María Soledad Aramendi es la nueva titular de la Sociedad Rural de Rosario. Pese a ser la primera mujer en 126 años de historia en ocupar ese cargo, no se considera feminista ni le otorga mérito alguno a la lucha del movimiento de mujeres y disidencias por el contexto de su elección. Argumenta que la igualdad se logra "trabajando a la par" y, en diálogo con Letra P, señala que tanto hombres como mujeres tienen las mismas posibilidades. Asegura, además, que llegó a ocupar su silla "por profesionalismo e idoneidad".
La dirigente destaca que los avances tecnológicos y de innovación permitieron que las tareas se compartan y que de esa manera las mujeres fueran tomando "más posicionamiento y visibilidad". Si bien reconoce que la actividad agropecuaria es "un ámbito machista, en algún sentido", resalta que siempre le dieron lugar "para crecer". En esa línea, subraya que tanto la Sociedad Rural de Gálvez como de Rafaela tuvieron o tienen presidentas y que los espacios de participación para las que quieran acercarse y formarse son muchos.
De origen vasco, sus antecesores llegaron de España y se instalaron en Villa Cañás, en el sur santafesino, donde se dedicaron a la agricultura y la ganadería. Aunque cuando terminó la secundaria eligió primero la carrera de Medicina y luego la de Arquitectura, la crisis de 2000, las deudas familiares y ser hija única la llevaron a hacerse "cargo del campo” y se encariñó tanto con la actividad que decidió seguir involucrada.
-¿Qué significa para usted haber llegado a este lugar?
-Uno es uno más. Obviamente, para la gente de afuera puede llamar la atención que sea mujer, pero uno está hace años y años trabajando en la Rural. Los espacios corresponde ocuparlos por idoneidad, profesionalismo, trabajo, perseverancia. Es una cuestión natural, no depende de si somos hombres o mujeres.
-¿Tuvo impedimentos en su carrera por el hecho de ser mujer?
-No he tenido ningún problema. Obviamente, es un ámbito machista, en algún sentido, pero todo con el tiempo va cambiando. Todas las instituciones se van adaptando a estos tiempos y cada día hay una mayor participación de mujeres en todos los ámbitos y en espacios de decisión. En la Sociedad Rural de Rosario siempre dieron lugar para crecer, profesionalizarse, aprender. Nadie tiene que tener ningún amparo. Trabajando, poniéndose la camiseta y adaptándose a los tiempos, todo se logra. Todos los ambientes tienen sus resquemores y sus cosas. En realidad, con los hombres no tenés que salir con la bandera de “soy mujer”, sino manejarte con la cintura necesaria para hacer sentir parte a todos. Si salís con la bandera feminista, los hombres te sacan de un plumazo, pero si trabajás a la par es distinto.
-¿Las conquistas recientes del movimiento de mujeres y disidencias propiciaron un contexto para que fuera elegida?
-No. Las mujeres históricamente y prehistóricamente siempre estuvieron a cargo de la agricultura y en espacios de decisión, solo que antes no eran tan visibles. Yo me encargo de esto desde que tenía 20 años, hay ámbitos familiares donde es así desde siempre. También hay matriarcados, no solamente patriarcados. En este rubro puede ser que se viera más al hombre, por una cuestión del trabajo físico, pero el desarrollo físico y la innovación facilitó que las tareas se compartan. En cuanto a las decisiones, a lo largo de los años, las mujeres se fueron posicionando más y logrando más visibilidad porque se adaptaron a los tiempos y hay más apertura mental.
-¿Qué le diría a otras mujeres que quieran sumarse a participar del ámbito rural?
-Aliento fervientemente a los jóvenes y a las mujeres a participar. Cada persona es un individuo diferente. Hombres y mujeres somos diferentes pero nos completamos ampliamente, más en estos tiempos. Las diferentes miradas hacen una construcción más rica, entonces hay que animarse plenamente a perseverar. Más allá de las trabas que haya o no haya, hoy se puede. Las esperamos.
-¿Cuáles son los principales objetivos del proyecto que encabeza?
-Necesitamos generar un plan de comunicación entre el campo y la ciudad. La información está tergiversada, necesitamos informar y educar con la verdad. Somos los productores de alimentos del país y podemos serlo para el mundo. Nuestro país tiene condiciones geográficas, climáticas, productivas. El río Paraná es la puerta al mundo. Son fuentes de trabajo para la sociedad entera. Ojalá fuéramos el supermercado del mundo, no el granero. Eso sería desarrollo industrial.
-¿Qué falta?
-Es necesario que la gente participe a nivel local y provincial, que los productores entiendan que se necesitan gremialistas fuertes, lobistas pagos, generar sus propios representantes políticos provinciales y nacionales. Brasil lo hace, tiene poder económico y político. Debemos entender que hay que cambiar, no podemos quedarnos haciendo siempre lo mismo. Hoy no basta con trabajar perfectamente tranqueras adentro, debemos participar y trabajar en el ámbito público para hacer crecer lo privado.
«Necesitamos generar un plan de comunicación entre el campo y la ciudad. La información está tergiversada, necesitamos informar y educar con la verdad.»
-¿Cómo está el vínculo con el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti?
-No vemos una real defensa de la provincia. Falta infraestructura, hay que defender más el desarrollo de la hidrovía. De esta provincia sale una gran producción que se coparticipa en todo el país. A nosotros solo nos llega un porcentaje. Falta una representación real. La producción estuvo limitada con cupos, estuvieron cerradas las exportaciones de carne, hay cupo para exportar trigo, maíz. Ni hablemos de la seguridad. Se necesita que los gobernantes se pongan la camiseta y no lo hacen. Falta un mayor diálogo entre los diferentes sectores. Tenemos una provincia con un gran potencial, pero no tenemos gobernantes que la acompañen.