ya clásico encono agropecuario con el kirchnerismo apenas si menguó con las medidas tomadas por Massa, como la quita de las retenciones. El lock out patronal de 2008, que terminó por separar los respectivos caminos todavía tiene bastante influencia.
En tal sentido, reconocen que la quita de retenciones a las economías regionales fue un parche que aún no alcanza. La promesa de retenciones cero de Schiaretti es más tentadora.
No es para menos. A principios de junio, el gobernador/candidato de Hacemos por Nuestro País lanzó una reducción del 60% de la alícuota de Ingresos Brutos, que pasó del 5% promedio al 1,75% en un sector que en 2022 facturó unos 107 mil millones de pesos.
En números
Córdoba cuenta con más de ocho millones de hectáreas destinadas a la producción agropecuaria, incluyendo la importante cuenca lechera en el límite con Santa Fe. Con cifras aún en estudio, y sin tener en cuenta la sequía, el año pasado el sector aportó un bruto de 16.000 millones de dólares.
Nada mal como para ser un actor de peso que sabe olfatear los vientos políticos.
