LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) El portazo de la diputada Débora Indarte al bloque oficialista en la Cámara de Diputados bonaerense, primera fractura formal en la coalición de gobierno, reinstala el debate en torno a la posibilidad de crear la figura de interbloques en la Legislatura. Si bien no existen antecedentes de esta modalidad de trabajo coordinado entre distintas bancadas políticas, un proyecto recientemente presentado toma como modelo lo que sucede en el Congreso de la Nación. De avanzar la propuesta, que hasta ahora muestra un bajo nivel de consenso entre oficialistas y opositores, el camino a seguir será conseguir un dictamen de comisión y la mayoría absoluta en el recinto.
En la sesión de este miércoles, el encargado de reavivar esta discusión fue el diputado radical Walter Carusso, que comanda el bloque de dos integrantes que responde al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y que intenta desde la ruptura inicial del por entonces bloque de Cambiemos en 2019 reunificar posturas con la bancada que preside Maximiliano Abad. “Los interbloques son un hecho en el funcionamiento de esta Cámara. Entendemos que, como todo proyecto, tenga que madurar, pero sin dudas es una situación que sucede por más que no esté escrito en el papel y autorizado en un reglamento”, sostuvo Carusso en el recinto.
“Es el momento para aprobar el proyecto porque se van a seguir fracturando bloques que van a continuar actuando como interbloques, porque cada uno mantiene su independencia”, analizó el legislador y comparó: “Esto mismo sucede en el Congreso, en varias provincias y en los Concejos Deliberantes, y es normal que funcione así”.
Según pudo saber Letra P tras consultar a autoridades del Frente de Todos y de Juntos, por ahora no hay mayores intenciones de acompañar la iniciativa, no por la dificultad de encontrarle variables positivas, sino más bien por las disputas de liderazgos políticos que los exceden. “Creo que no vamos a llegar a ningún lado, más allá de que en este momento ameritaría hacerlo”, respondió un diputado del Frente Renovador (FR) ante la consulta de este medio. En tanto, otro de Propuesta Republicana (PRO) remarcó que “el proyecto es inviable, no va a caminar, más que nada por las internas que hay en la Unión Cívica Radical (UCR)”. Escuetos, en el radicalismo oficialista coincidieron también en que, “por ahora, no es un tema a tratar”.
En la carta de renuncia al bloque que envió a la presidencia de Diputados, en manos de Federico Otermín, la legisladora Indarte pidió la “creación del bloque/interbloque Unidad para la Victoria”. Atento a la solicitud, Letra P consultó a ese espacio escindido del FdT sobre el proyecto que empuja el possismo, ante lo que respondieron que “aún” no vieron la iniciativa y que tendrían que “analizarla”.
Carusso presentó el proyecto a mediados de diciembre de 2021, pero aún no ingresó al área correspondiente para su tratamiento, la Comisión de Asuntos Constitucionales y Justicia, que preside la kirchnerista Susana González y que tiene como segundo al larretista Daniel Lipovetzky. Si allí se lograra dictamen favorable, entonces pasaría al recinto, donde se deberá aprobar por el voto de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara.
La propuesta de Carusso está inspirada en el funcionamiento de los bloques en el Congreso. Si bien no los regula una ley, por los usos y costumbres, en la Cámara baja nacional los jefes de interbloque tienen un rol político, pero no en términos administrativos o de autoridades, por lo que, por ejemplo, están impedidos de participar de las reuniones de labor parlamentaria, en la que se definen los temas de cada sesión, de las que sí participan los jefes de bloque. Por el contrario, en el Senado, el jefe de un interbloque sí es un interlocutor institucional y participa de los encuentros de labor.