EDUARDO APARICIO

El soldado de Scioli al que Berni mandó a frenar la violencia en las canchas

Recién llegado a la Aprevide, tuvo su bautismo de fuego con la balacera y asesinato en Luján-Alem. Arenga por una nueva ley y prevención para ganar la batalla.

El trágico clásico Luján-Alem, convertido en noticia nacional por la balacera que terminó con un hincha de 18 años asesinado y siete heridos de bala, fue el bautismo de guerra para Eduardo Aparicio, quien intentó dar respuestas en distintos medios por primera vez desde que asumió en la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide). “Es una locura lo que pasó”, le dijo a Letra P el flamante funcionario y exministro de Daniel Scioli.

 

La Agencia se constituyó, con los años, en el emblema de un partido perdido, el que se juega contra la violencia en los estadios de fútbol, con 343 muertos a lo largo de la historia –de acuerdo al listado que actualiza la organización Salvemos al Fútbol– y más de 120 desde que existe la prohibición del público visitante en los torneos de Ascenso. La violencia en las canchas muta, se transforma, se intenta paliar o combatir desde distintas estructuras del Estado, pero nunca frena. En el discurso que empieza a moldear para responder a las demandas y darle espesura a su gestión, Aparicio remarca que es necesario actualizar la Ley provincial 11.929 (Régimen Contravencional en los Espectáculos Deportivos). “Necesitamos una ley que respalde y que sea contundente y fuerte. Si no hay una regla general que ordene, estamos listos”, aseguró.

 

Aparicio pone como ejemplo de esa desactualización un hecho casi banal en comparación a lo ocurrido en Luján, pero que ocurría casi en el mismo momento, este fin de semana en el Cilindro de Avellaneda, durante el clásico entre Racing e Independiente. La hinchada local exhibió decenas de fantasmas de la B a modo de cargada al rival, lo que constituye, según la norma, una contravención sancionable. Por eso, en un partido de Copa Libertadores o Sudamericana, la Conmebol aplica multas económicas que pueden llegar a los 10 mil dólares y hasta una clausura parcial del estadio. “¿Con la Ley actual sabés de cuánto fue la sanción? Cinco mil pesos”, se autorespondió Aparicio. La inflación en Argentina también se mide en leyes.

 

Aparicio fue a la casa de Joaquín Coronel, el joven asesinado el último domingo, para hablar con el padre y la madre. Salió de ese lugar conmovido y les aseguró que hará todo lo que esté a su alcance para esclarecer el hecho. “Esos tipos vinieron a romper, debemos encontrar el por qué lo hicieron. Si la dirigencia de Alem tiene responsabilidad, voy a ser implacable”, advirtió. En lo inmediato, el club de General Rodríguez dejará de hacer de local en su cancha, jugará a puertas cerradas, a más de 100 kilómetros de distancia y solo podrán ingresar con el equipo cinco integrantes de la dirigencia. 

 

El “andá al hueso” que el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, le encomendó cuando le pidió que asumiera en la Aprevide, Aparicio lo tomó como consigna de gestión. Nadie sabe si alcanza. Fanático de San Lorenzo y con un paso de amistad con Carlos Tevez, Aparicio iba a formar parte del equipo que Scioli armó luego de su llegada al Ministerio de Desarrollo Productivo. Reconoce que era un número puesto por haber sido su ministro de Desarrollo Social y también reconoce que el exgobernador lo sondeó para sumarlo a la cartera que hasta junio encabezaba Matías Kulfas.

 

Cuatro días antes de que Kulfas renunciara y Scioli se mudara de la embajada argentina en Brasil a su nuevo cargo, Aparicio recibió otra llamada. Del otro lado del teléfono, el ministro Berni le pedía que se hiciera cargo de la Aprevide. Aparicio aceptó. Nunca se imaginó que cuatro días más tarde, con la renuncia de Kulfas tras el off the record filtrado cuestionando a la vicepresidenta Cristina Fernández, su exjefe político iba a volver a transitar los pasillos del poder.

 

Aparicio, juntos al Padre Pepe di Paola.

A diferencia de Gustavo Santos, el anterior secretario ejecutivo de la Aprevide que había arribado de la mano del gobernador Axel Kicillof, Aparicio llega por su gestión en la subsecretaria de Articulación Institucional del Ministerio de Seguridad provincial. Aunque todavía no se oficializó su designación, lleva un mes ejerciendo el cargo. En ese tiempo se reunió con el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, para articular el derecho de admisión en las casi 100 canchas que tiene la provincia de Buenos Aires; con el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Chiqui Tapia, y con autoridades provinciales y municipales para diseñar los operativos. La novedad que instaló en los últimos días son las comisarías móviles en las adyacencias de los estadios, ya sea para las personas con pedido de captura detectadas con el programa Tribuna Segura o para quienes cometan algún delito in situ.

 

“Todo tiene que ser monitoreado y filmado. Al menos en canchas de la A y B”, aseguró. Sin embargo, no todos los estadios están equipados. El moderno Uno de Estudiantes cuenta con cámaras 4K, mientras que en Gimnasia o Arsenal las imágenes son de baja calidad. Para eso fue la reunión con Tapia y la AFA: para que ayude a los equipos del Ascenso y a los más pequeños de la Liga Profesional a actualizarse. “No voy a hablar con barras. Tengo otro perfil: el de la institucionalidad. Por eso quiero trabajar con clubes y municipios y voy a escuchar a foros, espacios de hinchas, jugadores y referís”, anticipó Aparicio. Nada será fácil: con más de 50 partidos por semana y un vasto territorio dividido en cinco regiones, los hechos de violencia siempre asoman como una posibilidad latente, que a veces se convierten en tragedia.

 

El periodista Pablo Gavira, otra vez en la grilla de aspirantes para el Concejo de Rosario.
Malaponte (centro) junto a José Corral y Roy López Molina en 2021. Ahora será el nombre de Amalia Granata para Rosario. 

También te puede interesar