Con Argentina en el top 10 de los países que más entradas compraron para el Mundial, la Cancillería pondrá en marcha un operativo especial de asistencia consular que empezará por el cambio del embajador en Qatar, donde desembarcará un diplomático más afín al Gobierno en reemplazo del actual, identificado internamente con el macrismo.
El Mundial 2022 resulta un desafío para el Gobierno en términos diplomáticos. Según el ranking publicado por la FIFA la semana pasada, para la primera fase se vendieron 800 mil entradas y la Argentina figura en el noveno lugar de los países que más adquirieron.
Eso implicará una presencia argentina masiva en los estadios, que incluye a barrabravas de diferentes clubes, ya todo un clásico mundialista, con los potenciales problemas legales que podrían llegar a generar en el país receptor. A eso se agrega la situación del choque cultural con Qatar, un país donde está prohibido consumir alcohol en público, las mujeres tienen derechos restringidos, la homosexualidad es delito y mostrar afecto en público está mal visto.
Para tratar de dar respuesta rápida a los eventuales conflictos, sin que eso implique un costo político interno, el Gobierno decidió impulsar un recambio en la embajada argentina en Qatar. El actual embajador es Marcelo Gilardoni, un diplomático de carrera que, dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, ahora a cargo de Santiago Cafiero, está identificado políticamente con el gobierno de Mauricio Macri.
Gilardoni fue nombrado como embajador en Qatar en agosto de 2021, durante el gobierno de Alberto Fernández, todavía con Felipe Solá como canciller. El diplomático ocupaba hasta entonces la embajada argentina en Arabia Saudita, donde había llegado desde Italia, designado por Jorge Faurie. Cuando el presidente Fernández nombró a Guillermo Nielsen como representante en ese país, Gilardoni fue desplazado a Qatar.
Con la llegada de Cafiero, se encendieron las alarmas en la Cancillería sobre “lo sensible” que será esa embajada durante el Mundial y la necesidad de reforzar la asistencia consular y “renovar el compromiso diplomático”. En definitiva, de tener una representación más afín al Gobierno que esté dispuesto a ponerle el cuerpo a cualquier situación indeseable. Casi con seguridad, en Qatar estará también Macri, presidente de la Fundación FIFA.
Por eso, Cafiero decidió convocar a Buenos Aires a Gilardoni, que volverá a la Argentina a mediados de año. El recambio cumple con los estándares normativos que establecen que los diplomáticos pueden pasar cinco años en el exterior y luego deben regresar al país. En materia de servicio exterior, la regla es la rotación, aunque no siempre se cumple.
El reemplazo de Gilardoni será Guillermo Nicolás, también diplomático de carrera, que fue designado en enero de este año director de África del Norte y Medio Oriente. Eespecialista en la región, fue encargado de negocios en Irán durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando se firmó el Memorándum de Entendimiento con ese país. Nicolás declaró luego en la causa que instruyó Claudio Bonadio en calidad de testigo, dado que no intervino en la tramitación del acuerdo.