Mientras el gobierno de Alberto Fernández estudia la salida paulatina de la cuarentena obligatoria, la administración de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad se mueve en espejo pero pone el foco en los adultos mayores. Por estas horas, el gobierno porteño apunta a una salida lenta de la cuarentena para este grupo de riesgo que implicaría, en pos de asegurar el distanciamiento social, "mudarlos" de sus hogares hacia establecimientos donde se verifique el cumplimiento estricto del confinamiento.
En rigor, el plan porteño nace tras la constatación de que hay adultos mayores que violan la cuarentena o tampoco puedan cumplirla efizcamente en sus hogares. Además, se aceleró luego de la imagen del viernes de 3 de abril con jubilados haciendo filas infinitas en la puerta de los bancos. El no cumplimiento de la cuarentena por parte de hombres y mujeres de la tercera edad también ocurre por la falta de acompañamiento y, por eso, se desplegó la plataforma de voluntarios Mayores Cuidados, que asiste tanto en la compra de alimentos como en la contención telefónica.
Sin embargo, no alcanza con los voluntarios y el gobierno porteño busca incrementar el control de la cuarentena en este grupo etario. El plan incluye una división en tres subgrupos: quienes pueden cumplir el aislamiento en sus casas con ayuda de un familiar (que no comparte la vivienda), adultos mayores que conviven con un familiar y quienes habitan en viviendas con condiciones de hacinamiento y salubridad que pueden potenciar la propagación del virus.
El plan contempla a todos los ancianos que requieran esa asistencia para cumplir el distanciamiento social, pero la atención especial está puesta en los adultos mayores que viven en barrios de emergencia. Tras semanas de seguimiento del cumplimiento de la cuarentena en esas zonas, se armó una mesa de crisis con funcionarios de los ministerios de Salud y Desarrollo Social, curas villeros y referentes barriales de los asentamientos de la Ciudad que elaboró esta propuesta.
Para todos estos grupos, el gobierno ofrecerá el distanciamiento voluntario y destinará hoteles, centros culturales y hasta clubes de barrio para alojar a ancianos que no pueden cumplir el confinamiento bajo los términos sanitarios correspondientes. Estos establecimientos estarán a cargos de voluntarios del gobierno y, además de habitaciones, habrá asistencia médica y alimenticia.
La administración porteña busca centralizar el control y cuidado de los adultos mayores, el grupo más vulnerable a la enfermedad Covid-19. El plan de Larreta, que le llevará este martes por la tarde al presidente Fernández, es que este distanciamiento social apuntado para adultos mayores se profundice mientras se empiece a liberar del confinamiento a distintos argentinos que saldrán de sus casas para retomar su agenda laboral.