Jorge García Cuerva madura su prédica para el Presidente: Grieta, comedores, pobres y una “revolución”. Citas del papa, un santo chileno y un cura peronista.
Jorge García Cuerva medita su sermón para Javier Milei
NA El peronismo se cuelga de las críticas de la Iglesia a Javier Milei
NANi en Córdoba con Ángel Rossi, ni en Buenos Aires con Jorge García Cuerva, el presidente Javier Milei iba a sentirse incómodo en el tedeum patrio por el 25 de Mayo. Tanto aquel sermón que no fue como el que el Presidente al final escuchará en la catedral porteña, a metros de La Casa Rosada, tienen como sustento la lógica eclesial: “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Partiendo de esa base argumental y con “un oído en el pueblo y otro en el evangelio” como predicaba el obispo riojano Enrique Angelelli, mártir de la dictadura militar, García Cuerva madura su prédica para el mandatario en la tranquilidad de la casa paterna del partido bonaerense de Vicente López, donde se queda habitualmente.
Las homilías para la fecha patria suelen guardarse bajo siete llaves y recién se difunden los textos mientras son pronunciadas. También quedó en desuso la tradición protocolar de enviarla de antemano a la Casa Rosada a través de la Secretaría de Culto. No habrá spoilers.
Estas circunstancias hacen que sea poco probable que trascienda al menos una frase sobre cuál puede ser el foco de la predicación de García Cuerva ante el Presidente. “Es un documento reservado y bajo la potestad del padre obispo”, respondió una persona de la curia porteña ante la consulta de Letra P.
Otra fuente arzobispal sugirió a este medio revisar las homilías y documentos que García Cuerva escribió y pronunció desde que tomó posesión de la sede primada el 15 de julio del año pasado, transformándolo en el segundo sucesor de Jorge Bergoglio detrás del cardenal Mario Poli.
“La esencia de su prédica, de sus preocupaciones pastorales, de la teología del pueblo hecha carne y de hasta qué punto decir o callar están en esos pronunciamientos”, confió a Letra P un sacerdote que asegura conocerlo bien y haber compartido momentos “difíciles” en sus recorridas por las barriadas populares porteñas y bonaerenses.
Una lectura rápida de estos escritos, revelan las inquietudes sociales y económicas que embargan a García Cuerva, pero también sus esperanzas. Los planteos más frecuentes del primado argentino son el impacto de la inflación, a la que considera “el impuesto a los pobres”; y sobre cómo está afectando el plan de ajuste de la administración libertaria en los sectores más vulnerables. También son habituales sus llamados al diálogo y la búsqueda de consensos en lugar de profundizar la grieta, a la que prefiere llamar “herida”.
García Cuerva fundamenta esas preocupaciones en los informes del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA UCA), que en su último estudio estimó que el nivel de pobreza llegó al 55% y la indigencia al 18% de la población durante el primer trimestre de 2024. Ese relevamiento también atribuyó a la inflación y al deterioro de los empleos informales, la duplicación en un año de la indigencia.
Otro tema en la agenda del arzobispo porteño y que se prevé mencionará en su predicación es la demora en la entrega de alimentos para los comedores populares, tras la decisión de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, de sacar a los movimientos sociales del manejo de la distribución.
El sucesor de Bergoglio en Buenos Aires tampoco ha disimulado su preocupación por la falta de programas de promoción barrial. “Estamos acostumbrados a chapotear en el barro de los enfrentamientos constantes, mientras los más pobres siguen chapoteando en el barro de las calles de sus barrios sin asfalto y sin un plan de urbanización. Estamos asistiendo a la discontinuidad de políticas públicas de integración”, advirtió hace apenas una semana en una misa en el estadio Luna Park, el mismo lugar donde Milei hizo su show político literario este miércoles.
Un párrafo aparte en la discursiva de García Cuerva es su propuesta de una “revolución de la alegría”, un cambio de raíz que es el núcleo de su plan programático para la arquidiócesis porteña y al que considera posible sostener en “un contexto económico y social difícil”.
Como primer intérprete de la partitura social, política y pastoral del papa Francisco en Buenos Aires y también en Argentina, García Cuerva siempre apela a citas de mensajes del pontífice como la exhortación apostólica Evangelii gaudium o la encíclica Fratelli tutti; textos en los que Bergoglio aboga por una economía de rostro humano y da claves para la unidad en la diversidad.
Es probable que García Cuerva refuerce su prédica de la última declaración de la Conferencia Episcopal Argentina, en la que los obispos advirtieron que “millones de niños y niñas se debaten entre la miseria y la marginación” y que a “muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama elegir entre comer y comprar los remedios porque la jubilación no alcanza”.
Ante Milei, el primado argentino podría citar a un santo chileno y a un cura peronista de las villas con posturas ideológicas en las antípodas del pensamiento libertario: Alberto Hurtado y Carlos Mugica.