Crisis por coronavirus

Kicillof busca caudal político en medio de la crisis

Obligado por la pandemia, bajó la confrontación con la oposición. Sin construcción propia, suma dirigentes con estructura. Necesita de todos para pasar la tormenta.

La crisis por el coronavirus puso a Axel Kicillof en estado de construcción política permanente. Con una pandemia inesperada y sin caudal político propio –como sí tienen intendentes u otros dirigentes del Frente de Todos–, el mandatario se vio forzado a ampliar su mesa de emergencia, donde escucha y consulta. Quedar de pie cuando pase la tormenta es el objetivo a mediano plazo. 

Economista pero no tan economicista, en el entorno del gobernador de Buenos Aires coinciden en que había que darle lugar a la mesa amplia del Frente de Todos. Mientras atiende en su distrito una crisis sanitaria global y bucea en salidas ante el parate productivo, va aunando fuerzas para terminar en una posición política favorable una vez que se vuelva a la normalidad. 

 

La semana pasada recibió a Sergio Massa. La razón descripta por dirigentes con despacho en el edificio gubernamental de La Plata fue repasar la situación financiera. Pero el motivo verdadero de la invitación al diputado nacional fue “por la figura que representa Massa del Frente”. La razón política fue confiada por fuentes de la Gobernación a Letra P: el líder del Frente Renovador asiste a Kicillof en su relación con los intendentes que responden al presidente de la Cámra de Diputados nacional. Son siete comunas de sello FR que se desperdigan entre el conurbano y el interior bonaerense.  

 

 


El gobernador también recibió al diputado nacional y jefe de bloque del Frente de Todos en el Congreso, Máximo Kirchner. Lo sentó junto a los intendentes del conurbano del peronismo K en la reunión que mantuvieron el lunes en La Plata. Pese a que cruza mensajes de manera frecuente con Cristina Fernández de Kirchner, Kicillof también definió sumar a Máximo K. Son amigos, pero el gobernador no integra La Cámpora. Cuando se lo emparenta, elogios mediante toma distancia.

 

Su sintonía con el massismo, La Cámpora y –por momentos– el vidalismo pusieron a Kicillof en una situación inesperada; todo, debido en gran parte a la crisis por la pandemia. Sumado a los intendentes del PJ -donde las tensiones persisten pero no aumentan-, el gobernador consiguió de golpe hacer confluir las partes de una estructura ajena que lo llevó a ganar en octubre. “Nosotros, capital político propio no pudimos construir, y en  medio de todo esto es un poco lo que buscamos”, le confesó a Letra P una fuente con acceso a mesa chica de Kicillof. 

También consiguió por un tiempo calmar los modos de la demanda y los cruces con los opositores. Intendentes de Juntos por el Cambio mantiene una reunión semanal (cara a cara) con el mandatario, el jefe de Gabinete Carlos Bianco y la ministra de Gobierno Teresa García, eslabón clave entre el Ejecutivo bonaerense y los jefes comunales. No se escuchan quejas –al menos públicas– de los intendenes opositores luego de los encuentros.

 

 



EL LLAMADO DEL CENTRO. Tras el anuncio del sábado del presidente Alberto Fernández en el que se detallaban las salidas recreativas para amainar la cuarentena, el porteño Horacio Rodríguez Larreta llamó a Kicillof. La percepción era que la población iba a poder salir. Kicillof adhirió entonces a la aclaración de Larreta, el cordobés Juan Schiaretti y el santafesino Omar Perotti de que las salidas recreativas quedaban sin efecto en los grandes conglomerados poblacionales y ofició de enlace con la Nación para comunicar la decisión.  

Como Fernández, pero en menor medida, el bonaerense también repuntó su imagen pública según sondeos de opinión pública. Los gobernadores y el jefe de gobierno porteño le pidieron que fuera él la persona que coordine con el Presidente debido a su cercanía y pertenencia política.

Entre gestos y acciones, el bonaerense lleva el día a día de la pandemia y habla con todos. Antes del coronavirus, ya había dicho no querer “kicillofismo”. A su equipo lo puso a trabajar en el Gabinete; no tiene más estructura que esa. No busca meterse en discusiones partidarias. No lo hizo con el armado de listas en las elecciones del año pasado y todavía tiene en CFK a una de sus principales consultoras.

 

El kicillofismo de la Cuarta suma volumen para pelearle la lapicera a la Cámpora y el Frente Renovador
Axel Kicillof y Cristina Kirchner.

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