Proyección ‘23

Suenan tambores de guerra entre el PRO y la UCR en distritos amarillos

Concejales macristas, con los tapones de punta contra el referente radical en 9 de Julio. En Bahía, ven un cruce en las PASO. En Ramallo y Punta Alta, todo mal.

LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) La pretensión radical de liderar la propuesta de la coalición opositora en 2023 incuba en su paquete de acciones la construcción de candidaturas propias en distritos sin tierra, incluso en aquellos administrados por el PRO. Esa avanzada -que, en algunas comunas, posee una estructura apoyada en bloques deliberativos propios- saca a flote tensiones cada vez más visibles entre los principales socios de la alianza cambiemista, a medida que se acerca el año electoral.

 

El episodio reciente que mejor retrata este paisaje de progresivos cortocircuitos sucedió en 9 de Julio, donde el bloque de concejales que responde al intendente macrista Mariano Barroso emitió un comunicado en el que salió con los tapones de punta contra el referente del radicalismo local, Ignacio Palacios, quien en 2021 barrió en la interna a la lista del jefe comunal y ganó la general sacándole más de 35% de diferencia al Frente de Todos (FdT) y se perfila para la carrera por la intendencia. Las fricciones entre las partes van en crecimiento, más aún desde la conformación de una bancada propia liderada por Palacios, UCR-Juntos.

 

Pero el pico de tensión se registró esta semana cuando el jefe del bloque radical dio cuenta, en declaraciones al canal local, de una serie de reclamos que vecinos de pueblos del distrito realizaron, apuntando a la comuna. Ante eso, en la bancada que responde a Barroso publicaron un duro comunicado en el que denunciaron que, desde que asumió su banca, Palacios “ha querido instalar que el Ejecutivo no da respuesta a los vecinos del interior”, sustentado “en desinformaciones y distorsiones” de la realidad. También cargaron contra el pasado del radical como funcionario municipal y, aludiendo a las pretensiones futuras del concejal, indicaron que “el fin no justifica los medios”.

 

Voces del comité distrital señalaron a Letra P que no pretenden alimentar públicamente la polémica, al observar que el comunicado firmado por los cinco concejales amarillos fue una “reacción desmedida” ante lo que aseguran que solo fueron descripciones de “la realidad” del distrito, cumpliendo con la tarea de concejal, aspectos que, sostienen voces radicales, no son abordados en el marco del frente ya que no hay diálogo entre ambas partes. Bajo este escenario de cortocircuitos, el Concejo exhibe una fisonomía endeble para Barroso, ya que el bloque oficial consta de cinco bancas, mientras que el FdT posee siete y la UCR tiene seis.

 

En otro municipio PRO, Punta Alta, el panorama frentista luce resquebrajado. Hay nula comunicación entre el comité distrital y la comuna al mando del macrista Mariano Uset, situación que se agudizó el último año al advertir voces radicales que el intendente no tiene en cuenta a dirigentes del partido centenario para integrar lugares de gestión.

 

“El ninguneo del PRO es constante, no hay relación”, definió a Letra P un dirigente del radicalismo local que consignó que las dos bancas ocupadas por boinablancas (Liliana Taboada y Néstor Martínez) dentro del bloque de Juntos ya funcionan como un virtual “bloque dentro del bloque”, impulsando iniciativas propias por fuera de toda articulación con sus pares amarillos en este enclave de la Sexta sección (sur bonaerense).

 

En Ramallo, las cosas tampoco están bien. Desde la conformación, a finales del año pasado, del bloque UCR por fuera de la estructura oficialista se acentuaron los resquemores entre el radicalismo y el municipio manejado por el amarillo Gustavo Perié. Allí las diferencias ya se venían exhibiendo a cielo abierto: “De las PASO a la fecha me siento defraudado por el intendente”, había deslizado en diciembre último a Letra P el concejal radical Diego Díaz, quien fue corrido de su lugar como jefe de bloque de Juntos, con el diálogo congelado con el macrismo desde que la UCR presentó lista interna en las últimas PASO.

 

Con esta nueva conformación, el radicalismo quedó con un bloque propio de tres integrantes, espacio que, con este nivel de autonomía respecto al municipio, se posiciona como árbitro en un recinto donde el FdT tiene un bloque de siete ediles y el oficialismo una bancada de seis. Según consignaron a este medio fuentes del radicalismo, “no hay acercamiento” entre las partes y, en ese cuadro, la UCR hace su juego tratando “de diferenciarse” de la impronta oficialista, acompañando algunos pedidos de informes del FdT y con proyectos y solicitudes propias, algunos que ya generan discordia en el palacio municipal.

 

Por otro lado, en Bahía Blanca, uno de los bastiones PRO en interior, persiste en trazos generales la articulación societaria armónica entre el radicalismo y el oficialismo amarillo al mando de Héctor Gay, pero ya comienzan a emerger aspiraciones de boinas blancas a la intendencia que hacen prever un posible enfrentamiento en las PASO de 2023.

 

“Tenemos demasiados candidatos”, aseguran en uno de los rincones internos. “Son todos potables, pero el radicalismo tiene que salir con uno”, aclaró a Letra P una voz dirigencial que puso énfasis en relegar las intensas disputas intestinas que quedaron en evidencia en la interna partidaria del año pasado; pide focalizarse en la unidad para construir una propuesta competitiva ante un hipotético desafío al PRO.

 

Entre los nombres en danza, hay quienes anotan al exsecretario de Seguridad Emiliano Álvarez Porte, otros mencionan a Federico Tucat, mientras están los que hablan de encolumnarse tras una hipotética postulación del hoy diputado provincial Lorenzo Natali, que jugó en Dar el Paso, aunque ligado al monzoísmo. Pero además hay otros espacios que hablan de presentar una lista radical, como el Grupo Bahía Blanca. “Vamos a disputar la intendencia”, anunció. Allí reportan, entre otros, el exconcejal Facundo Arnaudo y la exfuncionaria municipal Elisa Quartucci.

 

También figura con intensa actividad Evolución, que tiene entre sus referencias a la exconcejala Patricia Piersigilli, quien integraba los nombres propuestos a Gay por el radicalismo para ocupar la Secretaría de Seguridad post renuncia de Álvarez Porte. Pero el intendente optó por alguien propio. Esa decisión erosionó la sintonía entre la UCR y el PRO. En las huestes radicales marcan que “hubiera gustado seguir con ese espacio”. Amén de eso, la decisión de competir internamente el año que viene parece consolidarse en el comité local, donde esta semana las distintas líneas internas participaron de un plenario donde acordaron trabajar con la intención de presentar una lista propia en 2023. Por lo pronto, propusieron comenzar a trabajar en una comisión de acción política de acá en más, “para ir definiendo una plataforma de gobierno”, deslizaron voces del partido a este medio.

 

Los gobernadores de la Región Centro se reunieron en Rosario. 
Martín Yeza, diputado nacional por el partido de Mauricio Macri.

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